Acaba de aparecer en Xataka Móvil mi análisis sobre Ubuntu Touch (atentos al vídeo, grabado y montado por @matutweet), y aunque podéis leer allí todos los detalles de lo que me he encontrado, era difícil no pasar por aquí a comentar algo sobre la que para mi es (¿o quizás era?) una de las propuestas más interesantes en el terreno de la movilidad en los últimos años. Mark Shuttleworth fue el responsable de que aquella idea de la convergencia y del «tu próximo PC podría ser tu smartphone» hiciera clic en mi, así que hace tiempo que seguía este proyecto de cerca.
Lo cierto es que hiciese la idea clic o no, Canonical tenía por delante todo un reto: lograr unificar la experiencia de usuario en el escritorio, el móvil, el tablet y en lo que tenga que venir. Algo que no es moco de pavo. Lo demuestra el estado actual de Ubuntu Touch en el Nexus 4, el único smartphone oficialmente soportado en esta etapa del desarrollo. He estado probándolo durante unos días, y la verdad es que me he llevado una gran decepción. Quizás esperaba demasiado tras año y medio de desarrollo, pero es que Ubuntu en el móvil está muy lejos de ser usable.
El paradigma de diseño es hasta excusable -siempre es difícil acostumbrarse a los cambios-, pero no lo es tanto el estado actual de la interfaz. Lenta, incoherente y con una respuesta caótica. Como caótica es la tienda de aplicaciones o el acabado de muchas de las aplicaciones nativas, cuyo diseño es más bien discutible.
Frente a todas esas desventajas, lo cierto es que si hay un apartado que me ha dejado encantado es esa terminal que demuestra que la convergencia es posible. Tal y como van no sé si Canonical tendrá que abandonar la idea -Ubuntu Touch es demasiado incómoda de usar en el día a día- pero aún así, lo están intentando. Puede que a Yoda no le guste, pero eso ya es un gran paso, sobre todo para una empresa tan pequeña en comparación con sus competidores.