Incognitosis

49 castañas

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No esperaba gran cosa de este cumpleaños, sobre todo porque en teoría era un día normal de curro. No lo ha sido. Nada más levantarme —eso sí lo esperaba y deseaba—, felicitación de mi mujercita y mis niños, que me han dejado desperezarme (tardo un rato en ser persona) y que luego me han agasajado con unos regalos entre los cuales había uno especial. Ya sabéis que a mis enanos les escribo una carta cuando cumplen años (aunque no he cumplido todos los años). Hoy Javi me ha devuelto el guante y me ha escrito una breve y especial. Cualquiera que la lea probablemente piense algo tipo «qué rico» con cierta indiferencia. Para mí esa carta ya es un tesoro. Aguardad y desead el día en que os dé igual que os regalen algo carísimo y material y lo que realmente apreciéis es que vuestro hijo (o alguien querido para vosotros) haga algo como esto. No hay comparación. De verdad.

Luego ha empezado la jornada de trabajo. Al conectarme han empezado a llegar las felicitaciones de mis compañeros, que además de majos son (en su mayor parte) mucho más jóvenes que yo. Eso es curioso, porque si estuviera en una redacción normal probablemente me sentiría algo desplazado e incómodo. Teletrabajando y en la distancia la relación es distinta: tengo varios hijos adoptivos en el el equipo (Jose, que es mi primogénito, y luego Álex y Javi Márquez), pero es que el rollo es tan sano allí que no ocurre lo que probablemente ocurriría en una redacción física.

Allí los jóvenes irían con los jóvenes, y yo me juntaría con gente un poco de mi generación —mi gran amigo Juanky o John Tones, por ejemplo, que son con los que disfrutaría de nuestras historias de viejunos digitales—, pero ocurre que aquí todos nos juntamos con todos —no seáis guarretes— y yo creo que hay beneficios importantes: ellos se benefician de nuestra sabiduría infinita (ja) y nosotros no nos quedamos (tan) descolgados de movidas que de otro modo veríamos en plan abueletes antipáticos.

El caso es que como digo ese ambientillo ya ha dado buen rollo de primera mano, pero además han empezado a llegar llamadas —siempre lo he dicho, si te importa una persona, llámala por su cumple, no seas cafre— y mensajes más o menos afortunados y graciosos. Y al llevar al cole a los enanos, más felicitaciones sorpresa. No había dicho nada de que era mi cumple, pero me han descubierto in fraganti algunos padres majetes.

Así que todo guay, sintiéndome querido por amigos y familia y lógicamente admirado apreciado por mis jóvenes compañeros. Ya había cumplido un poco con la parte cumpleañera y me he puesto a escribir, pero de repente, pum. «Oye JaviPas, que si puedes hacer una entrevista para Telemadrid hablando de lo de Netflix de ayer». Pues claro, contesté. Preparé el vídeo y lo mandé tras algúna que otra toma falsa. Los dos minutos, eso sí, se han quedado en unos cinco segundos en la noticia final.

Justo cuando estaba en esas, «Oye JaviPas, que si puedes hacer una entrevista también para TVE, lo mismo, de Netflix». Pues obviamente sí: me mola lo de salir en la tele, ya lo sabéis —tengo alma de rico y famoso, aunque por ahora solo vaya un poco encaminado a lo segundo—así que me puse en marcha porque esta vez la cosa ha sido más propia: el cámara y la periodista han venido a grabar al mini-resort burgués, y tras acicalarme un poco y hacer el montaje en el despacho, he estado hablando con ellos una media hora. Por cierto, gente súper sana y majísima, qué gusto. La noticia saldrá (teóricamente) en el telediario de La 1 a las 21:00, por si queréis ficharlo. Aquí lo tenéis.

El caso es que la mañana ha sido de lo más entretenida, así que pausa rápida para comer y seguir con más historias. Y luego, a la hora de recoger a los enanos, más felicitaciones —¿será que desprendo algún rollo de famoseo?— y a terminar un tema pendiente.

Total, que el día de cumpleaños ha sido súper entretenido y muy, muy chulo. Y aún queda el resto de la tarde, porque después de publicar esto me voy a firmar autógrafos disfrutar con la familia en plan tranqui.

Este ha sido un post distinto del de pasados cumpleaños, sobre todo porque allí me dedicaba a hacer rápido balance del año. Podéis comprobarlo en las entradas que hice al cumplir 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 404142, 43, 44, 45, 46, 47 y 48 años.

Para no perder esa tradición, diría que ha sido otro año raro, como el anterior. Uno que parece la promesa de tiempos mejores. He recuperado buenas y viejas amistades, he seguido mi máxima de juntarme a lo bueno y apartarme de lo tóxico, y también me he sorprendido al hacer nuevos amigos —cuanto más mayor eres, más chungo es, de esto escribiré otro día—. Tengo además la suerte de seguir viviendo un momento dulce en lo profesional —que todo siga como está, como le digo a mi jefa, María— y también en lo personal gracias a una familia que es de llorar de alegría cada día. A ver, que tenemos nuestros momentos, como cualquier familia, pero diría que somos esencialmente felices.

No sé la suerte que tengo, de verdad. Ojalá esta racha dure forever. Y teniendo en cuenta que los 49 pintan muy bien —os adelanto que puede haber sorpresa simpática de cara al futuro— debo decir que este cumpleaños está siendo francamente estupendo. Y lo de siempre: por dentro me siento mucho más joven, algo que tengo claro porque 1) ayer lo demostré en la pista de pádel, y 2) puedo seguir haciendo saltos decentes, como se puede ver en la foto de esta Semana Santa en los flysch de Zumaia. Que me quiten lo bailao.

Como dije hace un año, espero que el próximo 21 de abril os vea para contaros como fueron estos 49. Gracias por estar ahí.

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12 comentarios en “49 castañas

  1. Alan Sugar dice:

    Qué mejor que felicitarte, para redondear el día, con una de tus queridas notas de voz:

    ||>—–O—————————————————|| 11 min

  2. Eapendergast dice:

    Qué grande eres. Sigo siendo dos años más mayor que tú y por cierto, te reviento en la pista de padel.
    Es un gusto leerte habitualmente, pero esta ventana que nos abres a tu vida personal es una delicia.

    Algún día te pillaremos la trampa del saltico, tenlo seguro

  3. Pablo dice:

    Felicidades retrasadas, Javi.
    Todo tan estupendo y no puedo evitar recordar lo mucho que hubiera disfrutado tu padre, con el que compartiría edad y afición, de un chaval como tú.
    (Siento ponerme triste, pero la nostalgia y la melancolia tambien son humanas)

    • Muchas gracias Pablo. Yo también lo pienso mucho, sí. No conoció a sus nietos por mi parte ni la de mi hermano, por ejemplo, algo que yo creo que también le hubiera encantado. Pero gracias por esas palabras, y no te preocupes 🙂 Un abrazo!

  4. Victor dice:

    eh! Felicidades!!! Llego tarde, mucho curro y poco tiempo para navegar por mis rincones de desconexión!!! Ese salto!! Que no falte ese salto! Estás nuevo con 49 castañas!!!!!!!!!!!

Comentarios cerrados.