No soy diseñador web, pero es uno de los temas en los que más interés tengo desde hace un par de años. Puede que se cumpla el «para gustos los colores», pero también creo que hay ciertos principios universales que siempre debe cumplir cualquier buen sitio web. Lo que ocurre es que, lógicamente, esos principios no coinciden con el de muchos de mis paisanos. Donde yo necesito aire, otros necesitan todo tipo de elementos. Donde yo busco la simplicidad, otros buscan el máximo de información por píxel.
El tema es que cuando uno trabaja en un nuevo diseño web para sus sitios web -en mi caso llevo haciéndolo desde hace semanas, pero no puedo desvelar aún para cuál de los sitios web en los que trabajo- se encuentra con el problema de tratar de llevar a los compañeros «más o menos» por tu camino. O más bien, a aunar esfuerzos. Es lo que hemos conseguido tras varias reuniones muy duras -es lo malo de querer llegar a consenso entre usuarios de distintas culturas «digitales»- y lo cierto es que el resultado merecerá (creo) la pena.
Pero claro está, no soy un experto. Cuando comenzamos a trabajar en el citado rediseño consultamos posibles candidatos profesionales para el cambio de look. Las empresas contactadas tenían proyectos interesantes, y alguna de ellas se había encargado del diseño de webs muy importantes (léase Ikea). Y claro está, sus presupuestos eran igualmente importantes. Y en estos tiempos en los que el ahorro es primordial acabamos tirando por el camino menos transitado: el nuestro.
Como digo, creo que el resultado merecerá la pena, pero es evidente que en esto del diseño web uno debe aprender y tomar refencias en todo momento. Me he leído dos o tres libros sobre el tema (el imprescindible «Don’t make me think«, por ejemplo) y ahora tengo en lista de espera The Smashing Book #2, la segunda parte de un libro que me gustó mucho en algunas partes aunque en otras no me pareciera nada de otro jueves.
Pero de todo se puede sacar provecho, así que habrá que darle una oportunidad a esta gente, sobre todo considerando el hecho de que el libro está escrito por los redactores de Smashing Magazine, una de las webs de diseño web más reputadas y famosas de todo el mundo.
Así pues, a aprender tocan: aunque uno tenga sus manías y vicios -los míos son el aire y el famoso KISS, como se puede ver en este humilde blog- seguro que voy descubriendo un montón de sorpresas. Mientras tanto, cuando desvele la sorpresita (no tardaré mucho), tocará oir vuestros constructivos comentarios. Que no nos pase ná.
(Créditos de la imagen: Paint, por R2AP para DeviantArt)