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Gente buscando gente

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Supongo que a la gente le mola las aglomeraciones. Muchos viven en grandes ciudades y hacen lo que hace el resto de la gente. Y cuando más gente lo haga, mejor. Van al trabajo en horas punta (aquí la culpa es de los horarios), llegan a oficinas saturadas de gente, comen en restaurantes saturados de gente y vuelven a casa en horas punta de nuevo para luego -quizás- salir a dar una vuelta. A ser posible, en sitios saturados de gente. Y los fines de semana toca salir de marcha, claro, pero no a cualquier lado: tiene que ser uno saturado de gente.

Como cuando uno está dando un paseo y decide tomar algo en un bar. Hay dos pegados y en uno de ellos hay mucha gente, mientras que el otro está prácticamente vacío. Así que nos vamos al que está petado, claro. Seguro que es mejor. Gente busca a gente, y gente llama a gente.

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Eso pasa una vez más en vacaciones para la mayor parte de la gente. Me leía esta mañana “La playa: esa gran mierda“, de Óscar Broc, y me reconocía a mi mismo. Odio las aglomeraciones, y aunque la historia es algo hiperbólica, nos pinta un retrato muy real de las vacaciones de millones de personas. Personas que no contentas con estar 11 meses y medio al año rodeados de gente insisten en estar arrejuntaditas también en vacaciones. Qué mejor que irse a una pseudomanifa playera en la que uno casi no pueda respirar, hablar, caminar, descansar, comer, o dormir a gusto.

Que es lo que se supone que uno querría hacer en sus vacaciones.

Yo disfruto especialmente de estos días vacacionales aunque aún no haya cogido días de descanso. Vivo desde hace año y medio en uno de esos mini-resorts burgueses de nuevo cuño. Ya sabéis, urba con pisci, pádel,  columpios para enanos y vecinos que parecen salidos de Pleasantville, más majos que las pesetas (¡comuna!). Durante el año la cosa ya es de por sí tranquila, pero es que en estas semanas de julio y agosto estoy aún más a mis anchas. Poquita gente en la pisci, y cero atascos cuando hay que moverse aquí o allá. La pera limonera. El año pasado cogí un mes de vacaciones y dos de esas semanas las pasé disfrutando aquí todo el día de la anti-aglomeración. Fue prodigioso (y barato).

Lo que no quita para que de cuando en cuando uno efectivamente quiera buscar el calor humano. Me daré un respiro en mi pequeño retiro espiritual familiar y en los próximos días haré escapada vacacional al norte (Gijón, Tapia y la Lanzada esperan), donde seguro que encontraré alguna que otra aglomeración. Me dará igual: la disfrutaré sabiendo que no tardaré mucho en volver a Pleasantville y a la tranquilidad. Y lo mejor de todo es que si tengo mono de sofocos, atascos, estreses, prisas y gritos estaré a 10 minutos de ellos. O lo que es lo mismo, de la estación de Colonia Jardín y la conexión con esa otra -y agobiante- realidad.

Que disfrutéis de vuestras vacaciones. Acordaos de respirar.

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8 comentarios en “Gente buscando gente

  1. TOMASGM dice:

    Vaya otro tío raro como yo…je je. Coincido contigo en el tema. Soy de Valladolid, de siempre en verano desde bien pequeñito mi familia y yo veraneábamos en playas como Benidorm , Bedalmadena , Alicante, Gijon… playas donde lo primordial era bajar pronto para pillar sitio y fijarte siempre donde estabas por si dabas un paseo y ya no encontrabas a tu familia a tu vuelta. A veces era extresante más que relajante. Pero la vida me llevo a establecerme y formar familia en Galicia. Y esto en cuestión de playas es simplemente un paraíso: limpias , sin aglomeraciones , casi Vírgenes… Servicio de socorrismo y un chiringuito y ya está…anchas , kilométricas …que relax. La gente esta muy engañada con el clima , esto ya es lo que era antes, en los últimos 10 años el clima a cambiado un montón , apenas llueve y la temperatura es ideal. Esto te lo digo a ti, pero no se lo digas a nadie, eh? Que la gente llama a gente Je je

  2. Pues ya somos tres. Hubo una época en mi vida en la que durante dos maravillosos años estuve viviendo en Barcelona, al principio, un chico de Cartagena como yo, me vi embriagado por el urbanita habitual pero luego, poco a poco me dejé llevar por la ciudad hasta que llegó un día en el que desperté y supe encontrar la tranquilidad escondida en la ciudad. Ahora vivo en la playa, con mi mujer, mi hija y mis dos infernales perras jajajja pero todo el año, aquí en Cartagena, tranquilidad de septiembre a julio, pero esos dos meses de verano… Locura total, pero merece la pena la tranquilidad anual, es impagable. Trabajar si que trabajo en la ciudad, pero cuando término… Salgo pitando y mira que esta ciudad es una ciudad muy relax. En fin, que abogo por la tranquilidad, te alimenta el alma, aunque algunos no lo entiendan.

    Bravo por esas playas gallegas, tengo raíces viguesas y he disfrutado de ellas y enhorabuena por vivir allí!

    Saludos y felices vacaciones a aquéllos que las tengan, yo hasta septiembre nada jajajja

    • Di que sí Víctor, buena ciudad para vivir, y como dices aunque en verano esté más «animada» luego la tienes para ti solito (o casi) el resto del año. ¡Que disfrutes de tus vacaciones en septiembre!

  3. Manuel dice:

    Aquí otro más, de siempre veraneaba en Galicia, con la familia de allá.

    Allí los veranos son tranquilos, rehuyo las aglomeraciones, buscando esos sitios tranquilos donde puedes pasear y estar sin ver a casi nadie.
    No porque no me guste la gente, sino porque apetece estar rodeado de naturaleza y tranquilidad, que para jaleo como bien dices ya tenemos el día a día.

  4. Sebas - comuna! dice:

    Jeje cuanta razon tenes Javi!
    Mini-resort burgues jeje, pues si, la pasta hay que gastarsela donde un vive todo el año, las vacaciones son anecdoticas. Yo estuve viviendo 2 años en gran canaria a 100 metros de la playa de las canteras pero en un apartamento enano con poca luz y con ventanas q daban al interior, no recuerdo peor sitio en el que he vivido.
    Tu piso lo es todo.

Comentarios cerrados.