Primera gran sorpresa del año en el terreno de las grandes compras tecnológicas. Facebook, reina absoluta de las redes sociales, ha tirado la casa por la ventana y ha pagado 1.000 millones de dólares por Instagram, una empresa que hace apenas una semana logró una inversión de 50 millones basada en una valoración de 500 millones de dólares. Cuenta fácil: Zuckerberg ha pagado por Instagram el doble de lo que teóricamente valía en el mercado hace 7 días.
Como le sucede a Om Malik, solo encuentro una explicación para esa compra casi compulsiva: el miedo. Instagram es una empresa con menos de dos años de vida y 11 empleados (aparte de sus dos fundadores, Kevin Systrom y Mike Krieger). Y en esos dos años han logrado cerca de 30 millones de usuarios de una aplicación que tiene el mérito de hacer más divertida y social la fotografía con móviles. Echas una foto, le aplicas un filtro para maquearla, y la publicas y/o compartes con la gente en el servicio de almacenamiento propio de Instagram. No tiene más misterio, y de hecho muchos critican (criticamos) que Instagram no tiene demasiado interés para los «puristas» de la fotografía. Los filtros son muy limitados y muy repetitivos, pero logran que cualquier foto churro con tu móvil parezca mucho más bonita y artística de lo que realmente es.
Facebook, que hace tiempo se convirtió en destino de fotógrafos móviles y no móviles, parece haber visto peligrar su dominio en esa faceta, así que ha tirado de cartera para asegurarse esa posición dominante. Y lo curioso es que se han gastado un dineral por miedo. Miedo a que la gente acabase tirando de Instagram para cosas que hacían en Facebook, y miedo a que eso fuese un factor que amenazase su futuro inmediato.
No es una mala razón, desde luego. Y aunque Zuckerberg haya declarado oficialmente que Instagram seguirá igual que hasta ahora -por ejemplo, podrás seguir compartiendo las fotos en otras redes sociales, y podrás no compartirlas en Facebook- me temo que esas bonitas palabras y el mensaje del CEO y co-fundador de la empresa -que obviamente se va a forrar con el acuerdo, como el resto de su equipo- no son más que un bonito envoltorio de un servicio que tarde o temprano quedará absorbido por Facebook. Y si no, al tiempo.
¡Eso sí que ha sido rapidez! Menudo notición. Efectivamente creo que Zuckerberg tenía varios motivos para comprar Instagram, relacionados más que nada con miedo o precaución:
– miedo a que el crecimiento de Instagram eclipse al de Facebook
– miedo a que les compre otro (¿Google?) y lo utilice como plataforma para sus redes
– miedo a la demanda de Yahoo por infracción de patentes relacionadas con la carga de fotos en redes sociales
La verdad es que es un tema apasionante. A ver si saco un ratito y escribo unas líneas en mi blog. Así no te saturo a comentarios 😉
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