Apenas recuerdo lo que hacía con el ordenador cuando internet no estaba a mi alcance. Bueno, sé que jugaba mucho con el Amiga, pero también comenzaba a hacer alguna que otra cosita en temas de programación e incluso de diseños y modelado en 3D (¿alguien se acuerda del Real3D?).
Hoy en día las posibilidades a la hora de aprovechar un PC o portátil no conectado son también inmensas. Podemos disfrutar de contenidos audiovisuales (guardados en local, claro), trabajar sobre documentos ofimáticos, editar fotos y vídeo, o, por supuesto, lo que ya hacíamos mayoritariamente con un ordenador hace 30 años: jugar. Aunque sea contra la CPU.
Pero claro, ahora podemos hacer más. Mucho más. Si estamos conectados a internet, claro. Comunicarnos, informarnos, entretenernos, o, por supuesto, trolear –gran artículo recién salidito del horno al respecto-. Internet se ha convertido en protagonista tanto en lo profesional como en lo personal, y el concepto de PC desconectado parece casi un anacronismo.
Lo curioso es que hay conceptos que precisamente van al extremo contrario: a que lo único que tiene sentido es el PC conectado. Los Chromebook de Google llevan tiempo tratando de defender esa filosofía, y aunque no renuncian del todo (al menos, no todavía) de ciertas “tradiciones” del usuario tradicional de informática, reducen su relevancia al mínimo.
El Chromebook Pixel es la máxima expresión de esa filosofía de Google, y aunque se me escapó hablar de él cuando lo lanzaron hace unos días, no quería dejar pasar la ocasión de hacerlo ahora. Esta segunda generación del maquinón de Google es de nuevo un prodigio a nivel hardware. Dos puertos USB-C y otros dos USB 3.0 (aprende, Apple), a los que se suman esa prodigiosa pantalla táctil que enamoró a Linus Torvalds o los nuevos procesadores de la familia Broadwell. El problema, como dije en mi análisis de aquella primera generación, es simple:
Está basado en Chrome OS.
En dos años las cosas han cambiado en esta plataforma, claro. Se pueden hacer más y mejores cosas, e incluso hay soporte de aplicaciones Android, pero como decía Joanna Stern en su análisis -el vídeo mola, la chica lo hace bien- de este nuevo Chromebook Pixel, sigue habiendo limitaciones -por cierto, un análisis más exhaustivo, como era de esperar, en AnandTech-. No solo en su catálogo de aplicaciones, sino también en su soporte hardware. Vale que puedes tirar de crouton para acabar aprovechándolo con Ubuntu (u otra distro), y la verdad es que el nuevo precio (999 dólares para la versión base) lo acerca más a los usuarios “normales”, pero la reducida capacidad de almacenamiento (máximo 64 GB, que yo sepa imposibles de ampliar) y esa orientación hacen que este, desde luego, no sea un portátil para todo el mundo.
Al menos hoy en día, claro. Las cosas podrían cambiar porque nuestra realidad cotidiana frente al PC lo está haciendo. Las aplicaciones offline cada vez lo tienen más complicado para competir con las soluciones y servicios online. El 99% de los usuarios no necesita todas las opciones de Photoshop o de Word, y lo que sí quieren es ponerles un filtrito a esas fotos o editar esos textos para luego compartirlos con otras personas.
Quizás Google y su Chromebook Pixel simplemente estén adelantándose al futuro. Qué manía. Con lo tranquilitos que estábamos con nuestro notepad.
Creo que los Chromebooks deberían venir de serie con el arranque dual, como los de la iniciativa Codestarter http://blog.codestarter.org/how-we-turn-199-chromebooks-into-ubuntu-based/
Ubuntu cabe bastante bien en 8GB y con 16GB pues tienes los 2 más una buena SD como disco duro.
Pero claro, habrá quien opine que mejor dual Android – Chrome OS.
No conocía esa opción, mola 😉 El hardware es una pasada, lástima de capacidad de SSD. Aún así seguro que a algún que otro le da por pillarlo aunque sea para poder usarlo como portátil con Ubuntu. Yo hasta me lo plantearía, pero es un capricho carete.
O multiboot con todos!
Con tanto cloud computing que se ha estado hablando durante estos 10 años ,esa tecnologia ya deberia esta presente entre nosotros, sin generar tanta desconfianza, pero el usuario comun aun se resiste y sigue teniendo en la mente que para usar internet necesitas una portatil o laptop de ultima generacion, y cuando adquieren ese equipo, lo utilizan el 90% en navegar en internet (redes sociales, busquedas correo electronico, etc), a tal punto que para jugar se compran una consola o en ultima instancia descargan un juego para ios o android.
Que mania teneis, con crouton no solo estas limitado a Ubuntu sino a cualquier distro del ecosistema linuxero
Buen punto. Corregido, gracias.