La última vez que hice un cambio en la línea móvil que uso lo hice con un requisito un poco viejuno: quería mantener la línea fija. Una línea que no sirve básicamente para nada, pero que me gusta tener ahí, por si las moscas. Como quien tiene un radiocassette o, qué sé yo, velas para apagones. Los desastres ocurren, chicos.

Cuando estuve analizando ofertas de los distintos operadores pesaban otros elementos, y en particular el futuro que le espera a las líneas móviles. Supongo que a estas alturas ya lo sabréis, pero llega la conectividad 5G. Dudo que nada cambie para nosotros, meros mortales, en el terreno de la movilidad. Nos conectaremos más rápido, sin duda, pero dudo que notemos mucha diferencia en esta era en la que las descargas a grandes velocidades ya no se notan tanto: 4G ya da margen de maniobra suficiente en la inmensa mayoría de los datos.

Las implicaciones para otros muchos ámbitos son enormes, no obstante. Lo son por ejemplo, dicen, para el coche eléctrico, autónomo y conectado —acabará siendo las tres cosas más temprano que tarde— y para esa Internet de las Cosas que por el momento solo asoma la patita tímidamente pero que también quiere conquistarnos conectándolo todo en todas partes.

Mi duda está en si la llegada de la conectividad 5G acabará haciendo que las líneas fijas actuales acaben siendo irrelevantes. No lo tengo nada claro, ojo: las conexiones de fibra son una bendición ahora que lo de navegar a 300 Mbps (o más) es ya una realidad para un montón de gente. No toda, claro, porque fuera de los núcleos urbanos la cosa puede ser más complicada. Precisamente puede que ahí sea donde la conectividad 5G tenga muchas papeletas para demostrar que puede desplazar de una vez por todas al par trenzado de cobre e incluso a la fibra.

De momento es pronto para lanzar conclusiones: Vodafone ya ha comenzado a ofrecer estos servicios de forma limitada, casi testimonial, y ya tenemos algunos terminales que soportan esta conectividad —Samsung Galaxy S10 5G, OnePlus 7 Pro 5G— pero los precios de esos terminales y la limitada cobertura hace que todo esté un poco en pañales. Como esperando a demostrar de lo que realmente es capaz.

Esas velocidades de conexión que se manejan en las redes 5G hay otro problema. Que está genial descargar a casi 1 Gbps (qué locura, de hecho), pero es que normalmente contamos con cuotas de datos que rondan como mucho los 20 GB (160 Gbits) al mes. Es mi caso, y a esa velocidad me podría acabar esa cuota en unos tres minutos.

Es ahí donde empiezan a cobrar sentido esas tarifas ilimitadas que por ejemplo también ha puesto en marcha Vodafone, que a buen seguro recibirá un buen número de consultas al respecto en sus teléfonos de atención al cliente y podéis consultar en detalle en este artículo de Tecmoviles. Por ejemplo, si son ilimitadas de verdad. Lo son, queridos lectores, lo que es sencillamente es alucinante, pero hay un poco de letra pequeña porque aunque la cantidad de datos a descargar es ilimitada, lo que sí es limitada es la velocidad a la que lo haces. Dependiendo de la cuota que elijas podrás descargar a 2 o a 10 Mbps, con una modalidad «ilimitada total» que te permite aprovechar toda la velocidad de la conexión 4G. Hay en realidad otras limitaciones que detectan «usos abusivos» cuando llevas 400 GB descargados, pero con la infraestructura actual imponer esos límites es normal, diría yo. Y cuidado, porque seguro que hay gente que no usa tanto internet y podría apañarse con esos planes ilimitados (con algo de letra pequeña).

Eso plantea claras dudas a la hora de sustituir una conexión de fibra con una línea móvil 4G actualmente. Estoy bastante seguro de que al menos en mi caso me descargo más de 400 GB en casa, sobre todo por el uso de servicios de streaming de vídeo como Netflix o Amazon Prime Video que lógicamente consumen de forma bastante rápida datos.

La cosa podría cambiar con las conexiones 5G, ojo, y es ahí donde me planteo ese confuso futuro de unas líneas fijas que igual ya no tienen sentido. También se acabarían (en la mayor parte de los casos) los problemas de la cobertura WiFi de casa, porque supongo que os habréis dado cuenta de que la cobertura de las redes móviles suele ser mejor que la de vuestra señal WiFi en vuestras casas y oficinas. No digamos ya en bares y lugares públicos en los que esas señales se enfrentan a un montón de interferencias y a menudo se comparten por un montón de gente.

Con datos ilimitados y una buena velocidad de conexión me planteo si las redes 5G harán irrelevante el uso de líneas fijas con ADSL o fibra que resuelvan nuestras necesidades en el futuro.

Es probable que si ese futuro «solo 5G» llega tarde en hacerlo: las necesidades de los usuarios siguen creciendo y eso podría poner la capacidad de las redes 5G en aprietos. Con el streaming como gran protagonista de nuestro futuro —vídeo, música, pronto juegos— no paramos de conectarnos y de darle duro a las conexiones, y eso impone una transición gradual a este hipotético futuro «solo 5G» del que hablo. No lo hago solo yo, algo y hay operadoras por ahí que ya lo ven claro aunque otros creen que seguiremos combinando conexiones fijas y móviles de forma indefinida.

Pase lo que pase, está claro que ante nosotros se presenta un futuro de lo más jugosete en el ámbito de la conectividad. Preparaos, que esto de la conectividad 5G va a traer muchas cosas interesantes.