Tecnología

Las otras portadas de ‘Suscriptocracia’

En algún momento hablaré de mis reflexiones sobre el mundo de la autopublicación —que tiene su aquel— tras la experiencia con ‘Suscriptocracia‘, pero ya antes de publicar tenía la intención de contar varias cosas sobre el proceso mismo de publicar.

Uno de ellos, por supuesto, es el de cómo creé la portada o cubierta del libro. El célebre dicho de ‘La gente juzga un libro por su portada’ es totalmente cierto: para libros que no conoces tanto o que no estás seguro de si comprar o no, la portada es un reclamo fundamental.

Eso me hizo plantearme si debía invertir en algún diseñador profesional para el libro. Lo pensé de hecho durante quizás unos tres segundos. Probablemente fue menos, porque desde el principio tuve claro que esta era una aventura en la que si luego ganaba dinero, fantástico, pero que sobre todo quería que no me saliese a perder (económicamente).

Lo que quería es lo que ya he conseguido: publicar ‘Suscriptocracia’. Todo lo demás iba a ser ganancia.

Y crear la portada entraba en esa ecuación de montármelo por mi cuenta. El proceso de diseño fue bastante simple, de hecho: utilicé Canva como base, y sobre eso construí la idea que tenía en mente. Primero busqué un diseño que me gustase allí; basta con poner «portada libro» para que salgan 20.000 plantillas. El buscador es bastante potente y te permite filtrar por cosas como el color, pero os seré sincero: ya no recuerdo cómo encontré mi portada de partida, y ni siquiera sé ya cuál es en realidad.

Solo sé que me dio ideas sobre qué camino seguir, y ahí llegaron los dos principales problemas.

  1. ‘Suscriptocracia’ es una neologismo fantástico que me he inventado y del que Google tenía cero resultados, pero es larga. Y eso implicaba que probablemente —como sucedió— tendría que partirla en dos o incluso más partes.
  2. Quería añadir algún elemento visual. Este fue fácil de resolver: desde el principio pensé en una llave.

A partir de ahí empecé a juguetear de rato en rato con las portadas. Sin prisa, pero sin pausa. Probé a adaptar varios diseños de Canva cuando uno no me acababa de funcionar, y de ahí fueron saliendo más ideas. Algunas más afortunadas que otras, pero todas iban sumando. Y si iban restando, claro, fuera.

Para la portada hice además otro experimento que estaba cantado: probar a hacerla con inteligencia artificial. Me suscribí a Midjourney y empecé a lanzar prompts para diferentes cosas. Como puedes pedirle de todo le pedí conceptos que sugirieran la idea de la ruptura de la propiedad. En algún momento pasé del concepto de llave rota a uno de llave desintegrándose. Eso me gustó: la propiedad, efectivamente, parece estar haciendo eso.

Debo decir que Midjourney en general me decepcionó mucho a la hora de generar portadas. En las últimas versiones se supone que trataba sin problemas el texto, pero suele hacer un poco lo que le da la gana con la palabra, aunque ajusta algo mejor peticiones de objetos.

Aquí yo probé y probé sin descanso, pero jamás logré nada que me convenciese como portada medio cercana al producto final. Es cierto que aportaba cosas curiosas que podían llevar a otras cosas —lo de la llave fue un proceso muy, muy evolutivo—, pero yo pensé que prácticamente me podría diseñar la portada del libro y de eso nasty de plasty.

De hecho la gestión de las tipografías y el título como tal fue un absoluto desastre: aquí creo que las IAs generadoras de imágenes tienen mucho, mucho margen de mejora. O eso, o yo no aportaba los prompts adecuados, que también puede ser.

Pronto me quedó claro que iba a tener que partir ‘Suscriptocracia por la mitad’ porque quería que se viese mucho y bien. El subtítulo original, por cierto, siempre fue el mismo: «La era en la que no poseíamos nada», aunque con esto hubo también bastante experimentación y al final se quedó con el final: «Cómo las suscripciones lo han conquistado todo».

Como se puede ver en esa segunda galería, en la segunda imagen ya estaba todo bastante decidido y lo que hice fue jugar con las frases de subtítulo para ver si alguna me hacía más tilín. Por cierto detalle importante entre la segunda y la tercera imagen: veréis que la palabra «Suscrito» está en un color rojo más oscuro que hace que se vea y se lea mejor. Ese cambio no lo hice yo. Lo hizo mi hija Lucía, que es muy artista —como Javi Jr.— y que me lo sugirió cuando les pedí ayuda para la portada.

Ese fue un pequeño reto que quise proponerles a mis hijos, que en mi opinión —y las de quienes nos rodean— son súper creativos. Lucía controla más de Canva, que ha usado en algún proyecto suyo, así que intentó más cosas jugando con la llave. Javi, que apenas conocía el servicio, intentó sobre todo encontrar portadas chulas y luego sustituir el título 😉 Yo solo les dije «venga, diséñame la portada de Suscriptocracia» explicándoles muy brevemente de qué iba el libro, y estas fueron sus ideas.

Primero Lucía

Y ahora Javi

Al final el único elemento que formó parte del libro en el que intervino la IA fue… la llave. Que integrada en la portada de Canva quedó como conjunto definitivo. Yo creo que quedó bastante simpática y llamativa. Bastante de juzgar el libro por su portada y obtener una idea positiva, pero claro, sobre gustos no hay nada escrito y supongo que a unos os gustará más y a otros menos. No pasa nada 🙂

Como nota final, debo decir que estuve a punto de incluir una imagen distinta para cada capítulo. La idea era la de coger el tema o empresa a la que se refería el capítulo, y utilizar ese pequeño reclamo como descanso y pequeña recompensa visual entre capítulo y capítulo. Al final no lo hice porque no las tenía todas conmigo en ese respecto. Aún así, aquí adjunto esas imágenes, que eso sí, generó Midjourney con el mismo concepto que la llave: todas con fondo plano y con un icono que se desintegraba. De las decenas que hice, elegí estas:

La contraportada, por otro lado, no era para mí tan importante, así que básicamente apliqué el mismo color, añadí dos de esos iconos desintegrándose, y el extracto o blurb que trata de servir como resumen y «gancho» para captar a los lectores. Eso sí lo resolví en mucho menos tiempo, pero lo que sí me llevó bastante más fue este proceso de diseñar la portada.

La pregunta, claro, es qué os parece. Estoy seguro de que por aquí alguno de los que me lee es diseñador o sabe mucho más de esto que yo, así que todas las críticas serán bien recibidas. ¡Ya me diréis!

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4 comentarios en “Las otras portadas de ‘Suscriptocracia’

  1. Fede dice:

    Aquí uno con un miserable cursillo de unas cuantas semanas y además antiguo.

    Para mí, la que mas me ha gustado es la que ha elegido, por su claridad.
    Su limpieza hace que sea fácilmente identificable entre los demás libros.
    Eso sí, las otras son más chulas. 🙂

    Y respecto a la IA, pues opino lo mismo, le falta todavía un poquito, o bastante, según se mire.

    Recientemente luché con ella y tengo claro que si le pides una cosa fuera de lo común, de la que ha recibido poca ‘alimentación’, pues nanai de la china.

    Recientemente tuve que hacer una portada, y después de generar tropecientas imágenes, la compuse con trocitos de lo que ella había generado.

    • Gracias Fede. Cuando dices que las otras son más chulas… ¿cuáles lo son?

      Y sí, para algunas cosas la IA genera imágenes alucinantes, sin duda. Para portadas puede ayudar mucho, sin duda, pero no te hace todo el trabajo, ni mucho menos. Al menos aún 🙂

  2. Fede dice:

    Pues, por ejemplo, el ojo mirando por una rendija, la del día de lluvia, y no digamos las últimas fotos que has puesto con movimiento de partículas.

    Pero me reitero, la que has elegido es clara, limpia y ante todo, práctica. se verá claramente junto a otros libros.

    Siempre he defendido que es más importante el mensaje que se pretende emitir que no las florituras con las que solemos adornarlo.

    Si tú miras una valla publicitaria y no distingues claramente que te están anunciando, es que la valla no es correcta. Debe de primar el mensaje sobre el continente.

    Y a día de hoy: ¡Feliz Navidad!