Lo de teletrabajar para medios tecnológicos tiene su aquel. Muchas cosas buenas y alguna que otra no tanto. O sí. Por ejemplo, tener la oportunidad de cubrir el Mobile World Congress, el que hoy por hoy es el evento tecnológico más importante en todo el mundo -yo diría que por encima de CES, IFA, Computex o CeBIT- y hacerlo además muy bien acompañadito.
El problema es que en este tipo de eventos las empresas no dan cuartel: uno anda con la lengua fuera buena parte de la feria, sorteando a unos cuantos miles de asistentes y tratando de hacer esas coberturas de lanzamientos con calidad y rapidez. Porque aquí cuenta especialmente la rapidez -después llegan las reflexiones, desde luego- y ahí es difícil diferenciarse.
Pero es que además está el tema de que la feria, aun empezando oficialmente un lunes, empieza oficiosamente un domingo. Hoy es el día grande, algo irónico si tenemos en cuenta que las puertas no abren hasta mañana. Y os lo digo con argumentos: estoy escribiendo esto desde el AVE -cómo mola- junto a tropecientos periodistas de otros medios y algunos compañeros, y a las 10: 17 de un domingo 1 de marzo. Aquí prestaría especial atención a esa palabra en negrita porque engaña. En mi caso -y solo es un ejemplo, todos estamos igual- me toca comida de prensa con la empresa que me lleva al MWC (en mi caso Telefónica, no es ningún secreto), que no podré saborear demasiado porque a las 16:00 tenemos eventazo HTC y del que también tendré que salir a toda prisa porque a las 18:30 también me toca estar en la presentación del Samsung Unpacked. Dominguero, lo que se dice dominguero, no voy a serlo mucho hoy. Atentos al vídeo, minuto 2:30.
Molaría que alguien produjera un making of de la feria y de estos eventos para que comprendiérais que como en cualquier cobertura mediática, repito, ser el primero (o intentarlo) suele dar puntos. No solo hay que mantener el tipo en la presentación oficial de productos con el jefazo chino de turno -primer gran error: debería salir gente que sepa hablar en público- sino que luego hay que tomar posiciones para poder grabar y fotografíar las unidades de demostración que suelen esconderse en zonas habilitadas para ello tras esas keynotes. Os aseguro que ver el espectáculo de ver a decenas de periodistas ir a grabar es alucinante. Muy de ‘Salvar al Soldado Ryan‘, vaya. Hay que ver cómo el trabajo puede llegar a sacar lo peor de nosotros 😉 Luego la cosa se relaja, claro: hay algún que otro sarao -fiestas con mucho friki, imaginad la escena- para hablar de las bajas, heridos y supervivientes, y por supuesto para coger fuerzas para el día siguiente. Y así un día tras otro, durante toda la semana. Yo ya estoy algo más castigado y me dejan volver un poco antes de tiempo (el martes por la noche retorno a la invivible pero insustituible, ya sabéis), pero estos tres días son desde luego de lo más entretenido del año.
Me encanta una vez al año. Y me encanta aún más que solo sea una vez al año. A por el MWC.
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