Un buen amigo mío me contaba el otro día que había instalado eMule en su ordenador. Yo pensé que me estaba hablando de alguna historia en plan abuelo cebolleta. «Pero alma de cántaro, no puede ser, eMule ya no tira», le dije. «Eso es lo que tu crees», me respondió.

De hecho, me comentó, «va como un tiro. Es que no te lo puedes creer, macho». Es verdad que es un poco difícil de configurar al principio, me decía. Hay muchos servidores que ya no pirulan, pero con encontrar alguno que lo haga y tenga un número decente de usuarios resulta que estás ante una red que es una alternativa estupenda a los trackers con torrents y, desde luego, a los servicios de streaming que inundan hoy en día nuestra oferta de contenidos.

Ahí es donde yo contraatacaba. Le decía a mi amigo que con lo que te ofrecen Netflix, Amazon Prime Video o Disney+ difícilmente vas a necesitar más. Y entonces empezó a ponerme ejemplos de contenidos que no están en esas ni en ninguna otra. Películas y serias que es difícil rescatar a menos que no tengas algún amigo coleccionista y que te encantaría revisitar. Joyas de serie A o de serie B que el Netflix de turno jamás rescatará y que se convierte en algo parecido a las primeras ediciones de los libros.

Mi amigo tenía razón: yo mismo me había encontrado en alguna ocasión con la intención de ver alguna película ochentera sin poder encontrarla por ningún lado. Ni siquiera en algún tracker BitTorrent que consultaba de pasada, porque yo ya no bajo torrents, que conste, aunque tenga amigos que lo hacen.

Mi amigo, que es de esos también, me dijo que en eMule es posible encontrar esas joyas. «No solo eso: las descargas van a toda pastilla». Atrás quedaron los tiempos en los que una película podía tardar fácilmente tres días o una semana en descargarse: las redes de banda ancha le han sentado muy bien a eMule, cuyos usuarios comparten no a kBps, sino a MBps. Descargar algo que parecía perdido en el olvido y que no hay manera de encontrar o comprar fácilmente (o a un precio razonable) se convierte en eMule en algo no solo posible, sino milagroso.

Bendita mulita, me decía él.

Mi amigo, que es el que lo usa, que conste. Yo no uso de eso.

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Esta entrada está inspirada en la noticia del mes (¿y del año?): ha salido la beta de eMule 0.60a, la nueva versión de este legendario programa que hacía diez años que no se actualizaba.