Había leído mucho, había visto muchos vídeos, pero hasta ayer no había podido ver en directo el funcionamiento de ese pequeño dispositivo que acompañado de un software «mágico» permite acceder a un nuevo modo de control de videojuegos, que hace que uno ya no necesite mandos en sus manos: todo se controla por los gestos que haces con tu cuerpo.
La demo a la que asistí -junto a un porrón de periodistas del sector- era la que ya se había visto en el E3 y que consistía en un juego tipo Arkanoid en el que con tus gestos tenías que lanzar y golpear pelotas para destruir las baldosas al final del escenario. El juego en sí no tenía nada especial, salvo por el hecho de que, como he dicho, no había mandos.
La impresión de jugar sin mandos es singular, y por mucho que uno la haya visto en pelis o vídeos en Internet, probarla es otra cosa. Lo comentaba esta mañana en The Inquirer, donde destacaba que aunque hay un pequeño lag o retraso entre lo que haces y el reflejo de ese movimiento en pantalla, cuando uno está jugando no lo percibe. Es más bien perceptible por aquellos que no están jugando, y probablemente el sistema acabe siendo aún más perfecto en este punto.
Pero es que la traslación de nuestros movimientos a la pantalla a través del sensor de Project Natal y del software -que es el verdadero responsable, y el componente vital- es asombrosamente precisa. Saltar, dar patadas o puñetazos, chocar palmas con tu compi de juego -el modo cooperativo, por cierto, era novedad en la presentación de ayer- es posible y se traduce en un reflejo perfecto en pantalla.
Y es como también dije en Inq, lo importante no fue lo que vimos ayer, sino más bien lo que nos queda por ver. Porque el potencial de Natal es, parece, ilimitado. Y no sólo en videojuegos -aunque es de esperar que por ahora haya ciertos géneros que tengan difícil traducción a este entorno- sino en todo tipo de áreas. Medicina (rehabilitación), telepresencia, educación, por supuesto actividades físicas y, como se mostraba en uno de los tráilers originales del proyecto, tareas tan curiosas como salir de compras virtuales de una forma mucho más completa y satisfactoria.
Aún quedan meses para la llegada oficial, pero aquí tenéis a un futuro propietario convencido de que Natal ES el futuro de los videojuegos. Veremos si Sony y su PlayStation Move -que a priori parece una propuesta que llega demasiado tarde, sobre todo teniendo en cuenta que básicamente es un wiimando mejorado- pueden hacer algo. Y sobre todo, si la Wii puede mantener el tipo ahora que sus dos rivales dispondrán de la única característica que diferenciaba a Nintendo.
se ve que es un dispositivo bastante interesante
Oye Pas y la mayor de las dudas… ¿hará falta ampliar el salón pada poder jugar, o a metro y medio de la tele la cosa tira bien? te lo digo porque el fantasma del EyeToy es alargado.
Un abrazo
Migueloooo 🙂 La demo la hicieron en un saloncito de tamaño medio, así que parece que no será necesario un salón de ricachones… Pero claro, para dos jugadores hay que tener más espacio. Pero para uno, yo creo que casi cualquier espacio un poco digno es suficiente.
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