Tecnología

De cuando en los juegos la historia era más importante que la conexión a Internet

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Estos días he roto el ritmo en Incognitosis, porras. La semana pasada tuve viaje a París, y desde que llegué no tuve tiempo casi ni para mirar Twitter (que no publique ni allí ya es mala señal). Un fin de semana de lo más estupendo hizo que también faltase a la cita de las Incognitosis de fin de semana, así que disculpas a todos los que esperabais algún post en los últimos días.

Pero aquí estoy de nuevo aprovechando tema inevitable estos días: estamos de E3, una feria de videojuegos que es máximo exponente del sector y que el año pasado sirvió para presentar las nuevas consolas de Microsoft y Sony. Un año después las cosas están interesantes, aunque la calidad de los títulos en una y otra debería -creo yo- justificar un cambio de generación tan importante.

Sea como fuere, solo he podido seguir de refilón la primera keynote importante del evento, que han hecho los chicos de Microsoft y en la que un par de cosas han quedado patentes. La primera, que aprovechar las sagas y franquicias es más rentable que crear nuevas. Y la segunda, que Kinect lo tiene complicado, porque solo un juego, Dance Central, ha mostrado soporte para el periférico que ahora parece tener un futuro muy, muy complicado en la consola de Microsoft.

A esas conclusiones yo le sumaría otra más, un poco más oculta entre las bambalinas, podría decirse. La de que en prácticamente todo lo presentado es casi imprescindible una conexión a Internet para disfrutar al máximo de esos títulos. Hasta franquicias tradicionalmente ‘off-line’ como Assassins’ Creed presentan modo multijugador, y eso me crea un pequeño dilema. ¿Qué paso con los modos sin conexión, con las historias, con los argumentos en los que uno no necesitaba competir contra otros jugadores, sino solo contra sí mismo?

Para alguien que ha crecido con el C64 debajo del brazo y que se vició a muchos títulos solito (o como mucho, con mi hermano o algún amiguete con el que me juntaba ocasionalmente), lo de disfrutar a solas de videojuegos se ha vuelto la excepción que confirma la regla. Tengo pendiente alguno prometedor, como el famoso Paper’s Please al que Antonio le ha dedicado una oda (que ya es decir), pero echo de menos que las grandes franquicias vuelvan a prestar atención a ese modo historia en el que bastaba con la tensión que uno mismo pasaba como para estar enfrascado en el juego. Incluso en el FIFA 14, al que ya tampoco juego mucho, quitaron por primera vez -que yo sepa- el modo liga, pero es que esa es una sensación constante. La de que el modo historia es en muchos casos una molesta obligación para los estudios.

Algunos de los últimos que lo han intentado no han salido muy bien parados, y recuerdo por ejemplo el caso del Battlefield 3 que a nivel técnico era increíble pero que solo ganaba enteros en multijugador. Hay excepciones, por ejemplo, y aunque no he jugado a ninguno de ellos Rockstar con sus GTA es probablemente uno de los pocos referentes en aquello de pensar en un jugador que no quiere conectarse a Internet para jugar. Tiene que haber de todo, desde luego, pero en mi caso la balanza está demasiado desequilibrada.

Pero claro, aquí tenéis la reflexión de alguien que se plantea si está ya mayor para jugar. Ays.

 

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3 comentarios en “De cuando en los juegos la historia era más importante que la conexión a Internet

  1. Ahhh nostalgia. Recuerdo la historia de StarCraft y su expansión… o la de Deus Ex que luego quedó media distópica con las siguientes entregas… La historia en los juegos es algo que se ha ido perdiendo, porque simplemente hacerlos multijugador es mas rentable, creo yo.

  2. AnonimoX dice:

    La abadía del crimen……. Ningún juego me a vuelto a enganchar así bueno return to casttle of wolfstein casi lo consigue en su modo historia JODER QUE VIEJO SOY

  3. SrPerroverde dice:

    Ya se que no es lo mismo, pero una solución para aquellos que empezamos con los juegos hace ya muchos años puede ser la emulación. En su momento tuve una Master System II y después una Megadrive… Me quedan un montón de buenas historias de NES y SuperNES que no jugué en su día y me quedé con las ganas (lo que tuvimos que sufrir con el Street Fighter II… Menos mal que al final lo sacaron!). Por suerte soy una de esas escasas personas a las que el apartado multimedia no es lo mas importante.

    Que ganas tengo de tener un rato para echarle unas horas al Zelda!

Comentarios cerrados