Recuerdo que me quise apuntar a Gmail desde el minuto cero. Me enteré del lanzamiento aquel uno de abril y como muchos otros, aquello del gigabyte de almacenamiento me parecía la prueba definitiva de que Gmail era otra de las bromas típicas de Google en el famoso April Fools’ Day, los Santos Inocentes yanquis. Pero no. Era de verdad.
Por supuesto, no fui el único en querer conseguir una cuenta. Google molaba mucho por aquella época. Ya era un gigante, claro, pero aún así no era lo que es ahora. La preocupación por la privacidad –que yo recuerde– no existía, y seguían conservando ese halo de startup. Recuerdo cómo la gente del mundillo tecnológico se peleaba por aquellas invitaciones, y en mi caso la cosa tardó cinco meses. El 6 de septiembre aproveché la invitación que me mandó un conocido, y aquello marcó el principio de mi relación con Gmail, de la que he hablado en repetidas ocasiones en Incognitosis.
Desde entonces Gmail ha logrado convencerme –a mi y a unos cuantos milloncejos de usuarios más– de seguir usando un servicio que se ha convertido en imprescindible. Aquel contador que indicaba cómo tu almacenamiento iba creciendo desapareció (hoy tienes 15 GB gratuitos entre Gmail, Google Drive y Google+ Photos), pero no lo hizo la concepción de conversaciones –qué difícil se me haría ahora volver a un cliente sin hilos de mensajes, tipo Outlook– o muchas otras opciones que fueron cambiando y, en su mayoría, mejorando.
La mejor prueba de ese uso intensivo de Gmail –que se convirtió para mi en pasarela para otros servicios de Google, justo lo que pretendían estos listillos– es que la capacidad, por increíble que parezca, siempre acaba quedándose pequeña. Como buen seguidor de Diógenes, borro poco –mucho menos de lo que debería– y la filosofía Inbox Zero sigue siendo inalcanzable para mi.
No creo que importe mucho. Al paso que vamos, es probable que dentro de 10 años Gmail ofrezca varias veces más la capacidad actual, y algo raro tendrá que pasar para que no siga siendo un cliente de correo electrónico –con su permiso, Sr. Sabina– insustituible.
PD: No os perdáis la historia sobre el origen de Gmail que han publicado en Time. Un poco decepcionante que en Google hayan preferido tirar de broma —un poco chorra, la verdad— en este aniversario tan redondito.
Pues a mi, cómo decirlo, estoy desencantado y también lo uso desde hace 10 años. No os va lento, tarda una eternidad en cargar la home? Abrir un email flotante o varias pestañas en el navegador es imposible con la opción avanzada (Aunque si con la versión básica)… lo que yo quiero es abrir varios mensajes a la vez en pestañas, a mi aire pero no puedo? El interface para escribir, horrible también… porque ocultan las herramientas básicas de edición negrita etc? Lo de adjuntar una imagen como cuerpo o como adjunto es un lío! Se hace prácticamente igual de la misma manera… Para mi es altamente insufrible. Hasta tal punto que uso cliente Sparrow que es mucho más ágil aunque gaste recursos de mi mac… no os pasa a vosotros? hay algún truco que me esté perdiendo? Para mi gmail antes molaba…
Yo tampoco es que lo use mucho, salvo para las cuentas de adwords, adsense, etc… como login.
Soy adicto a Outlook y Exchange. Lo reconozco.