Hoy se han puesto a la venta los esperados iPhone 3G S, la tercera generación de móviles de Apple de la que vamos a estar viendo historias en los medios durante unos cuantos días. Sin embargo, en esta ocasión la cobertura parece casi anecdótica en comparación con la increíble cantidad de noticias de todo tipo que aparecieron alrededor de estos dispositivos en los dos lanzamientos anteriores.

Y es que el iPhone 3G S no aporta nada realmente excepcional en el apartado hardware. Vale, mejor cámara (qué manía con hablar tanto de las cámaras de los móviles -¿quién las usa a ese nivel?-), procesador más potente, un chip gráfico que promete mejoras notables por ejemplo en juegos, y listo. Y es que lo más importante del iPhone 3G S no es el iPhone 3G S, sino el nuevo sistema operativo.

El llamado «iPhone OS 3.0» sí es una mejora relevante respecto a la anterior versión, y lo mejor de todo es que no necesitamos un iPhone 3G S para disfrutar de él: podremos disfrutarla igualmente los que tengamos un iPhone de primera generación o un iPhone 3G. Cosas como el soporte oficial del tethering (¡al fin!), envío de MMS, grabación de vídeo o el famoso cortar/copiar y pegar son características que llegan por fin de forma «legal» aunque ya dispusiésemos de muchas de ellas gracias a las herramientas homebrew.

Yo estoy esperando como agua de mayo a que los chicos de Quickpwn saquen la nueva versión de su software para poder pasar a la actualización en mi iPhone, porque el ficherito ya está esperando desde hace días 😉 Y cuando la haga, ya os contaré, pero de momento, ya sabéis. No necesitáis un iPhone 3G S. Otra cosa muy distinta es el iPhone OS 3.0, actualización obligada para todos los que tengan estos móviles e incluso algún iPod touch.