Había trasteado tímidamente con la segunda beta de openSUSE 11.0 en una máquina virtual bajo Ubuntu, pero ahora que ha aparecido openSUSE 11.0 Beta 3 he decidido que ya era hora de instalarla como dios manda en una partición de disco. En parte gracias a las buenas sensaciones que me había dado la Beta 2, con un KDE 4.muchísimo más currado, estable e integrado, y con un GNOME 2.22 que es sin duda una de las versiones más completas de GNOME hasta la fecha. Por si no habéis leído nada al respecto, openSUSE 11.0 dispone de un enorme número de mejoras que afectan al usuario ya desde el propio proceso de instalación. YaST ha sido ‘portado’ (qué bien suena eso en inglés y qué mal en español) con librerías Qt, de forma que el asistente de instalación ahora tiene un acabado visual realmente chulo.
Pero no sólo ha cambiado su aspecto, también lo ha hecho su funcionamiento. El particionador es más sencillo de lo que recordaba en anteriores versiones -se hacía la picha un lío tratando de simular configuraciones RAID- y, atención chicos: openSUSE copia a Windows Vista. Lo hace al implementar la instalación en forma de imagen ya preestablecida. Es decir, que el DVD de openSUSE contiene una imagen ‘estándar’ del sistema operativo que hace que el proceso de instalación y copia de archivos sea mucho más rápido. A esto contribuye también la elección del algoritmo de compresión LZMA (usado por ejemplo en 7-Zip) que reduce tanto tamaño como tiempos de decompresión, así que, atentos, ¿cuánto creeríais que tarda openSUSE en estar instalada desde que encendéis el PC con el DVD dentro?
15 minutos.
Es realmente impresionante, y eso que me tomé con calma lo de introducir algún dato extra -me di una vuelta por las opciones de software para añadir algún paquete adicional más- y para asegurarme de que el esquema de particiones estaba bien. El sistema configuró todo casi a la perfección, y de hecho la gráfica estaba funcionando a 1920×1200 con el driver nv tradicional para el escritorio 2D, así que con eso ya podía ir tirando. Pero como quería disfrutar de las pijaditas de Compiz me puse a instalar a mano los controladores propietarios de NVIDIA. A saber:
– Me bajé el controlador 173.08 de NVIDIA
– Instalé el paquete kernel-sources (qué lata tener que bajar todo el núcleo cuando en otras distros sólo son necesarios los famosos headers)
– Salí de la sesión y me fui a modo consola pulsando Ctrl+Alt+Retroceso
– Detener el servidor X
init 3
– Copia de seguridad del fichero de configuración xorg.conf por si la cagamos:
cp /etc/X11/xorg.conf /etc/X11/xorg.conf-original
– Ir a donde tienes los drivers y ejecutarlos:
cd /ruta_al_driver/
sh ./NVIDIA-la-version-que-sea.run
– Eso te mostrará un asistente en modo texto (ncurses) que compilará el controlador, y al final te preguntará si quieres que el proceso de instalación modifique el fichero de configuración del servidor X. Por supuesto que sí (cuidado, que por defecto está a «No») y listo.
– Reiniciamos el servidor X
init 5
– Y nos salta la sesión gráfica, donde ya podremos ir al centro de control para configurar la tarjeta y resolución adecuada desde el menú de inicio de GNOME en openSUSE, o lo que es lo mismo, Equipo->Centro de Control->Hardware->Tarjeta gráfica y monitor.
En openSUSE 11.0 se instala Compiz Fusion 0.7.4 por defecto, aunque la activación de los efectos no está, como Ubuntu, en el asistente de «Apariencia» de GNOME, sino que dispone de su propio icono en el Centro de Control, en el apartado de Visualización y Comportamiento (el mismo que el de Apariencia), y que se denomina, qué originales, Efectos de escritorio. Este lanzador no es más que un atajo a Simple CCSM, una versión light del tradicional CCSM que nos está presente en esta distro. Simple CCSM es mucho más facilito de manejar, porque tiene lo justo para la inmensa mayoría de usuarios, así que creo que es una buena idea integrarlo.
En fin, que una vez tiene uno los efectitos chorras funcionando ya se siente más cómodo, así que puede toquetear otras cosas. Por ejemplo, cómo no, KDE 4. La integración de KDE 4.0.3 en openSUSE 11.0 Beta 3 es notable, con mucho mejor aspecto que en otros desarrollos algo más toscos, y con una serie de puntos a destacar. El primero, el comportamiento modular de Plasma, el gestor del escritorio, que entre otras cosas permite hacer uso de los Plasmoids, esos pequeños componentes tipo widgets/gadgets de escritorio que normalmente no sirven para mucho más que para enseñar tu ‘desktop’ en foros de friquis linuxeros. Y molan, efectivamente, con alguno que otro realmente curioso, por ejemplo, a la hora de situar lanzadores en el escritorio. Aparte de eso me ha encantado la inclusión de Dolphin, el nuevo explorador de archivos de KDE 4 que toma muchas ideas -creo yo- del Finder de Apple y su Mac OS X 10.5 Leopard. Konqueror pierde algunos puntos (nunca fue una aplicación que me gustase), y sus funciones de navegación dejan algo que desear, sobre todo teniendo en cuenta que en openSUSE 11.0 el navegador por defecto será Firefox 3, ahora incluido en su beta 5.
Precisamente la integración de aplicaciones GTK en KDE 4 es especialmente peculiar: si no tenéis cuidado os aparecerán las aplicaciones con la interfaz GTK sobre Plasma, algo que choca y que queda súper cutre. Afortunadamente, tras leer este post la instalación del paquete gtk-qt-engine (por ejemplo, con un zypper install gtk-qt-engine) resuelve los problemas, ya que luego podréis iros al centro de control de KDE y cambiar las opciones de Apriencia para aplicaciones GTK.
No me quiero enrollar más, pero la verdad es que la distro tiene muy, muy buena pinta. La gestión de paquetes va fantástica (sobre todo usando zypper frente a yum, por ejemplo) y la verdad es que aunque KDE 4 va un poquito tirado en algunas operaciones con Compiz (redimensionar las ventanas tiene cierto inexplicable lag), en GNOME todo va como una seda. Iré probando cositas como GVFS o la nueva herramienta de seguridad PolicyKit y ya iré contando, pero de momento esto promete, y mucho. El 29 de mayo aparece la primera y única Release Candidate, y el 19 de junio, la versión final de openSUSE 11.0. Ahí estaré para probarla, claro está 😀
Muchas gracias por tus impresiones javipas, la verdad que tenia ganas de ver las nuevas tintas, aunque fueran beta aun de suse. Un saludo
Ahora me toca a mí. ¿Y si pruebas la primera beta de Linux Mint Elyssa, basada en Ubuntu 8.04? Linux Mint 4 va muy bien, así que estoy a la espera de que en poco tiempo salga la versión final.
Y así podrías escribir una anotación comparándola con Ubuntu 8.04 (en la espera, confío que LM 5 solvente los fallos detectados en U 8.04).
Por pedir que no quede, ea.
Hay un comentario mío en moderación me temo, por tener tres enlaces. Podrías subir el límite permitido.
Maty, probé Linux Mint 4.0 Daryna hace tiempo, y estaba chula, pero prefiero la Ubuntu original. no me digas porqué. Quizá era que todo estaba ya predefinido y preparadito, y a mí me gusta que me presenten una distro base a partir de la cual hacer mis personalizaciones. Con Mint eso no pasa: te lo dejan todo tan niqueladito que da pereza, con lo bonita que está, cambiar nada 😀
Gracias por el post. Tengo expectativas muy altas para esta version de openSUSE y me alegra saber que la evolucion de mi distri favorita es la que esperaba. Una vez mas gracias.
Hola 🙂
Has escirto:
«YaST ha sido €˜portado€™ (qué bien suena eso en inglés y qué mal en español) con librerías Qt, de forma que el asistente de instalación ahora tiene un acabado visual realmente chulo.»
Y tendría que poner:
«YaST ha sido €˜portado€™ (qué bien suena eso en inglés y qué mal en español) con librerías Qt 4, de forma que el asistente de instalación ahora tiene un acabado visual realmente chulo.»
Te ha faltado el «4» detrás de Qt. YaST siempre se ha desarrollado basándose en Qt, hace poco hicieron un port a Gtk, pero siempre ha sido Qt 🙂 Ahora lo han pasado a Qt 4 y han hecho uso de todas las novedades que trae.
Saludotes!!
Hola..yo instalé opensuse 11 y no me funcionan los efecto que puedo hacer?????
¿¿por qué ~1/r^2??