Ahora mismo me siento un poco ejecutivo yuppie: en el AVE de vuelta a Madrid, con el portátil encima de las piernas (usarlo en la mesita reclinable es híper-incómodo, señores de Renfe) y dándole a la tecla mientras estoy conectado con el pinchito 3G. Y aprovechando el trayecto y la tranquilidad, retomo la actividad en Incognitosis tras unos días en los que, como esperaba, la actividad ha sido brutal.
Lo primero es lo primero. El Mobile World Congress no ha sido nada sorprendente. Los grandes han presentado apuestas muy, muy discretas y demasiado continuistas, y las buenas noticias han llegado de dispositivos que no esperaba que me gustasen demasiado. En mi caso, tres excepciones muy dignas de mención a esa apuesta continuista. Como me ha salido post largo, si queréis continuar la lectura, ya sabéis, pinchad en el Leer más…
- Nokia X: que el fabricante haya creado su fork de Android con servicios de Microsoft era algo que parecía complejo, pero que –¡bam!– han logrado hacer de forma aparentemente brillante. Me hubiera gustado ver esa apuesta en terminales con un poco más de empaque, pero que por alrededor de 100 euros tengas acceso a un terminal tan cuco y tan simpático como este es una pasada. Yo creo que Nokia lo está haciendo especialmente bien en las gamas bajas, pero me pregunto si tras la compra de Microsoft estos dispositivos tendrán continuidad. Deberían, porque desde luego tener acceso al inmenso catálogo de Android pero sustituyendo los servicios de Google por los de Microsoft me parece una jugada absolutamente maestra.
- Yotaphone: un cacharro mucho más de nicho, pero igualmente interesante en concepto. Lo de disponer de una pantalla de tinta electrónica que además tiene soporte táctil completo es una pasada –sobre todo para quienes la hemos visto en acción, porque eso es lo que convence–, pero es que además esa apuesta la han hecho sobre un dispositivo con lo mejorcito de lo mejorcito a nivel hardware. No le veo ninguna pega al dispositivo, porque por el precio de un gama alta Android (o casi) vas a tener un gama alta Android con una segunda pantalla EPD. Tremendo.
- Samsung Gear Fit: qué cacharrito más majo. Y eso que yo soy bastante escéptico a la tendencia de los relojitos de marras. Pero este es uno de esos productos que hacen que por fin algo haga clic y entiendas lo que pueden llegar a ser. De nuevo, casi todo es perfecto en el Fit. Es bonito (quizás un poco de piba), la pantalla curva es una pasada en formato y en prestaciones, y la plataforma software promete muchas alegrías. Probablemente sea caro (con los compis apostábamos por los 199 euros), pero es, creo, un gran paso para esta categoría en la que nadie parecía acertar del todo.
He visto algunas cosas que me han dado muy buen feeling, como un Blackphone del que he hablado largo y tendido en Xataka, o ese Sailfish OS que quiero (y pronto podré) instalar en mi smartphone con Android. También he visto otras que quisiera que estuvieran más fuertes a estas alturas: Firefox OS sigue algo verde y necesita gamas altas, mientras que a mi esperanzador Ubuntu convergente aún le queda un año –mínimo– por llegar. Y por último hay otras sobre las que aún tengo serias dudas, como las soluciones de proximidad (iBeacon al poder) que son muy chulas… para quien recolecta los datos. No estoy seguro de que ese seguimiento continuo convenza al personal de momento, aunque supongo que todo llegará.
Pero en la feria no solo están los cacharritos, claro. Está, sobre todo, la gente. La verdad es que la sensación no puede ser mejor con lo que uno ve en pabellones y pasillos. Gente, gente y más gente. Muchísimos intereses compartidos, muchísimas conversaciones continuas incluso en stands pequeñitos, y, por supuesto, muchísima gente intentando venderte la próxima revolución en el mundo de la movilidad y las redes de datos. Unas cosas te las crees pocas y otras menos, claro, pero lo cierto es que como mínimo te llevas algo siempre: aprender. Yo he salido de aquí controlando bastante más de lo que controlaba ciertos temas, y además pasándomelo bien. Están los compañeros de medios, los chicos/as de las agencias y empresas que te llevan al MWC –pero que sorprendentemente te dejan hacer– y algún que otro encuentro simpático que demuestra, una vez más, que el mundo es un pañuelo, y nosotros los mocos.
Como que no importa el hecho de no parar en todo el día, de comer una croqueta en el stand de Nokia –inigualable para los que éramos prensa– de acabar reventado o de aguantar algún que otro rollete infumable. Porque afortunadamente han habido muchos rollos muy fumables. Y yo no fumo, que conste.
Actualización: Pablo Morán (@pablo_moran), a quien conocí durante el viaje al MWC, me invitó a participar en uno de los resúmenes diarios que han realizado en la SER sobre el Mobile World Congress. Mi participación, a partir del minuto 12:50. Ele 😉
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El Yotaphone me ha enamorado 😉
¡Qué pena que no esté al alcance de mi bolsillo! :-S
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«Es bonito (quizás un poco de piba)». ¿»Piba» significa muchacha, o tiene otro significado?