No recuerdo cómo conocí el iPod. Por aquel entonces ya llevaba un par de años en PCActual, así que supongo que estaríamos bastante atentos al lanzamiento en la revista.
Lo que sí sé es que nunca tuve uno. ¿Por qué?
Bueno, por aquel entonces ya tenía claro que había cosas que no me compensaban de la forma en la que funcionaban los dispositivos de Apple. Mi pequeño acto de rebeldía no significaba nada, porque para la mayor parte del mundo el iPod era el reproductor de música MP3 por excelencia. Hasta 2004 su cuota era del 90%, aunque luego la cifra bajó con la llegada de los competidores. En 2006 le dediqué un post en su quinto aniversario y dije algo curioso:
Y es que los iPods son toda una forma de vida, sobre todo en EEUU, donde el que no tiene un iPod es un bicho raro. Me refiero a que si tienes un reproductor MP3 que no sea el de Apple en cualquiera de sus variantes, te miran como si te hubiesen vendido la moto. La gente no solo lleva el iPod encima bien visible: presumen de él.
Y digo que es curioso porque si uno cambia los iPod de entonces por los iPhone de ahora (que todavía no se conocían) el párrafo sería exactamente igual.
El iPod no fue el primer reproductor de su tipo, por supuesto —atentos a la historia que publican en Tedium sobre sus antecesores y competidores—. Los Diamond Rio que iniciaron toda esa revolución fueron luego superados por modelos más ambiciosos como aquellos Archos Jukebox 6000 horribles —pesaban como un muerto, además— pero que sorprendían por su disco duro de 6 GB. Uno de los compis de PC Actual, José Plana, tuvo uno de aquellos, lo recuerdo a la perfección.
Eso dio igual, claro. El iPod lo revolucionó todo de una forma muy similar a como lo hizo el iPhone en el mundo de la telefonía. Lo hizo en dos fases, en forma paralela: primero se lanzó el cacharrito, al que podías pasar tu música mediante iTunes, y un par de años después se lanzó la iTunes Store, que permitía comprar canciones a 99 centavos y fue la gran alternativa (legal) a la distribución de música convencional. Luego, ya sabéis, llegaría el streaming.
El modelo es como digo muy parecido al del iPhone: el móvil llegó en 2007, pero hasta 2008, cuando se lanzó la App Store, no quedó claro que la revolución estaba completa. El primero sin lo segundo no hubiera funcionado ni mucho menos igual, y lo mismo ocurría con el iPod, que logró que Apple se convirtiera en el gran referente de la industria musical de la época.
El iPod, por supuesto, evolucionó. Aquella mágica rueda de scroll —que ciertamente era alucinante— se mantuvo más o menos en forma y función, pero el iPod fue queriendo hacer más o hacerlo en otros formatos. Los mini, nano y shuffle fueron variantes simpáticas del modelo clásico, que también quiso convertirse en un dispositivo donde ver vídeo y fotos aun cuando la pantalla era ridícula en tamaño.
Con los iPhone el iPod comenzó a dejar de tener sentido, pero aún así Apple mantuvo la apuesta: los iPod Touch eran iPhones sin cámara (la tenían, aunque no era muy prota) y teléfono, y para mucha gente siguieron teniendo sentido. Se lanzaron varias iteraciones, pero cada una de ellas tenía menos y menos razón de ser ante el avance de 1) el móvil como reproductor y 2) el streaming de música y las redes móviles que hacían posible disfrutarla virtualmente en cualquier sitio y lugar.
Yo jamás disfruté de aquel fenómeno: en enero de 2006 me compré un Creative Zen Vision: M que tenía opciones bastante chulas —podías conectarlo a la tele y poner pelis desde él— y que por ejemplo dejaba libertad a la hora de transferir música. Jamás me arrepentí de la compra, pero ni aquel producto ni el fallido Zune de Microsoft pudieron competir jamás con un iPod que era imparable.
El vídeo es de la introducción del iPod en un evento de perfil bajo, en octubre de 2001. Dos décadas después, Apple anunciaba el adiós definitivo al iPod. Sus responsables no lo decían explícitamnete, pero sí revelaban que el iPod touch de 7ª generación, lanzado en 2019, seguirá estando a la venta mientras haya existencias. Después, si quieres, tienes otras formas de disfrutar de la música.
Diría que el iPod se merecía una despedida algo más ambiciosa que un simple post en el blog de Apple. Fue el dispositivo que realmente comenzó a cambiarlo todo para la compañía. El que comenzó a convertirla en un gigante absoluto. Su primera gran disrupción. En fin.
Hasta siempre, iPod.
Imagen | Insung Yoon