Incognitosis

52 castañas

Ese salto es del pasado viernes. Esta semana santa disfrutamos de unos días fantásticos en casa de un buen amigo en el norte (¡Pablo!) y cómo no, había que brincar un poquito.

El caso es que todavía puedo hacerlo. Cuando amigos y conocidos me repiten eso de «eso es Photoshop» —o ahora, «eso es ChatGPT»— yo respondo que no, y que gracias a Dios puedo seguir saltando. Cuando no pueda igual sí que es mala señal.

Pero ahí estoy, brincando como si tuviera 20 años. Que es mi eterna edad mental, como seguramente os pase a muchos de vosotros. Yo me veo estupendo, la verdad. El otro día, que estuvimos de megaboda de sobrino especial, estuve bailando con sus amigos y amigas treintaañeras como si no hubiera mañana, como Sally. Estábamos on fire, de verdad.

Y eso es lo importante, chavales. Cumplir años con salud y buen espíritu. Así los cumplo otra vez, y además con un pequeño gran éxito en la mochila: por fin logré publicar mi libro el año pasado, algo que llevaba tiempo queriendo hacer y que al fin conseguí. Quedan otros retos, claro —la fama y la fortuna siguen resistiéndose, como mi ingreso en torneos Premier Pádel— pero debo decir que oye, esto marcha.

Y mientras marcha, la idea sigue siendo la que ya planteé a los 50. El mejor consejo que jamás nadie me pudo dar y el mejor que yo también os daré en toda mi vida.

Enjoy.

Suscríbete a Incognitosis

¡Recibe en tu correo las nuevas entradas!

Standard

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

4 comentarios en “52 castañas

  1. KAZU dice:

    ¡Pero bueno, si hemos estado veraneando al lado! Eso es El Bolao si no me equivoco, cerca de Cóbreces, mis buenos paseos con los enanos me he pegado por allí. Muchas felicidades y a seguir dando saltos y sobre todo guerra, ¡un abrazo!