Soy de los que vivieron aquello de ERBE y las 875 pelas. Para un chaval de 13 o 14 años aquello fue la salvación, porque juegos que normalmente costaban 3.000 o 4.000 pesetas de repente redujeron a una cuarta o quinta parte su valor, y eso hizo que comprar juegos para el C64 (o aquellas máquinas inferiores, y hablo especialmente de ti, ZX Spectrum) fuera accesible para mucha gente que ya no necesitaba tirar de la doble pletina.
Aquella época dorada terminó por suerte o por desgracia con el éxito arrollador de los ordenadores y consolas de 16 bits, a los que luego sucedieron las plataformas de 32 y 64 bits. Los videojuegos eran cada vez más potentes, más realistas, más inmersivos y, lamentablemente, más caros. Lo que no siempre significaba que fueran mejores.
El problema es que el propio mercado de oferta y demanda volvió a marcar el ritmo: los juegos volvían a subirse a la parra, y desde hace un tiempo es difícil ver lanzamientos que no ronden los 60 euros, algo que lógicamente condiciona la decisión de compra y que hace que muchos no puedan permitirse acceder a todo lo que quisieran. Hay que ser selectivos e ir a por aquello que sabes que realmente vas a disfrutar, porque cometer un error al comprar un videojuego te puede salir muy caro.
Afortunadamente para nosotros en el mundo de los videojuegos ocurre lo mismo que en otros productos tecnológicos: que pierden valor en cuanto desde el minuto en el que se lanzan al mercado. Salvo honrosas excepciones, los videojuegos tratan de rentabilizar la inversión hecha en los primeros días o semanas de su puesta a la venta.
Como cuando te compras un coche: dicen que en cuanto lo sacas del concesionario pierde el 18% de su valor residual, y su depreciación es del 10% anual durante los primeros seis años de vida. Pues con los juegos lo mismo, porque al lanzamiento de ese juego que tanto esperabas y que parece la pera limonera le suceden los lanzamientos en días y semanas posteriores de juegos que captan tu interés y el interés general para hacer que ese juego tan maravilloso que te compraste de repente ya no sea lo más guay.
Es la condena de un mercado en el que quien jugaba al ‘Star Wars: Battlefront’ se encuentra con que ahora todo el mundo se ha ido a ‘The Division’ para luego dar el salto a ‘Overwatch’ y por último (por ahora) a ‘Battlefield 1’. Hay quien se queda por el camino porque alguno de esos juegos sigue convenciéndole y hay quien acaba jugando a todos ellos, pero eso no importa, porque el ‘Star Wars: Battlefront’ ya no interesa tanto, y eso hace que su depreciación sea brutal.
Bentida evolución frenética, claro. Sobre todo porque ese ritmo imparable de lanzamientos hace que los desarrolladores de estos videojuegos acaben ofreciendo estos títulos a precio de saldo, que es precisamente lo que está ocurriendo con muchos de ellos estas navidades. Es verdad que muchos subirán de precio tras esta época navideña en la que todos tratan de aprovechar nuestra glotonería consumista, pero eso no quita para que quien guste de jugar a videojuegos tenga ante sí una época con una oferta excepcionalmente mareante, exagerada, y maravillosa.
Yo he reprimido mis impulsos porque ya sabéis que 1) difícilmente saco tiempo para jugar y 2) estoy convirtiéndome en jugador profesional del ‘Battlefield 1’ pero estos días no paro de verme tentado una y otra vez para gastarme un par de cientos de euros en videojuegos y hacerme con joyas que siempre quise disfrutar pero que es probable que no pudieran alegrar mis ratos libres en mucho tiempo.
Ayer me veía un par de artículos de PC World con ‘10 delightful games under $10‘ o ‘15 great games under $5‘ y hubiera comprado videojuegos como ‘This War of Mine‘ (3,79€), ‘Batman: Arkham City GOTY‘ (4,99€5), ‘Brothers—A Tale of Two Sons‘ (2,24€), ‘The Swapper‘ (2,65€), ‘Payday 2‘ (4,99€) e incluso ‘Witcher 2: Assassin of Kings‘ (2,99€), aunque no sea mucho del género RPG. Algo más caros pero también casi irresistibles son ‘The talos Principle‘ (9,99€), ‘Transistor‘ (3,79€, y 5,79€ con la banda sonora que tiene pintón), uno que por lo visto es sorprendente aunque a mí no me pegue mucho, ‘Stardew Valley‘ (9,37€), ‘Wolfenstein: The New Order‘ (6,59€), ‘The Vanishing of Ethan Carter‘ (2,84€).
Por supuesto hay muchas más ofertas, tanto en Steam si jugáis en el PC, en Xbox Live si lo hacéis en la Xbox One, y por supuesto en la tienda de PlayStation si juegas en la PS4. Sin contar las rebajas de otras tiendas como la de Origin, donde por ejemplo tienes el Battlefield 1 a 35,97 euros (yo lo compré a 47 hace apenas un mes).
Qué (maravillosa) locura. Ale, ya sabéis, daos un caprichito.
Actualización (justo 1 segundo después de publicar): Acabo de comprarme ‘This War of Mine’. Le tenía demasiadas ganas, porras. Ahora tendré que jugarlo 😉 Y he estado a punto de comprarme el Steam Link, que analicé hace tiempo y que está a 22 euros pero al que le condenan los gastos de envío, que son 14 euros adicionales. Va a ser que no.
Mira la opción de Origin Access, que por 4€ al mes tienes acceso a varios juegos, algunos bastante entretenidos como Battlefield 4 y (precisamente) el This War of Mine. Esta opción además está tanto para PC como para Xbox One.
Otra buena forma de jugar, sí, y con un modelo interesante de suscripción. Lo dicho: alternativas para todos, esto es una locura.
ZX Spectrum 😉
Eso!
‘Brothers – A Tale of Two Sons’ me encantó. Es corto y si por los 5 € que lo pillé en su día me pareció una gran inversión, ni te cuento por los 2’25 € que está ahora.
Para recordar viejos tiempos ha caído por mi lado el nuevo Doom (19,90€), los Metro Redux, Quake II y el de estrategia tipo AOE II de Star Wars (hay que darle de comer también a la tablet). El caso es que aunque haya que bajarlo a 720p y bajar algún filtro el Doom se ve espectacular en mi modesta APU con Vulkan (saca 5 fps más que OpenGL 4.5). Y dije que este año no iba a caer….