No ha llegado y ya estoy fatigadito. Google Stadia parece un gran invento, ojo. Poder jugar a ciertos juegos donde quieras, cuando quieras y, sobre todo, desde el dispositivo que quieras es una ideaza. Una que para muchos es el verdadero futuro de los videojuegos y que hará que PCs y consolas acaben mordiendo el polvo.
Creo que si eso pasa tardará bastante en ocurrir, claro. En primer lugar, porque Sony y Microsoft están preparando el lanzamiento de sus consolas de nueva generación el año que viene. Y en segundo, porque lo que propone Google quizás no llegue en un momento especialmente bueno para los usuarios.
La razón es clara: la fatiga. Antes uno compraba una consola o un PC, compraba el juego que le gustaba y ya está. Ahí acababa (casi toda) la inversión. Es cierto que luego necesitas pagar un Xbox Live GOLD si quieres jugar online por ejemplo en la Xbox (yo lo hago), pero es que esta nueva necesidad de pagar otra suscripción más, ahora por los juegos, empieza a ser cansina. Yo ya pago por Netflix y por Amazon Prime, por ejemplo, y me resisto a pagar por Spotify porque lo uso desde el escritorio y tampoco es que lo aproveche más allá de mi lista habitual.
En mi caso hay un problema añadido con Stadia y los servicios de suscripción a videojuegos: que sé positivamente que no los voy a aprovechar. Hablaba hace un par de años de que «tengo que dejar de comprar juegos a los que no juego» y eso se hace más cierto que nunca ahora que como mucho aprovecho algún rato para un Battlefield 1 o un FIFA y ya. Tengo una larga lista de juegos (instalados, ojo) por probar o que apenas he podido tocar (The Division 2, Metro Exodus, Rime, This War of Mine, o Subnautica, entre otros) y creedme: no es por falta de ganas.
Quizás Google precisamente tenga sentido precisamente no por la suscripción de pago de Stadia Pro, sino por la modalidad Stadia Base. Las diferencias son claras, como se ve en la imagen:
pero creo que para quienes como yo tengan poco tiempo o jueguen solo a un puñado de juegos la opción de Stadia Base es especialmente atractiva: te compras el juego (en Google, parece que no vale que lo tengas de antes) y puedes disfrutarlo en cualquier dispositivo vía streaming en 1080p a 60 fotogramas por segundo, que no está nada mal. Si quieres jugar mejor, majete, siempre puedes montarte un PC, comprarte una consola, y disfrutarlo allí (pero solo allí) como de costumbre.
Esa es la gran ventaja para mí: no pagaría 10 euros al mes por poder jugar al «Battlefield 1» y a otro montón de juegos donde quiera en 4K (dudo que este se pudiera jugar a esa resolución). Pero sí pagaría 30, 40 o 60 euros por un juego como este que me encanta y no tener que pagar más para poder jugarlo donde quiera a 1080p.
No todo el mundo es como yo, claro, y la verdad es que si uno hace la cuenta la cosa es fácil: por lo que te cuestan un par de juegos AAA en su lanzamiento (120 euros normalmente) te pagas Stadia un año, pero es que hay opciones muy interesantes también para PC y consolas (EA Access, Xbox Game Pass) que creo que superan el modelo de Google, y más si tenemos en cuenta que el Project xCloud de Microsoft está al caer.
A las ventajas de Stadia, que son evidentes, se le oponen varias desventajas importantes:
- Demasiados datos descargados: una hora jugando en 4K requerirá unos 16 GB por hora al jugar en 4K (9 GB en 1080p), así que a poco que juegues, tu cuota de datos (si la tienes, y eso es normal en el móvil) desaparecerá en un momento.
- Latencia: veremos si cuando haya muchos jugadores los tiempos de respuesta logran ser lo suficientemente cortos para ser satisfactorios, sobre todo en juegos online como los FPS o los de estrategia en los que esas latencias son cruciales para poder jugar competitivamente.
- Calidad de imagen: una peli de Netflix no se ve de momento mejor que una peli Blu-ray 4K, y un juego en streaming no se verá mejor que uno en local, es así. La latencia en esto también pierde o debería en la mayoría de los casos.
- Juego offline y modelo de propiedad: nada de jugar sin conexión, así que estamos apañados si queremos echar una partidita en esos casos. Además desaparece el modelo de propiedad de los juegos que antes eran tuyos (y podías revender) y ahora no lo serán. Eso tiene otro peligro, el de conservar obras digitales, algo que ya los usuarios no podrán hacer como hasta ahora («me guardo mi copia de BF1 para siempre») porque las copias estarán en servidores invisibles para nosotros. Los juegos podrían desaparecer sin más, sin control por parte de los usuarios que los disfrutaron.
Hay otras, seguro, pero desde luego ya solo considerar esas historias impone problemas importantes. ¿Es Stadia el futuro de los videojuegos? Yo diría que es parte de ese futuro, pero las cosas están aún muy difusas y yo no me veo renunciando a mi consola o mi PC para jugar como he hecho hasta ahora.
Pero claro, tampoco me veía renunciando a mi reproductor MP3 o mi reproductor de DVD, y mira lo a gustito que estamos. Igual la fatiga de las suscripciones es solo una bonita forma de meter miedo, incertidumbre y duda antes de afrontar ese futuro que nos ata, parece que irremediablemente, a la nube.
Dependiendo de como les salga, puede funcionar. El mayor peligro es el tema de cuantas suscripciones al mes en ocio estaríamos dispuestos a pagar. Yo aún no me decido por el Gamepass ni el Geforce Now, y eso que dan cosillas interesantes, algunas veces de oferta. Más que el futuro, convengo que será una convivencia alargada, y con papeletas de que pase como con los libros: fisico y digital conviven perfectamente.
Me temo , javipas, que no somos el target.
Esto va dirigido a 20-40 ( sin hijos ) .
Nosotros , como generación jugona, ya estamos fuera de carta, y mira que me duele. Empiezo a acumular ya tantos juegos comprados sin ni siquiera jugar , que ya me duele.
Pero sí que tiene pinta de que el juego así en la tele, el Tablet o el teléfono sea el camino. Y sin consolas intermedias. De aquí a 5? Años cuando el 5g este ya instaurado.
A mi me gusta un término que utilizas pero que pasa un poco de «tapadillo»: fatiga de las suscripciones.
Y es que cada día, los gastos fijos en una casa van subiendo, poco a poco. Pero me temo que los salarios no lo hacen en la misma proporción. Y cuando empiezas a multiplicar por varios miembros, siendo algunos de ellos improductivos en términos económicos (el valor de una sonrisa, de un abrazo es algo que no se puede ni medir ni comprar con dinero), pues la cosa se empieza a complicar.
Pero creo que aquí lo determinante, es lo que dice José Luis: rango de edad y responsabilidades. Muchos ya empezamos a quedarnos fuera de la órbita de estos productos. Añadiré que, en mi caso, no por falta de ganas sino por falta de tiempo 😀
Sin duda lo que comentas va mas allá de si Stadia es o no el futuro. Si no el hecho de la avalancha de suscripciones que estamos teniendo en los ultimos años. Si,nadie te obliga a pagar por Netflix,HBO, Prime y demas servicios que estan saliendo de debajo de las piedras,pero el problema es que no hay ninguna que lo tenga todo. Si esto empieza a pasar de aquí en adelante con las consolas,mal vamos. Pienso que no sera tan salvaje en el terreno de los videojuegos ya que pocos se atreveran a desarrollar sus propios juegos quitando las grandes,cosa que en el terreno de las series no pasa igual,y al final en los juegos siempre existieron los multiplataforma.
Y creo que lo peor es que al final se esta extendiendo cada vez a mas ambitos de la vida,por ejemplo con los coches, y entiendo que para alguna gente sea mas comodo,pero pienso que para segun que cosas deberiamos valorar mas el concepto de propiedad.
El problema es que muchos vemos el asunto desde la perspectiva patria, una perspectiva que proviene de que a base de «decretazo» se acabó con toda posible competencia en la distribución de contenidos «pay per view» por no sé qué tontería tipo «el fútbol es de interés general» y antes de la revolución que internet ha supuesto para la distribución de contenido, aquí lo teníamos todo en una única plataforma de pago. Cara, carísima, tanto que incluso traducido su precio a € hoy en día sigue siéndolo. Totalmente inflexible: su decodificador y sus normas. Pero con todo si podías/querías pagarlo.
En el resto del mundo no ha sido así, sobretodo en EEUU, y si querías disfrutar de X y X no estaba en tu plataforma de cable tenías que añadir una suscripción adicional. Todo un mundo de exclusivas entrelazadas que más que una oferta audiovisual se parecían al típico menú del día del restaurante chino de turn: si elegías ensalada de primero, no podías pedir también rollitos. Nosotros en España llegamos tarde a la fiesta, muy tarde, y por eso todo este mar de suscripciones nos parece una locura. Pero recordad que no hay que tener todo, sólo aquello que necesitas en cada momento. Si alguna ventaja tienen los servicios de suscripción hoy en día es que no hay permanencias, ni ataduras, ni «castigos».
Correctísimo.