Tecnología

Un incunable defectuoso llamado ‘Suscriptocracia’

Más adelante hablaré de cómo una de las cosas que más me costó al empezar a escribir Suscriptocracia no fue empezar a escribir: fue elegir la aplicación con la que hacerlo. ¿Tiro con Word o Google Docs? ¿Un editor de Markdown? ¿Una aplicación tipo AI Writer o algo más avanzado tipo Scrivener?

Lo que acabé utilizando fue bastante distinto, por cierto, pero me guardo el suspense para ese post. Lo que sí he comprobado es que al final cuando vas a publicar en KDP lo que suele funcionar es tener tu libro en formato DOC o DOCX, porque eso es lo que la plataforma de Amazon coge con más gustirrinín para luego poder publicar el eBook o el libro en formato impreso (tapa blanda, tapa dura).

Como comenté la semana pasada, mi primera experiencia con KDP fue rara. Se notaba que era novato, porque en lugar de usar directamente un DOCX usé el ePub que tenía generado. Que fue lo que usé como ARCs (Advanced Reader Copies), es decir, manuscritos en fase beta para que algunas personas cuyo criterio respeto se lo leyeran y me diesen su valoración. Esa es otra cosa de la que también hablaré si os mola, porque en esto de autopublicar hay muchos aprendizajes.

Cuando la semana pasada envié los manuscritos y las portadas de las ediciones, lo hice mal. Ese es un poco el resumen del post. El ePub estaba bastante decente, porque fue el formato que más controlé durante todo el proceso, pero las dudas sobre las versiones impresas estaban ahí. En lugar de usar un DOCX usé el PDF que tenía generado y que al menos en pantalla parecía estar bien. KDP se quejó avisándome de que la portada no se ajustaba del todo bien y de que el tamaño de impresión del PDF tampoco era el adecuado. «Pero no te preocupes, que lo puedo ajustar yo solo», me decía en un mensaje en la interfaz. Yo, obediente y feliz, le confirmé a KDP que lo hiciera. El proceso llevó un minuto, y una vez hecho la previsualización del libro parecía correcta: la portada y el texto respetaba los márgenes, así que aunque tenía dudas, solicité la publicación tanto de la versión en tapa blanda como de la tapa dura.

El proceso en KDP es relativamente sencillo: una vez el sistema valida que está todo OK para publicar, en Amazon te avisan de que tardarán unas 72 horas en publicar de forma efectiva el libro. Mientras ese tiempo pasa, puedes hacer una cosa interesante: pedir una muestra de prueba.

Que es exactamente lo que hice. Pedí una copia impresa del libro en tapa blanda. Amazon me pedía a las pocas horas que confirmase el pedido en un email: es como una compra normal en Amazon, así que pagué mi copia —¡mi primer libro impreso, chispas!— y me dispuse a esperar. Tardó exactamente cuatro días en llegar —la estimación era cinco— y claro, esperé a que los enanos llegaron del cole para hacer la apertura oficial del sobre de cartón de Amazon.

La portada de los libros de prueba es la definitiva, pero con una diferencia: hay un cintillo gris con el mensaje «Prohibida la reventa» que indica claramente que es eso, una versión de prueba. Salvo por ese detalle, el interior es idéntico al libro normal.

La portada estaba bien, algo justa en márgenes superior e inferior pero aceptable para una primera prueba. Tanto la cubierta como la contracubierta y el lomo estaban bien, así que todo parecía estar bastante correcto.

Pero entonces abrí el libro y descubrí que mis dudas sobre el formato de impresión estaban fundadas. El interior del libro estaba bastante mal. Márgenes demasiado justos, letra demasiado pequeña, y secciones como el índice mal presentado por depender demasiado del eBook. Además había fallos gordos adicionales: cuando el capítulo acababa con uno o dos párrafos en una página final, esos párrafos aparecían centrados en la página en lugar de aparecer en la parte superior de la página (ver imagen).

¿Y ese párrafo ahí en medio? Uf, fatal.

Eso, claro, ha hecho que el lanzamiento, que igual podía haber hecho un poco antes, vuelva a situarse en la primera o segunda semana de diciembre, como había prometido. He dedicado unas cuantas horas a corregir los problemas de la versión impresa, y lo he hecho como debía haberlo hecho desde el principio: si vas a publicar en Amazon, lo suyo es que uses una aplicación para maquetar el libro en condiciones. Aunque hay opciones más profesionales como Vellum o Atticus, no son nada baratas (unos 200 euros). KDP tiene la suya propia, Kindle Create, que aun siendo bastante más básica funciona y está precisamente específicamente pensada para publicar sin problemas en la plataforma de Amazon.

Es precisamente la que yo usé. La interfaz de Kindle Create es simplona, algo tosca y feota, limitada en muchas cosas, pero sin duda es funcional: hace lo que tiene que hacer. Que es dejar el libro exactamente como quieres que aparezca tanto en ePub como en formato impreso. Ahí puedes darle formato a títulos, subtítulos y párrafos, o por ejemplo hacer algo muy importante en mi libro: los capítulos están divididos en historias, así que quería que cada historia empezase en una nueva página. Es fácil mediante la opción «Editar -> Insertar -> Dividir el capítulo aquí» de Kindle Create, y tras añadir algunos elementos de diseño como las letras capitulares, dejé todo como yo quería que apareciese en la versión final.

No solo eso: con Kindle Create puedes añadir las páginas preliminares (dedicatoria, prefacio, tabla de contenidos, etc) y las finales (agradecimientos, epílogo, etc). Todo eso está muy estudiado y es totalmente estándar, pero mi DOCX original ya las tenía creadas y tuve que cortar esas partes y pegarlas en esas páginas preliminares y finales para que todo quedara bien. La herramienta incluso genera una tabla de contenidos algo básica en mi opinión, pero que también es funcional: en la versión ePub incluye los enlaces, y en la impresa los números de página de cada capítulo.

Como digo, tras algunas horas con ello logré por fin el resultado que quería, así que volví a enviar ambos manuscritos y las portadas algo retocadas —por los márgenes— a KDP. Tras volver a previsualizar el libro en el visor web que ofrece la plataforma comprobé si todo estaba bien (tuve que corregir algunas cosas y volver a comprobar), y una vez satisfechó confirmé los cambios y volví a solicitar la publicación.

Toca esperar 72 horas, pero claro, he vuelto a pedir una copia impresa del libro de tapa blanda para comprobar que todo está bien. Cuando la reciba y compruebe que está bien —y no antes— lanzaré el libro a la venta, porque lo quiero es intentar que el libro no solo sea una interesante y entretenido, sino que se lea a gusto. Y de eso se trata. Los plazos, como digo, mantienen la promesa inicial: primera o (si queda algún fleco) segunda semana de diciembre. Gracias por vuestra paciencia.

Mientras tanto, eso sí, ya tengo conmigo la primera copia impresa. Con una maquetación terrible, con una letruja más pequeña de lo adecuado y con párrafos descolocados.

Un incunable en toda regla, vaya.

Ya queda menos 🙂

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12 comentarios en “Un incunable defectuoso llamado ‘Suscriptocracia’

  1. Fede dice:

    ¡Enhorabuena! Para mí ya es todo un éxito.

    Y muchas gracias por los consejos. Son bien recibidos.

    No te preocupes por los plazos. Para mí que ibas a ser un bicho raro si los cumples, ya que hoy en día no los cumple nadie. 😉

  2. La espera va a merecer la pena, estoy seguro.
    Espero que este sea el primero de muchos . Hacen falta muchos valientes como tú para que podamos disfrutar de contenidos sobre temas “digitales” en castellano .
    Con ganas de me llegue el mail con la fecha de compra 🙂

  3. José María dice:

    Ostras Javi, vaya trabajazo. Tranki, que cuando saques tu primera trilojia del mundo de Harry & Sally, todo ese curro te lo hace PRH a descontar de los honorarios por el futuro best seller, ya que seguro que con este libro estás en su punto de mira. O quien sabe, por el próximo premio planeta…o hilando más fino por el Cervantes o mas allá el Nobel…Ya sabes se acerca la navidad y si los niños pueden soñar, porqué no nosotros que dejamos tiempo ya, ese mundo de ilusión.
    Por fa, sigue entudiasmándote y por ende a tus lectores, dándonos mas pistas de todo ese nuevo recorrido.

    • ¡Bueeenooo que igual estamos creciéndonos José María! xD Pero bueno, por soñar que no quede. No sé quién es PRH, ya me contarás. Y claro que sí, iré contando más cosas de esta aventura, que ha sido bastante curiosa desde luego.

      Abrazo!

  4. José maria Bautista Sanchez dice:

    Me refería con PRH, al grupo Penguin Random House, del que conozco un poco de los grandes tentáculos que tienen en el mundo editorial. Y del que me gustaría que no te metieses, al igual que pasa en la música con los 40 Principales (estos temas dan para unas charlas de varias comidas).
    Me alegra que seas libre, porque así podrás contarnos muchas verdades de ese mundillo y sobre todo de las tecnológicas, que es lo que nos entusiasman a tus lectores, como esos programas que nos has dicho que has usado.

    • Ahh vale 🙂 Sí, prefería autopublicar, me apetecía mucho probar ese camino para ver qué tal. Dicho lo cual, nunca se sabe, y si acabo escribiendo más libros no cierro la puerta a hablar con grupos editoriales porque una cosa es cierta: autopublicar tiene su aquel. Si tienes tiempo y ganas, perfecto, pero como todo: igual prefieres delegar y ceder esa parte aunque ganes menos. Todo es cuestión de si compensa o no. Aquí ni idea de PRH (pero entiendo que habrá de todo), pero gracias por el apunte José María. Y por esa ilusión con la que esperáis el libro o este tipo de intrahistorias sobre la autopublicación. Eso es lo mejor.