En el punto de mira tengo otro de esos artículos ‘ambiciosos’ en los que mi idea era hablar del futuro inmediato de los procesadores. Me paso el día leyendo y escribiendo sobre Conroes, Kentsfields, Barcelonas y Phenoms, y va llegando el momento de dar mi visión sobre el asunto, pero antes de meterme en camisa de once varas había que hablar de un tema directamente relacionado: el desarrollo de software multihilo y multiprocesador.

Son dos cosas distintas – más de lo que parece – pero la esencia es la misma: los fabricantes de procesadores han dejado de lado la carrera por el procesador más rápido, y ahora luchan por el procesador más eficiente. Y para mejorar esa eficiencia han llegado los micros multi-core, es decir, los procesadores con más de un núcleo de proceso que combinan la potencia de esos cores para alcanzar rendimientos que hace apenas dos años eran impensables en la informática de sobremesa.

El problema, como diría el anuncio, es que la potencia sin control no sirve de nada. Tanto Intel como AMD nos están vendiendo la maravilla de la informática multi-núcleo, las excelencias de sus procesadores quad-core de pega (ni Kentsfield ni AMD 4×4 son sus verdaderas apuestas, y muy pronto descubriremos porqué) y lo que llegará con Barcelona y Yorkfield – ambas más dirigidas a servidores.

Pero pocos hablan de que lo que necesitamos, aparte de estas bestias de proceso, es el software capaz de aprovechar esas bestias. Y no lo hay. Intel ya alertó de esto hace bien poquito, pero recientemente el tema se está empezando a poner muy de moda, como demuestran los fantásticos artículos de IBM y de Embedded.com (una serie en tres partes, 1, 2 y 3) en la cual se habla de software multiprocesador y de las implicaciones que tiene en Linux y en general.

Reconozco que no me los he leído enteros, pero en cuanto tenga un rato me los empollo, porque está muy claro que si una empresa de software quiere triunfar a medio plazo, tiene muchas papeletas si empieza a desarrollar con vistas a este tipo de escenarios. Las aplicaciones multiprocesador – muchas ya son multihilo, aunque con limitaciones – significarían dar un salto cualitativo como el que hemos visto con los micros Intel Core 2 Duo (y la arquitectura Intel Core 2, claro), la verdadera revolución de la informática del año pasado. Digan lo que digan.