Seguro que algunos estábais esperando que yo dijera algo así. Algo en plan «por fin Apple se la pega» o «quien siembra vientos recoge tempestades«. Rollo refranero, sabiduría popular aplicada a una empresa que para mí tiene un problema importante: su racanería.
No sé si sabéis de qué hablo. Ayer Tim Cook publicaba este mensaje en el que rebajaba las expectativas para el último trimestre del año. El mensaje básicamente era «chavales, China nos ha hecho la Pascua y vamos a vender menos de lo que esperábamos«.
Me gustaría decir que se lo merecen, que todo esto les pasa por esa falacia de las mejoras iterativas a la que se han apuntado desde hace años. Me gustaría que esto les hiciese despertar y cambiar de rumbo, pero es que el análisis que hace Cook es real y honesto. China es el único mercado en el que el iPhone puede crecer de forma significativa porque ya ha crecido (casi) todo lo que tenía que crecer en el resto del mundo con acceso a estos dispositivos. Así que si por lo que sea en China la cosa va mal —Trump y la guerra comercial son ese «lo que sea» en este caso—a Apple la cosa le salpica bastante. Me pregunto cuánto le salpicará a otras, pero dudo que sea en la misma medida que a Apple, quien quizás había puesto demasiadas esperanzas en el gigante asiático en una era en la que los chinorris no están precisamente tarareando a Bruce Springsteen todos los días.
Ha habido algún factor más, y el propio Cook afirmaba que facilitar el cambio de batería y abaratarlo había hecho que la gente aguantase más sin renovar su dispositivo: antes cambiabas de iPhone cada dos años, pero como lo de cambiar la batería le da vidilla puedes aguantar uno o dos años más.
Lo contaba John Gruber en Daring Fireball con un párrafo (negritas mías) con el que yo me sentía bastante identificado:
El problema al que se enfrentan las ventas de iPhone no es la falta de innovación. Pero estoy seguro de que internet ya está llena de argumentos de que esa es la razón. La gente ha estado quejándose año tras año de que los iPhones no eran lo suficientemente innovadores cada año desde el iPhone 3G.
Parece que me lo estuvieras diciendo a mí, Johny. A ver, vaya por delante que ha habido falta de innovación en el iPhone durante años, como en otros tantos productos de Apple en los que creo que se ha dado más protagonismo a la forma que al fondo. Ha habido ideas llamativas —el control por gestos, por ejemplo, que no es original de ellos pero cuya implementación me parece acertada—, pero como habréis leído en Incognitosis han sido menos frecuentes de lo que eran hace tiempo.
Y sin embargo, nada de eso importa. La realidad es que China no ha comprado tantos iPhones como Apple esperaba. Aquí supongo que quienes están del lado chino moviendo los hilos de la guerra comercial estarán brindando mientras gritan «¡kampai!«. Hacerle pupa a un gigante como Apple es un buen envite, y aquí supongo que también saldrán ganando las Huawei, Xiaomi u Oppo de turno. Me alegro especialmente por Huawei, que ha hecho las cosas estupendamente bien en 2018 y eso a pesar de la caza de brujas a la que le ha sometido el gobierno de Trump. A este le queda poco en el cargo según esta predicción de 2019 que leí ayer y me pareció estupenda, así que puede que esa sea definitivamente la solución a esos problemas de Apple.
Dicho lo cual, puede que estos resultados provoquen una reacción de Apple y la haga arriesgar un poco más y ser un poco menos rácana. Que no lo van a hacer con Cook al frente, pero oye, quizás con eso podrían volver a tentar a unos usuarios que ya no ven tantas diferencias entre un iPhone y su predecesor más allá de cosas como el notch. Que por cierto, era característica de diseño diferencial y se ha convertido en una estupidez que todos han imitado por que podían hacerlo. La próxima vez que quieras diferenciarte, Apple, hazlo con algo que no puedan copiarte tan fácilmente. Como cuando metiste una pantalla Retina o Touch ID.
La diferenciación, por si alguien me escucha en Apple, no está en el diseño ni en los componentes, queridos cupertinianos. Está en el software. Eso es lo que os puede dar la mano ganadora.
Ele, ahí está otra perla de sabiduría. Apúntatela, querido Tim. Ya me darás las gracias.
Kampai! es un grito japonés, no es Chino! El resto bien!
Creo que los que criticamos a Apple por si racanería, falta de innovación y algunas otras cosas somos un puñado de frikis de la tecnología que en la mayoría de casos no compraríamos un iPhone ni a punta de pistola y hace mucho que este tipo de personas dejaron de ser los principales clientes de la marca.
Pues si.
El mercado chino ha hecho la pascua a bastantes más fabricantes, BMW y Mercedes también se han llevado lo suyo.