Esta semana me he cogido tres días libres que necesitaba desde hace mucho tiempo. Tres días que han sido muy especiales porque por primera vez en ¿años? he podido disfrutar de unas pequeñas vacaciones sabiendo que eran vacaciones de verdad. Unas vacaciones de desconexión (casi) total. Me fui con la familia a esquiar a Formigal, y reconozco que en un par de ocasiones estuve tentado de publicar fotito en Twitter desde alguna silla o percha, o subir vídeo cortito bajando alguna pala a toda hostia pastilla para entre otras cosas (lo admito) poner los dientes largos al respetable.
Pero me resistí. No quise convertirme en uno de esos usuarios de Twitter o Facebook que tanto odio. Esos que se pasan la vida actualizando su estado con mensajes e imágenes constantes sobre lo bien que se lo están pasando en sitios muy molones y (en muchas ocasiones) con gente tan molona como ellos y que también suele tirar de ese tipo de mecanismos sociales. No solo no me interesa lo bien que se lo están pasando: lo único que pienso cuando veo esos mensajes es que parecen mucho más preocupados contándolo que disfrutando realmente de ese momento, de ese lugar, o de esos amigos.
Es lo que precisamente cuenta en un post genial titulado «Stop externalising your life» un desarrollador web llamado James Shakespeare (vaya con el nombrecito). Y cito:
It€™s natural to want to share experiences with the people you care about. After all, the classic postcard greeting is €˜Wish you were here€™. But I think our reasons for sharing experiences on social media are more cynical than that. It€™s not sharing, it€™s bragging. When we log in to Facebook or Twitter we see an infinitely updating stream of people enjoying themselves. It€™s not real life, of course, because people overwhelmingly post about the good things whereas all the crappy, dull or deep stuff doesn€™t get mentioned.
Yep: la (mayoría de la) gente no comparte malos rollos o malas noticias. Y eso hace que parezca que todo el mundo se lo está pasando mejor que nosotros. Pero eso es, con perdón, una gilipollez. La diferencia entre esa gente que parece tener la vida perfecta y los que como yo pasamos de tuitearla es que nosotros tratamos de saborear esos momentos al máximo. Y por supuesto que luego la compartimos, pero lo hacemos cara a cara (o quizás con una llamada telefónica), y no con un mensaje de 140 caracteres o con una foto a la que le hemos plantado un ¿original? filtro de Instagram. Y cito de nuevo un segundo y espectacular párrafo que lo resume muy bien:
The key thing to remember is that you are not enriching your experiences by sharing them online; you€™re detracting from them because all your efforts are focussed on making them look attractive to other people. Your experience of something, even if similar to the experience of many others, is unique and cannot be reproduced within the constraints of social media. So internalise that experience instead. Think about it. Go home and think about it some more. Write about it in more than 140 characters; on paper even. Paint a picture of it. Talk about it face to face with your friends. Talk about how it made you feel.
Así es, campeón. Deja de molar tanto en Twitter, Facebook, o cualquier otra red social/servicio web que se te ocurra. Porque la vida es eso que pasa mientras tú andas haciendo el moñas subiendo la foto panorámica de las pistas de Formigal. Por poner un ejemplo.
Afortunadamente no tengo Twitter ni Facebook. Nunca los tuve y no los necesito. 🙂
Mi vida solo la comparto con la gente a la que le intereso.
No tienes twitter ni Facebook, pero tienes Gravatar
Sí y gmail y un blog también, cual es el punto? Pensas que subo fotos de mis vacaciones al Gravatar? No es que este diciendo que se un asceta virtual, digo que mi vida personal continua siendo personal.
Bueno, suelo poner alguna que otra foto en Facebook de lo bien que me lo paso, sin marear al personal, pero hoy día tardas menos en subir al facebook una foto que hacerle un vídeo a tu criatura. ¿Cuántas fotos y vídeos le has hecho a Lucía en estas vacaciones? Pues eso…
No demasiadas, no demasiadas 😉
Igual que Hakenz, yo también soy un proscrito digital, no tengo ni Facebook ni Twiter, ni rollos socio-digitales.
Hay un dicho que dice, que si nos paramos a oler todas las flores, nos perdemos la inmensidad del bosque.
Supongo que como a mí no me ha interesado nunca saber que comen, beben, donde se encuentran gente que no conozco. También creo que a nadie que no conozco, le debe interesar que hago.
Es más no me gusta ver esas situaciones, en las que ves como una pareja está de vacaciones, viaje, paseo, llámalo como quieras y los vez a los dos enganchados al teléfono como si lo más importante que pasa a su alrededor está allí dentro de ese aparato(smartphone) que si bien nos ayuda en muchas ocasiones, también genera un porcentaje significativo de atontizamiento.
Estamos en la Era Digital, pero no confundir con la Era de la Comunicación.
Va, cuelga esa dichosa foto de Formigal. Si lo estás deseando, no te hagas de rogar 😉
Esto se trata en el primer capitulo de la segunda temporada de Black Mirror.
(Spoilers fuertes)
En él una viuda se crea, mediante un programa informático, un «avatar» de su difunto marido que toma su personalidad de los diferentes servicios web (redes sociales, youtube…). Al final ese hombre no se parecía mucho al hombre que ella conocía ya que en esos servicios no somos nosotros mismos, actuamos la mayor parte del tiempo y nos dedicamos a falsear la realidad, el ejemplo más claro son los filtros del instagram.
Curioso, vi el capitulo pasado ayer.
La gente externaliza su vida desde hace décadas con la tecnología disponible.
Antes ellos pasaban horas en el teléfono externalizando
Antes con Geocities externalizaban
Antes con Blogger externalizaban,
Antes con MySpace externalizaban; igual que ahora Facebook y twitter
Sólo que la diferencia, por alguna razón FB y Twitter son»malvadas empresas que roban tus datos», y por eso tantos «expertos de internet» recomiendan eso de hacer perfiles falsos en redes sociales
Incluso el redactos de Javipas también externaliza su vida a veces
http://www.javipas.com/2010/09/19/lucia/