Incognitosis

Yo estuve allí

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Este verano ha sido el primero en años en el que me he tomado un mes libre, algo que para un autónomo es por otro lado durito porque, ya se sabe, si no curras, no cobras. La idea ha sido todo un éxito -y eso que las vacaciones con enanos son ‘distintas’, como muchos ya sabréis-, y además de descansar ha habido algún que otro descubrimiento. De lugares, y también de personas, que mola.

Estaba bastante feliz con esas vacaciones hasta que me he encontrado con un prodigioso artículo de Thomas Ricker en The Verge. Su texto, ‘Stop being a tourist‘, es un relato duro y real (quizás con un pelín talibanillo) de aquello en lo que nos hemos convertido la inmensa mayoría durante las vacaciones y los viajes. Y cito:

No luck, no providence, no happy accidents. Chance replaced by the resolute certainty of a travel app. Every cobblestone is triangulated and assigned a pixel, every street photographed and mapped onto Streetview. Hotels booked according to the most family-friendly reviews at bookings.com, their itinerary copied from TripAdvisor’s top-10 attractions before ever leaving home.

Lo sorprendente de la mayoría de los viajes es que alguno llegue a ser sorprendente. En nuestro caso particular (¡pipi!) pecamos de planificadores, y eso de llegar a algún sitio sin tener reserva previa (basada en opiniones de desconocidos internáuticos) o de no preparar un poco la ruta del día nos mata. No dejamos demasiado sitio a la exploración pura y a la improvisación, y claro, eso hace que nos convirtamos, como señala Ricker, en turistas de palo. De lo malos.

Podría excusarme diciendo que es por los enanos, pero antes la cosa no era muy distinta. He mejorado un poquito en una sola faceta: la de las fotos. Antes solía poder presumir -qué estupidez- de sacar cientos de fotos cuando me iba por ahí. Hoy en día controlo un poco más lo del gatillo fácil, y aunque me sigue encantando esa parte de los viajes -las fotos son el único remedio a mi lamentable memoria en esto de los viajes-, selecciono más y, sobre todo, observo un poco más. Ese es uno de los problemas tradicionales de unos viajes en los que dejamos de ser observadores para convertirnos en meras maquinitas de hacer fotos y grabar. Y vuelvo a citar:

But I differentiate between explorer and tourist: the former being someone that travels to an unfamiliar place to learn about it, the latter a barbaric asshat driven by the desire to document his very existence. The «I was here» photographer with a penchant for flashing a peace sign.

En próximos viajes, a replantearse las cosas. A ver si logro tratar de aprender algo sobre esos lugares y su historia, y a no sacar tanta foto inútil de ese pintxo, farola o edificio que solo sirven para una cosa. Poder decir aquello de que yo estuve allí.

 

 

 

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6 comentarios en “Yo estuve allí

  1. Un artículo que te deja pensando. Yo lo de las fotos lo decidí hace tiempo. Una por «must-see» y conmigo de protagonista. No más, que ya hay millones sacadas por profesionales. Yo saco sólo la mía, por eso del «I was here» que dice el artículo.

    Sin duda es más preocupante lo de no pararse a mirar y aprender. De eso si que peco, pero en estos viajes de días que quieres verlo todo, al final lo ves todo pero de reojo.

    Y esta filosofía está en perfecta contraposición al «si vives en un sitio jamás lo ves». Lo típico del neoyorquino que «como lo tiene ahí» jamás va a ver la Estatua de la Libertad, por ejemplo.

    Vamos, que al final nadie ve nada 😛

    ¡Un saludo! Magnífico blog.

    • Gracias Macnaxito, me temo que yo sigo sacando más de una, pero al menos estoy mejor que estaba… Gracias por las felicitaciones y ánimo con vuestro blog, lo he estado mirando y está muy bien también!

  2. Pingback: Incognitosis de fin de semana (XXVI) | Incognitosis

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