Estoy fascinado con las criptodivisas en general y con bitcoin y ether en particular. Hablé por primera vez del tema en mayo de 2011, así que ya me puedo dar de cabezazos también: aquel día que publiqué un bitcoin valía 7 dólares. Si hubiera invertido 1.000 dólares de entonces ahora tendría unos 143.000. No lo hice, claro, y de hecho apenas presté atención a este segmento. En mis predicciones para 2015 dejé claro que bitcoin me parecía un bluf. Un súper visionario, así soy yo.
El fenómeno de las criptodivisas es ahora un segmento del que ya estoy algo más empollado gracias a mis numerosos posts sobre el tema en Xataka, pero del que sigo teniendo solo una certeza: que todo son incertidumbres.
A estas alturas de hecho no puedo defender el valor de bitcoin con argumentos racionales o lógicos. Todo en esta moneda apunta a la mera especulación. De todos los argumentos que defienden el valor de bitcoin creo que el más razonable es el que lo compara como depósito de valor (la analogía con el tradicional patrón oro es evidente), porque esta criptodivisa no se creó con la idea de convertirse en una moneda de curso legal (las moneditas que se ven en las fotos no valen apenas nada, pero existen) y diría que ni siquiera se creó para servir como método de pago digital. Cuando uno le pregunta a un conocido si conoce el mundo del bitcoin, lo que probablemente le diga será algo tipo:
— Sí, claro, es eso que te permite comprar productos ilegales sin que te descubran porque proporciona anonimato a tope.
Ciertamente bitcoin permite hacer esas compras anónimas, pero como digo no está pensada para ello. En los últimos tiempos está quedando claro que tampoco está preparada técnicamente, con limitaciones en el número de transacciones concurrentes o con esas comisiones imprevisibles que se aplican a esas transacciones y precisamente hacen que ya no sean demasiado atractivas para el común de los mortales. Esas son algunas de las razones por las que dudo que bitcoin pueda convertirse en medio de pago masivo a corto plazo, y aquí espero que alternativas —»oficiales» y probablemente derivadas de bitcoin, algo rollo Bitcoin Cash— sí acaben ofreciendo esa opción.
Igual de fascinante —pero esta vez por razones lógicas y coherentes— es la tecnología de la cadena de bloques que bitcoin y el resto de criptodivisas utilizan. Hice una introducción extensa al blockchain hace poco en Xataka, y ese trabajo me permitió entender lo prodigiosa y revolucionaria que puede ser una idea que realmente plantea toda una revolución. Una que no sé si equivalente a internet, pero que desde luego es gigantesca por su magnitud en eso que realmente le importa a la gente: la pela, la pasta, la guita, el dinero, el parné. De repente nos encontramos con un mecanismo descentralizado y absolutamente transparente que por ejemplo teóricamente minimizaría corruptelas y chanchullos.
Lo curioso es que aunque se oye mucho hablar de la cadena de bloques, que es lo que realmente importa y promete, a la gente lo que le mola es el espectáculo bicoin, porque es eso. Un espectáculo. CoinMarketCap se ha convertido en referente de consulta para esa especie de «Gran Hermano» que nos retransmite 24 horas lo que le sucede a esta y otras criptodivisas, una especie de terminal Bloomberg para todos los públicos que genera todo tipo de sentimientos.
Para los que no han invertido apostado ya está el inevitable «tenía que haber invertido apostado ayer«, mientras que los que ya habían metido pasta en bitcoin u otras criptodivisas (o minan para tratar de fabricar dinero de la nada) seguramente se baten entre el nerviosismo, la expectación y la codicia. Una inversión normal puede provocar esas sensaciones, claro, pero es que el segmento de las criptodivisas en el que todo es especulación.
No hay producto o servicio detrás de estas criptodivisas. Uno no mete pasta como en Tesla porque crea que la empresa lo va a seguir petando, o en Apple porque sabe que hagan lo que hagan seguirán creciendo con sus productos y servicios. Ellas dos, como todas las empresas que cotizan en los mercados bursátiles, tienen algo tangible que venden y que permite evaluar si esas empresas tienen una valoración (más o menos) coherente.
Con bitcoin y otras eso no ocurre. Lo único que hace subir y bajar su valoración es la especulación con el valor que tendrán al futuro, una especulación que depende de la propia escasez de estas criptodivisas —algunas como bitcoin tendrán un número limitado de monedas producidas— o por la bendita (maldita) ley de oferta y demanda que rige nuestros destinos económicos en todos los ámbitos.
Lo que es evidente para mí es que uno no invierte en bitcoin. Apuesta, como quien apuesta a que el Madrid ganará al Fuenlabrada en la Copa del Rey o como quien apuesta en la lotería. Son apuestas distintas, pero todas lo son. Y como todas las apuestas, la máxima es la misma:
Invierte apuesta lo que estés dispuesto a perder.
Ele. Como diría Joaquín Prat, a jugar.
Para mí, toda inversión es una apuesta.
La del bitcoin es un poco más loca de lo habitual, pero es una inversión en toda regla.
En cuanto al dominante carácter especulativo de este mercado ahora mismo es totalmente lógico. Es lo que impulsa la fase de adopción. Cuando mucha (muchísima) gente la conozca y la tenga, entonces y sólo entonces, podrá usarse como moneda. Pero para que eso suceda, hacen falta participantes en el mercado, y los primeros en llegar son los especuladores. Como siempre y como en cualquier otro mercado. Todo en orden, pues.
Por cierto, seguro que el bitcoin nos da más de una y de dos oportunidades para comprar barato todavía (no a 7, no a 100, no a 1000). Pero sí barato (que no es lo mismo que precio bajo).
Que no seas adivino y comprases el primer día (y mantuvieses hasta ahora, que se dice fácil), no quiere decir que todavía no puedas aprovechar las oportunidades que este mercado está por traernos.
Desde luego que puedes. Aunque justo hoy, que está en la cresta de la euforia más loca y avariciosa, no. Justo hoy, que tú -medio no especializado en inversiones- sacas el tema, no.
Te estaba esperando 😉 Es otra forma de verlo, desde luego, aunque aquí entraríamos en inversiones más o menos conservadoras, y sin algo detrás que le dé sustancia al tema yo esto sigo viéndolo totalmente especulativo. De esto sabes mucho más que yo (para los que no vayan a su enlace, Uxío es el creador de Novatos Trading Group, donde lleva tiempo enseñando a la gente cómo tratar de sacar buen rendimiento de su dinero en la Bolsa), así que me fío de tu criterio.
Y la cresta esta de la avaricia no parece frenar. Lo hará, seguro, pero mira el reciente trastazo que se dio. Este mes bajó de 7.400 a 5.700 (estaba a 6.000 el 12 de noviembre) y de repente boom. Y todo el mundo, supongo, diciendo «tenía que haber invertido ayer». Y al día siguiente: «porras, tenía que haber invertido ayer». Y al otro «porras, porras, tenía que haber invertido ayer». Y así indefinidamente.
Si hago un día un podcast podemos hablar del tema 😉 Saludos Uxío!
¡Me tienes fichao! 😀
Es muy probable que se frene y rebote a la baja en los $10.000 (aprox). Cuánta gente no estará diciendo, en cuanto llegue a 10.000, vendo. Suele pasar.
Los números redondos suelen marcar niveles resistentes. Y este número no puede ser más redondo.
De todas formas, en momentos tan sumamente volátiles como este, un espasmo final, aunque dure muy poco, puede suponer barbaridades como un 30% más. Vamos, que puede que toque 10.000, y 11.000 y 12.800, todo en dos días, y luego se derrumbe (más rápido aún).
Todo esto es irracional, no sé si se puede analizar como el resto de valores del mercado Uxío, como digo tú sabes más pero yo creo que el bitcoin, por mucho que queramos, no se ajusta a la forma de contemplar otras inversiones. Mira, hoy ya está casi a 10.900, fiebre total.
Por supuesto que el derrumbe se puede producir, pero eso lleva todo el mundo diciendo desde hace años y esto no para. Y aun cuando cae, vuelve a levantarse con fuerza. Es alucinante y súper-peligroso. Supongo que esto acabará explotando en algún momento, pero con tanta publicidad y cobertura mi sensación es que esto va para arriba a medio plazo.
Pues yo siempre había pensado que Bitcoin era una tecnología revolucionaria con capacidad real para cambiar el mundo. No era/es un mero invento especulativo. Por eso compré en su día lo que pude comprar, que no es mucho porque en aquella época andaba un poco tieso.
Otra cosa es que perdure. Ya hemos visto los problemas que ha habido en la comunidad de desarrolladores. Y los ataques por parte de los que ven peligrar su posición: bancos, gobiernos, etc.
Una de las cosas que más me gustan es precisamente el número limitado de monedas que está previsto que entren en circulación. Es una forma de impedir que te roben tus ahorros dándole a la manivela de hacer papel (como digo, revolucionario).
Por supuesto ésta es también la razón por la que era bastante previsible que la moneda se revalorizara más y más a medida que fuera creciendo su uso. Imagínate lo que puede llegar a valer todavía a medida que más gente lo use en todo el mundo. ¿Cuánto podría crecer si uno de los grandes, digamos Amazon, empezara a aceptar pagos en Bitcoin?
Exacto. Como Amazon o algún otro prota del mercado acabe apostando por esto, alucinaremos. Y no es tan descabellado pensar en algo así, aunque diría que Amazon, de optar por algo, optará por una especie de criptodivisa con su propia cadena de bloques. Ya sabes que a esta gente les mola controlar sus cositas.
Aquí va a pasar como con el crack del 29. El día que alguien a quien considere yo el típico cuñao enterao me diga que meta dineros en los bitcoins estos, ese día y no después venderé los centimillos que miné en su día, cuando todavía se podía minar con un pc convencional. Mientras tanto iré mirando como esto se disparata sin control, como ha hecho siempre. No os recomiendo meter dinero en esto, porque claro, si no hiciera, entonces el cuñao sería yo mismo XD.
xD Yo en este blog soy bastante cuñao también, que conste 🙂
¿Tu cuñao? Yo nunca he pensado eso al leerte, ni una sola vez. Uno al hacer vaticinios sobre las cosas puede acertar o equivocarse, pero eso no es serlo. El cuñao típico es de aquellos que recomendaban especular con pisos porque el precio no podía bajar, por poner un ejemplo.
Bueno, yo recomiendo cacharritos y puedo equivocarme igual porque aquí cada cual tiene su perspectiva y preferencias, como es normal. Sí que hago cuñadismo activo, diría, pero oye, lo importante es ser un buen cuñao 🙂
Javi, según entiendo yo muchas de las cryptos que salen en el marketcap, sí que son proyectos tangibles digitales que tienen forma de producto o servicio.
Lo digo por aquello que dices de «No hay producto o servicio detrás de estas criptodivisas»
Bueno, algunas sí surgen con ideas de negocio detrás (como Brave), pero ahí también yo veo mucho humo de momento. Quizás la cosa avance, pero hoy por hoy lo de invertir en ICOs me parece aún más peligroso que hacerlo en bitcoin o Ether, por poner ejemplos.
Recuerdo estar de transito en el aeropuerto de Singapore, con un compañero de trabajo, allá por 2013, y ver un cajero que «vendía» bitcoins. No recuerdo exactamente el funcionamiento, porque cuando me pidió acercarnos a mirar como iba le lancé mi mejor mirada perdona vidas, y me dirigí con paso «sobrado» a tomarme un café, que me parecía una mejor manera de tirar el dinero e invertir mi tiempo tras 8 horas de vuelo. .
Nunca quiso decirme la cantidad que invirtió, sólo que me dijo que era algo anécdotico, pero si recuerdo que la compra la realizo sobre 30 y pico dolares.
Yo debí pagar no menos de 5 dolares por un café infame en el aeropuerto.
Hoy pasea por la oficina con un iPhone X, con sus airpods, todo pagado con la venta de una parte de aquella inversión, y se va de viaje a Nueva York este futuro puente con su mujer.
A su favor, he de decir que no hace sangre de la historia (no mucha, al menos).
Ahí tienes resumido mi gran conocimiento del tema, y mi versión de «esto es el timo de la estampita».
Por cierto, leí que estuviste en una mesa redonda en los premios de Xataka. ¿Hay forma de acceder a esos videos?
Qué crack, toma ya. Pues me alegro por él, lástima que no te insistiera para que metieras tú algo. A medidados de 2013 bitcoin rondaba los 100 dólares, así que compraría 0,3-0,4 bitcoin, que al cambio son 3.000 o 4.000 dólares de ahora. Nada mal como inversión, y efectivamente da para ese iPhone X y para una escapada a NY. Ole.
Lo de los vídeos pensaba meterlo hoy precisamente, perfecto el recordatorio Vicent. Saludos!
Pues espero con ganas el vídeo. que además espero que te darían un micrófono en condiciones. 🙂
Respecto a cuanto estaba el bitcoin, ni idea, no recuerdo la fecha exacta, pero que estaba sobre los 30 y pico lo tengo grabado a fuego, créeme.
El post ya está publicado, a ver qué te parece la charla, ya comentarás Vicent 😉 Si estaba sobre los 30 y pico entonces no fue en junio de 2013, sino antes. En febrero-marzo de 2013 rondaba esa cifra. A poco que invirtiera está claro que la cosa le salió bien si ha logrado aguantar, que es lo chungo. Ole una vez más.