Acabo de ver el último vídeo de Jon Prosser, la última sensación de ese reducido y exclusivo nicho de leakers o filtradores de noticias. En el mundo de la tecnología se han hecho famosos por ello gente como Evan Blass o Mark Gurman, mientras que Ming-Chi Kuo es una especie de leaker trajeado.
El caso es que Prosser está de moda últimamente, y con razón. Ha logrado adivinar el futuro y adelantar detalles de varios productos de Apple durante los últimos meses, y hoy ha publicado ese vídeo del que hablaba y que sirve para desvelar unos cuantos detalles sobre las Apple Glass. El chico lo hace realmente bien, muy sueltecito frente a la cámara, así que os dejo con el vídeo por si queréis verlo:
El caso es que lo que nos pinta Prosser es curioso. Llevamos mucho tiempo hablando de las gafas de realidad aumentada de Apple, y lo cierto es que la apuesta de Apple en este sentido parece clara: no han parado de intentar meternos por los ojos la validez de la realidad aumentada desde hace años. El invento de ARKit ha demostrado tener su gracia y su momento «wow», pero como le sucedió a la realidad virtual en su día, parece que esa sorpresa inicial se difumina pronto. No sé cuánta gente juguetea con estas cosas, pero intuyo que es poca, porque se ven cada vez menos contenidos y juegos que saquen partido de ello.
Está Pokémon Go como fenómeno de masas, y ya. Y está claro que la gente sigue jugando: en 2019 Niantic ingresó más dinero que nunca con él. Es un caso bastante aislado, diría yo, pero uno que desde luego plantea esa revolución de la que muchos llevan hablando desde hace tiempo. Escribí un tema sobre esas expectativas hace poco en Xataka: todo el que lo ha intentado ha fracasado, y aquí mención especial para el gran fraude de la realidad aumentada, Magic Leap.
El caso es que se viene rumoreando desde hace tiempo que Apple tiene uno o dos productos dirigidos a ese ámbito: unas gafas (cercanas a Google Glass o Spectacles) y un casco de realidad aumentada (más rollo HoloLens, supongo). De lo que Prosser hablaba al menos por ahora es de las gafas, de las que daba detalles realmente interesantes. He aquí la lista:
- Precio: 499 dólares, no está incluido el coste que tendría ofrecer gafas graduadas con esa capacidad, por lo que intuyo que todo el invento va en la montura y los cristales son intercambiables.
- Inútiles sin un iPhone cerca: como ocurrió con los Apple Watch originales, todo el proceso de datos se realiza en el iPhone, al menos en esta primera generación. Esto es (de momento) un accesorio del iPhone, importante.
- Anuncio en octubre de 2020: la idea es presentarla junto a los iPhone 12 que según Prosser se retrasarán un mes. Así que la idea es hacer un ‘One more thing…‘ para este anuncio tan relevante. De hecho es tan relevante que si no hay presencia física de periodistas por el tema del coronavirus retrasarán, quizás a marzo de 2021.
- Disponibilidad a finales de 2021: eso como pronto, pero podrían llegar incluso más tarde, en el primer trimestre de 2022.
- Diseño simple: conociendo a Apple esto me extraña un poco. Prosser afirma que serán unas gafas más o menos normales (parece que la montura es de plástico, algo razonable por el precio) en apariencia, o al menos nada estrambótico. Eso no va con Apple, y diría que como hicieron con el reloj, harán unas gafas sensiblemente distintas a las convencionales. El objetivo, claro es que eso las diferencia y pueda extenderse esa filosofía de «miradme, tengo unas Apple Glass».
- LIDAR: componente fundamental de este accesorio, sobre todo a la hora de presentar la información proyectada en las dos pantallas que según este chico tendrán esas gafas. Aquí Prosser afirma que lo de integrarlo en los iPad Pro servirá para que todo lo que aprendan de esa integración se aplique a las gafas. No creo que sea mucho, pero es más que probable que ese sensor acabe también en algún iPhone 12, diría yo.
- Cuna de carga inalámbrica: con las gafas colocadas al revés para conectarlas a esa cuna, supongo que por cargarlas por inducción.
- Starboard: ese será el nombre de la interfaz de usuario de la pantalla de inicio, algo creíble si tenemos en cuenta que la de iOS se llama Springboard.
- Nada de táctil, esto se controla por gestos: curioso esto de controlar la interfaz con gestos delante de las gafas y no con algún tipo de control táctil. Creo que esta opción es más discreta y Apple sabe hacer interfaces táctiles que funcionan por gestos (sus trackpads, por ej), pero oye, habrá que ver cómo tira eso.
- Escanea códigos AR: otro punto curioso será este. Parece que Apple sacará una especie de códigos QR especiales para poder interactuar con las gafas de una forma más directa. ¿Empezará todo el mundo a usar esos códigos en sus productos para poder «escanear» información de productos, por ejemplo? Uhm.
- Nada de gafas de sol: parece que la tecnología no pirula bien de momento con este tipo de gafas.
La cosa, yo diría, está bastante clara.
Así es como ve Apple el futuro. Con todo el mundo llevando sus gafas de realidad aumentada.
Bueno, no todo el mundo, claro. Solo aquellos que tengan un iPhone, porque este accesorio parece más ligado que nunca a este móvil y no tengo nada claro que se vaya poder usar con móviles Android. La empresa de Cupertino parece concebir un futuro en el que sus usuarios querrán llevar gafas como quien lleva reloj, y eso impone una barrera importante.
Lo primero, porque el reloj, inteligente o no, lleva mucho tiempo considerado como un accesorio de moda. No hay connotaciones negativas, pero estas sí existen con las gafas -quién no ha tenido en su clase a alguien a quien llamara (él o sus compis) «gafotas»-, que además no aportan ese elemento de forma tan clara salvo en el caso claro de las gafas de sol que, como apunta Prosser, no van a poderse usar como Apple Glasses de momento.
Igual me equivoco y Apple logra que convertirnos en gafapastas se convierta en algo chulo gracias a sus gafas de realidad aumentada. A ver, que hay mucho famosete que usa gafas de palo, sin cristal o con cristal sin graduar. Mira a Berto Romero o Justin Bieber , que abogan por el argumento de que les hacen parecer más inteligentes (eso es lo peor, dicen aquí). Los políticos tienen posiciones encontradas, aunque parece que eso de parecer más listos sigue siendo la norma aceptada.
Pero es que aunque nos hagan parecer más listos, no sé si la realidad aumentada va a poder aportarnos tanto como para llevar esas gafas a todas horas. Igual están chulas para llegar de un sitio a otro andando o para visitar museos o lugares de turismo y que la información sobre esas obras o lugares se superponga sobre la realidad. Puede ser. Eso, no obstante, puede hacerse ya con el móvil y Google Lens, y no veo que mucha gente lo haga. ¿Será por no parecer un poco tolis mirando todo con el móvil y no con los ojos? Puede ser.
Lo cierto es que mi percepción del mundo de la realidad aumentada es pesimista. Puede tener sentido en ciertos ámbitos para añadir esa capa informativa adicional (probablemente muy útil en varios escenarios). Es de hecho la propuesta que hacen ahora Microsoft con sus HoloLens o Google con sus Google Glass, a las que directamente ya llama Enterprise Edition 2. «Oye, vamos a vendérselas al ejército que la cosa entre el público convencional está chunga», habrá dicho Satya. O «venga, a meter gafas en todos los hospitales», habrán pensado Sergei y Larry.
Que sí, que esos escenarios tienen su aquel, sin duda. Pero son escenarios profesionales, de nicho, y que no convertirán la realidad aumentada en esa revolución que se nos planteaba hace años. No sé cómo habrá pensado Apple darle la vuelta al invento, pero la verdad, no tengo nada claro eso de convertirnos a todos en ñafotas.
No lo veo. Ni con gafas, oiga.
No hace falta que sea venta masiva al principio. Ni el iPhone, ni el Apple Watch (o los portátiles en su momento, y tantos ejemplos) lo fueron. Basta con que tenga una masa suficiente de usuarios interesados y desarrolladores detrás creando para ellos para que la plataforma madure y crezca poco a poco.
Apple tiene paciencia para estas cosas, lo ha demostrado muchísimas veces, no tiene ninguna prisa.
Tampoco la necesita, ciertamente.
Yo lo veo como parte de una estrategia, que además iremos viendo a futuro: un IoT de las pequeñas cosas que lleves encima, con centralita en tu móvil. El smartwatch, la gafota con AR, el anillo con NFC, la gorra con antenita y broadcast, la chaquetita con batería de 22000 mAh multipuerto, carga wirelesss y hombreras solares…
El futuro olerá a Minority Report, pero… y lo molones que seremos?
XDD
Pues no me reiría tanto, que lo de AR en las lentillas (lentes de contacto) parece que avanza 😉
No tengo nada claro en que sentido van a orientar las gafas, y lo mismo la dirección que cojan al principio sea errónea, como ocurrió con el Watch, y aún diría más: no tengo yo intención alguna de ponerme gafas teniendo la suerte que tengo de tener vista por encima de lo normal (algo tenía que tener decente ?), pero tengo claro que van a terminar siendo un producto estrella como el Watch y que va a definir/redefinir una categoría. Lo tengo más claro que el agua.
Eso también puede pasar (lo de que no acierten a la primera). Desde luego llevan tiempo acertando con mercados que otros habían descartado y que luego se ha visto que tienen (mucho) recorrido, como relojes o auriculares inalámbricos. Los wearables van para arriba.