Tecnología

Carpe Diem

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Me pasa cada vez que veo “El club de los poetas muertos” o escucho “La lluvia nunca vuelve hacia arriba“. Siento que estoy desaprovechando mi tiempo. No estoy produciendo lo suficiente, no me lo estoy pasando lo suficientemente bien. No estoy escribiendo, leyendo, haciendo deporte, jugando con mis peques, quedando con mis amigos, viajando, resolviendo problemas o, ya puestos, siendo feliz lo suficiente.

Es la condena de esta era nuestra en la que queremos medirlo y cuantificarlo todo. Queremos dar más pasos y subir más escaleras, correr la San Silvestre haciendo 4 minutos/km, sacar más cursos de Cloudera, bajar de peso más y de forma más rápida (y sana), y, cómo no, producir más por minuto. Ser más eficientes en todo lo que hacemos. No perder ni un minuto.

Qué agobio.

Ese es el tema central de un fantástico artículo publicado por Quinn Norton en Medium. En su “Against Productivity” este chico nos cuenta cómo su intención de retirarse a Puerto Rico para centrarse en escribir tuvo un resultado inesperado. Aquel exilio voluntario produjo justamente el efecto contrario al que él pretendía, y la procrastinación se convirtió en su inseparable compañera. El “me estás estresando” (con todos los respetos) se apoderó de nuestro protagonista, que cuenta cómo se limitó a ver la lluvia caer, a mirar la forma de los edificios o “a mirar gatos periódicamente“. Todo como muy perrofláutico.

Pero fue gracias a esa actitud que descubrió que quizás él (y todos los que estamos demasiado preocupados por la productividad) estuviera equivocado. Que eso de hacer que Cada Momento Cuente -sin que necesariamente importe si lo que hacemos es realmente bueno o no- no mola. Según sus palabras “es una rendición a la nada, a la nada de una cuantificación de lo vivido“.

Aquí yo creo que la reflexión perrofláutica se le va un poco de las manos, y como en todo lo que está sujeto a debate, creo que los extremos no son buenos. La obsesión por la productividad es un error -grandiosa la referencia a karoshi, esa palabra japonesa que sólo ellos podían haber inventado-, pero también lo es en mi opinión el rollo nini que no lleva a ninguna parte.

De hecho, uno de los temas que salen a relucir cuando alguien me pregunta cómo es eso del teletrabajo es cómo se controla que realmente estás haciendo lo que tienes que hacer. Mola eso de salir un poco del discurso “qué guay, puedes currar en pijama y tocarte las narices todo lo que quieras“, y la pregunta es muy fácil de responder: si hay unos objetivos predefinidos, la productividad es muy fácil de medir. Yo tengo ciertos mínimos en número de posts a escribir al mes, así que mi trabajo es -volvemos a lo mismo- cuantificable: se puede medir mi productividad (y la calidad de mi trabajo), y aunque en muchas otras áreas eso no es factible, al menos en la mía -afortunadamente para mi- sí lo es. Eso me permite cumplir con más o menos esfuerzo -hay épocas más y menos duras- y valorar mi propia productividad, pero claro, luego llegan los otros objetivos, los personales, y ahí la cuenta es más compleja. Y es al final cuando uno se da cuenta de que lo de estar ocupado, por mucho que mole, no debe ser realmente sano. Como dice Quinn:

Deberíamos invertir más tiempo en perder tiempo. Necesitamos aburrirnos más. Necesitamos perder más tiempo mirando de forma inquisitiva a pájaros que no reconocemos. Necesitamos un poco más de tiempo para conectar los puntos y ver si tienen sentido. 

Así que ya lo sabéis. Aburríos más. Por cierto: prohibido coger el móvil durante esos ratos.

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9 comentarios en “Carpe Diem

  1. pablo dice:

    Cómo se mide la productividad de un jubilado?
    Te aseguro que es muy gratificante mirar a la nada y disfrutar de esos momentos sin actividad, como le pasaba al personaje en Puerto Rico.
    Pero eso sí, siempre tras alguna actividad.
    Por ejemplo : un curso de fotografía, tu reunión de Cáritas, la clase en la Escuela de Idiomas (yo era de francés, pero ya acabo mi B2 éste año), una partidita de LOL o la lectura asidua de tu blog, entre otras muchas actividades.
    La productividad de un jubilado también existe…

  2. Fabiana dice:

    Hola. Ayer justamente hablaba del tema con mi psicóloga, y ella me día que lo que me hace daño (hablo de mi, no de todos) es la perspectiva de perder / ganar tiempo porque nos pone en una batalla diaria y continua que nunca «ganamos» porque nunca nos parece suficiente. Entones acordamos que en vez de estar ganando o perdiendo horas / días / meses / años, voy a probar con la perspectiva del viviendo. Lo cual no implica que no pueda pensar en lo que estoy haciendo o lo que que querría hacer, significa no gastar energía en una lucha inútil que me tiene al final del día contando los muertos para saber quién triunfó. Saludos.

  3. Miguel dice:

    Lo que yo suelo llamar, pararse a sentir el Universo, el Mundo (La Tierra). Y darnos cuenta que somos un elemento más.
    ¿Qué es producir más?, ¿Lo que tú consideras o lo que consideran otros?.

Comentarios cerrados.