La semana pasada escribí un post un poco injusto. Estaba bastante mosqueado por no poder saber cómo ver los Juegos Olímpicos en condiciones, y solo al final cedía a la realidad de nuestro mundo: acabé pagando 20 euros por una suscripción de un año a Eurosport. Algunos de vosotros me indicábais que RTVE Play era otra buena opción que además era gratuita, pero a pesar de que la oferta allí es mucho mejor, seguía siendo solo parte de lo que realmente estaba pasando o había pasado en los juegos.
Luego me enteré un poco más de todo el rollo de los Juegos Olímpicos y las licencias televisivas. En Wired UK comentaban el caso de la BBC, que es como nuestra TVE y que tampoco estaba ofreciendo apenas cobertura. ¿Por qué? Pues porque no había pagado por ello. El COI vendió por 1.300 millones de dólares los derechos televisivos a la empresa americana Discovery -propietaria, entre otras cosas, de Eurosport-. De hecho en el paquete van los de 2024, así que la situación se repetirá dentro de tres años.
En Wired hacían más un artículo explicativo, pero estos días me encontraba además con el artículo de The Verge en el que decían que ver los Juegos en streaming era «un lío» (mentira, al menos no con Eurosport), mientras que en este otro post de Fast Company en el que también se quejaban de que encontrar lo que uno quería ver era difícil e incómodo (mentira de nuevo con Eurosport). Es curioso: la cantinela era la misma que yo soltaba la semana pasada, pero es que la solución era fácil: solo había que pagar.
De hecho después de estos días estoy sencillamente alucinado con la cobertura de Eurosport. Nunca me había planteado algo así porque tampoco veo tanto deporte, pero Eurosport es la prueba de que hay cosas por las que merece la pena pagar. El servicio es absolutamente impecable, y frente a esos amigos que me decían lo de «hombre, yo veo todo lo que quiero -mentira- con el desco y los códigos que me cuestan 7 euros» la propuesta que plantea Eurosport es extraordinaria.
Su web es, diría, la mejor que he visto en mi vida en el ámbito de las plataformas de contenidos. La organización es impecable, y de hecho si uno cambia en el pie de página el idioma la página de inicio cambia para ajustarse a esa preferencia: en Eurosport asumen (con bastante buen criterio) que si eres español querrás ver en portada todo lo que han hecho los españoles ese día en los Juegos Olímpicos, y luego mezclan eso con los directos de cada momento.
La aplicación móvil es también espectacular, y como digo la organización de los contenidos por deportes y por calendario (que además segmentan por horas) es sobresaliente.
¿Que un evento ha terminado? Te ofrecen el vídeo para que lo veas en diferido. ¿Que te interesa la final de salto de altura, pero no quieres verla mezclada con la carrera de 5.000 que se celebró al mismo tiempo? No pasa nada: hay emisiones específicas para cada prueba de atletismo, o al menos eso me ha parecido ver al disfrutar de la web y la aplicación móvil.
También está el tema de los comentaristas: puedes dejar el sonido ambiente si no te mola escuchar a Ibai Llanos -demasiado exaltado a ratos para mi gusto-, que, cómo no, está en el ajo, pero si quieres puedes elegir cualquier otro idioma disponible, y a menudo hay varios para que puedas practicar tu esloveno. El poder avanzar o retroceder 15 segundos está bien, aunque sería más chulo previsualizar en miniatura el momento del vídeo al que quieres desplazarte en la barra de abajo, como sí ocurre por ejemplo en YouTube o Netflix. Es, diría, la única pega de un reproductor que funciona también a las mil maravillas y que al menos en mi caso se ve con una calidad estupenda.No es 4K, pero a ratos lo parece.
Puedes incluso buscar a atletas específicos: cada uno tiene su propia sección con sus medallas, las noticias que ha generado y, por supuesto, todas las repeticiones de sus actuaciones en estos Juegos (en la captura no aparecen, pero están debajo de esos vídeos relacionados). Es, insisto, fantástico.
Todo ello me ha permitido ver más y mejor que nunca unos Juegos Olímpicos a los que solo les ha fallado el tema del público. Es una verdadera lástima, porque como se preveía está habiendo imágenes alucinantes (Kote ha compartido algunas en Twitter) y también alguna que otra polémica en forma de zapatillas con efecto trampolín.
Que España gane más o menos medallas casi queda en segundo plano -aunque en realidad gana las que paga-, porque lo cierto es que yo me estoy poniendo púo a ver (sobre todo en diferido) deportes que jamás había podido ver «bien» como el tenis de mesa, que me flipa (y yo creí que jugaba medio decente), el boxeo (también practiqué un poco de esto y también me flipa), el tiro con arco (también le di y tengo el arco cogiendo polvo, cuidao conmigo), la esgrima (de la que no entiendo nada, pero igualmente me flipa) o la gimnasia. Estas dos últimos deportes, como otros entre los que he picoteado, me van menos, pero me encanta eso de poder verlos porque sí.
Eso es lo que en esencia me ha permitido esta suscripción a Eurosport que cuesta 20 euros al año y que a mí me parece un absoluto chollo. Ya la he amortizado sobradamente, así que todo lo que pueda ver a partir de aquí será regalado. Sin movidas piratillas y sin complicaciones ni incomodidades de «uy, ahora el código no va bien» o «uy, no puedo ver la final de ping pong entre Ma Long y Fan Zhedong porque no la ponen en ninguno de los 15.000 canales que tengo».
Pues claro, alma de cántaro. Déjate de mandangas y paga los 20 míseros euros. Esto es el paraíso, chavales. Qué gozada.
Imagen | Vincenzo Pinto (Twitter)