Me recuerdo en el sofá esquinero de casa. Tumbado a la una de la madrugada, con un mando inalámbrico de Logitech, jugando a la Xbox. Que no sería nada especial si no fuera porque estaba jugando en la Xbox original, que era 2004 y que lo de tener un mando inalámbrico era espectacular.

Aquel mando funcionaba basante bien, y si hay un juego que relaciono con aquel mando es el Top Spin. Ese es el juego al que jugaba de madrugada y con el que me picaba hasta el infinito. Ganar el primer torneo costó. El primer Grand Slam no os cuento. La curva de dificultad era estupenda, pero una vez le pillabas el truco al gatillo para el super-shot, la cosa era bastante asequible.

Aquellas noches de duro entrenamiento acabarían con una recompensa espectacular: un viaje de una semana a Nueva York pagado por Microsoft. Organizaron un torneo para la prensa —lo hacían en esos años y los premios eran de órdago— y yo acabé ganándolo, como ya he contado por aquí alguna vez.

El caso es que nunca jugué a un juego de tenis mejor que aquel. Salieron ‘Top Spin 2’, ‘Top Spin 3‘ y ‘Top Spin 4’ y todos fueron un poco peores, un poco más cutres. Y de repente dejaron de sacar juegos de tenis. Y cuando los sacaban eran un horror, como ocurrió con el reciente ‘Tennis World Tour’ o el ‘AO Tennis 2’, que aun mejorando en el apartado visual no molaban mucho en jugabilidad. Nos quedamos huérfanos de juegos de tenis.

Es algo que lamento especialmente porque he jugado al tenis toda mi vida. Ahora juego menos —es difícil encontrar contrincante digno— y me he pasado bastante al pádel, que es divertido aunque no llene tanto. Es algo parecido a lo que pasa cuando has jugado a fútbol 11 y a fútbol sala: el «bueno» es el fúbol 11, aunque el fútbol sea más divertido la mayoría de las veces. Más dinámico.

No sé si acabarán sacando un videojuego de pádel —supongo que sí—, pero lo que necesitamos es un buen juego de tenis. Uno que recupere la magia del Top Spin. No entiendo por qué nadie lo hace: el tenis sigue siendo un deporte súper popular y con una audiencia enorme, pero supongo que los desarrolladores de videojuegos deben haber hecho sus estudios de mercado y el resultado habrá sido un «esto lo van a comprar dos friquis».

En esas estamos. Sin juegos de tenis. Y en esas me veía yo el otro día cuando de repente vi que había videojuegos de Xbox en oferta. Y como no tengo suficiente con un Game Pass Ultimate totalmente infrautilizado, me lancé a ver qué ofertas había. Por curiosidad. Y de repente, lo veo.

El ‘Rockstar Table Tennis’ a 5,99 euros.

Sí, es de Rockstar. Los de los GTA. Y vale, no es de tenis, pero al menos es de tenis de mesa. Jugué a ese juego cuando lo lanzaron, en otro evento de prensa. Tengo un buen recuerdo de aquel evento, porque fui con dos buenos amigos y con uno tuve un duelo a muerte que acabó haciendo que le asignase el apodo de uno de los personajes (abrazo si me lees, Jesper). Nos reímos mucho, y aunque el juego no era para tirar cohetes, guardé un gran recuerdo de aquello.

Y como la nostalgia es poderosa y 6 euros no van a ningún lado, lo compré. Jugué un buen rato este fin de semana, y la verdad es que sin ser una maravilla, como decía, el juego está muy bien medido en cuanto a dificultad: es fácil picarse, así que estuve un buen rato tratando de subir de nivel (no es fácil).

Recordé los tiempos de aquellos eventos, recordé el ‘Top Spin’ y me lamenté de que no hubiera un buen juego de tenis al que poder jugar online. No al menos uno que yo conozca, porras. Y ahora apetece especialmente, sobre todo con el Open de Australia celebrándose con un Nadal que yo creo que tiene papeletas para llevárselo y lograr superar a Federer y Djokovic —memes del COVID-19 aparte— en número de Grand Slams.

Así que queridas desarrolladoras de videojuegos, si me leéis, poneos las pilas y por favor, haced un jueguito de tenis. Uno bueno, por Dios.