Iba a escribir sobre vinos y postureo, pero me guardo el comodín del post hater para otro día. Hoy retomo un viejo tema en Incognitosis, que es ni más ni menos que el cómo me gano el pan.
Tengo la suerte de hacerlo escribiendo, que es lo que me gusta hacer, pero no estoy seguro de poder hacerlo toda la vida. Los medios online seguimos dependiendo de un modelo frágil, pero estas semanas han aparecido señales que podrían apuntar a un futuro distinto y mejor para los medios y quienes trabajamos en ellos.
La primera de esas historias nos habla de The New York Times y de cómo su muro de pago funciona. No de momento tan bien como para poder sustituir a la publicidad en el diario impreso, pero sí lo suficiente para plantear un cambio de tornas en este periódico. Uno que podría ser el primero de muchos, o, claro está, la excepción que confirma la regla.
¿Cuál regla? Pues la de que los muros de pago no funcionan. No lo hacen para muchos medios, o no de forma significativa. Eso ha hecho que algunos busquen métodos de financiación alternativa, y siempre pongo a ElDiario.es como ejemplo de un éxito de aquí que además es un poco de todos (sus socios).
La segunda de esas historias nos habla de Wired, para mí absoluto referente de los medios tecnológicos por forma y fondo. En Wired pasan (bastante) de la actualidad para centrarse en la reflexión y el análisis. No tanto de productos, sino de empresas, tendencias o ideas. El caso es que a Wired no le iba bien con la cultura del todo gratis. Lo hizo durante un tiempo, pero hace poco reconocían que ese camino (el de funcionar gracias a la publi) era uno sin retorno. Así que hace unos días soltaron la bomba: Wired se apuntaba al muro de pago. Por 20 dólares al año podrías disfrutar de la Wired que disfrutabas antes, pero sin publi. ¿Que no quieres pagar? Estupendo, podrás ver unos cuantos artículos al mes (no sé si 5 o 10), pero a partir de ahí tendrás el contenido bloqueado. ¿Os suena el movimiento? Exacto: es lo mismo que hizo y hace The New York Times.
La tercera de las historias nos lleva a la revista Salon (sin tilde, no me matéis, es el nombre inglés), que funcionaba con publicidad y a la que tampoco le salían las cuentas ante la avalancha —terrible— de adblockers. ¿Qué han decidido hacer? Pues dejarte usar esos componentes, pero solo si tú les dejas a ellos que tu ordenador mine criptodivisas. La medida es curiosa: si quieres leerme, o te tragas la publicidad o me dejas que mine Monero aprovechando tu CPU y tu GPU. Es una alternativa que evita el muro de pago, y una que no se nota tanto en el bolsillo de los usuarios aunque al final sí se note si te pasas la vida en su web (tu factura de la luz podría verse resentida).
Ahí tenemos las tres historias. Una de quien ya ha triunfado con el muro de pago, una de quien debería hacerlo, y otra de quien quiere buscar alternativas. Y todo con el mismo objetivo: poder decir adiós a una publicidad que no funciona y que hace cada vez más insostenible este negocio.
Yo creo que en Salon lo tienen bastante crudo: los estudios que he visto por ahí parecen demostrar que lo de poner a minar criptodivisas un ordenador durante el tiempo que visitas una página es poco rentable. Solo tendría cierto sentido si tienes millones de visistantes por día, y de hecho hay una industria que sí está implantándolo con éxito. ¿Adivináis cuál? Exacto: el porno. En el caso de medios tradicionales, solo los grandes de verdad podrían recolectar cantidades suficientes, y creo que Salon no es un grande de verdad.
Creo y confío más en la estrategia de The New York Times y Wired, que con sus muros de pago plantean la adaptación del modelo Freemium de los juegos a la prensa escrita. Te dejo jugar unos niveles, pero si quieres jugar más, majo, a pagar tocan. Pues aquí igual, y lo importante es saber que tienes una audiencia fiel que te seguirá aun con ese muro de pago.
No es probable que todos paguemos 20 dólares al año por cada medio importante que leamos, porque al final eso haría que tuviéramos que pagar demasiado por esos contenidos, y por esa razón creo que de esta fase inicial de medios que darán el salto al muro de pago (y solo lo harán los grandes, supongo) pasaremos a un modelo en el que espero que surja algún ‘Spotify de los medios‘, que aglutine, distribuya y nos ofrezca un buffet libre de contenidos en la prensa online.
Sé que ese futuro podría tardar en llegar, pero estos pasitos me dan esperanzas de unos medios que nos librarán de la publicidad y nos proporcionarán una oferta rica, rica y con fundamento. Y, espero, sin tanto script que monitoriza todo lo que hacemos, porque esos script ya no tendrán (tanto) sentido.
Brindo por ello. Y lo hago, por cierto, habiendo pagado ya mi suscripción a Wired para este año. Ea.
Espero que en algún momento alguna empresa de con la tecla de crear un modelo en el que podamos ganar todos, lectores y escritores.
En ese sentido creo que Medium, con su propuesta de servicio premium sumado a eso que plantearon sobre beneficios de acuerdo al número de ‘claps’ (aplausos) está acercándose, aunque sin tener números de suscripciones y distribución de dinero es difícil de decir.
Hace un tiempo escribiste sobre Brave y BAT. ¿Le darás una oportunidad?
A día de hoy creo que ya es plenamente funcional, aunque tiene algunos «peros» todavía, como que sólo funciona con el navegador Brave.
Sin duda se necesita pagar por lo que uno consume, debemos de ir, como sociedad, aprendiendo que el mundo no funciona así… lo malo que en Internet pasamos ese vicio casi de forma natural.
Hipertextual intentó hacer el año pasado algo similar (suscripción) pero no les funcionó. Al final nunca explicaron bien por qué y nos dejaron a todos… ?; creo que sería interesante ver a ellos, como medio de habla hispana, lo que descubrieron.
Porque desafortunadamente el mercado anglo y el hispano somos diferentes. Saludos!
El modelo de pago tipo Spotify podría ser el más beneficioso a la larga para los grandes publicadores de contenido. Sí, la ganancia por lectura es ínfima y sólo es relevante con muchos lectores, pero a la vez proporciona un retorno de información sobre tu clientela que es bastante valioso. Saber qué puede interesar a tus potenciales clientes/lectores y la repercusión real de lo que se publica en la audiencia sería muy interesante para esos grandes «jugadores» del mundo periodístico.