Aunque ya había estado hace un par de años, está claro que si el tiempo acompaña la cosa puede mejorar mucho. Mientras que en mi primer viaje hacía un frío de tres pares (creo que ningún día estuvimos por encima de 0, y eso que ya eran finales de febrero) en este la temperatura ha acompañado, y también el solecito, que ha estado presente aun cuando las previsiones no lo dejaban muy claro. Al final, y a pesar de dos largos días de trabajo que aún así fueron interesantes, me lo he pasado genial y he revisitado algunos de los sitios que ya había visto. Como esperaba, Central Park con buen tiempo es, sencillamente, increíble. Y que conste que el Retiro madrileño es también muy chulo, pero la verdad, este parque le da unas cuantas vueltas. Y por supuesto, el Empire State Building de noche, desde el que pude sacar fotos mucho mejores (en las otras me temblaba el pulso y todo lo demás, qué rasca ;-)) esta vez gracias a un minitrípode y al disparo retardado. Vengo encantado de la vida, así que si alguno puede ver esta ciudad, que se vaya, pero que lo haga en estos meses primaverales o a finales de septiembre y octubre, cuando las temperaturas extremas de esta ciudad (inviernos y veranos muy fríos y calurosos) te permiten disfrutarla al cien por cien.

De lo contento que estaba iba saltando por todas partes 😀