Hacía tiempo que no oíamos hablar de Wave, y con razón. El servicio no ha cuajado. Wave quería convertirse en el sucesor del correo electrónico, y lo cierto es que la idea de Google era tan ambiciosa que en parte pienso que la gente de Google se adelantó a su tiempo. La gente (y me incluyo) no estaba preparada para esta forma de gestionar la información.
Eso ha hecho que en Gizmodo US se tomen un poco a coña el anuncio que se ha producido hoy («Google Wave out of Beta, sure to become inmensely popular now«, titulaban con sarna), y según el cual ya no habrá que pedir invitaciones para Google Wave: cualquiera que quiera probarlo podrá hacerlo libremente abriéndose una cuenta en el servicio.
Sin embargo, es posible que en Gizmodo tengan razón: no creo que esa apertura del servicio lo haga más popular, y no es que Wave tenga nada especialmente malo -bueno, salvo por el hecho de que casi nadie sepa muy bien para qué coño sirve- así que, ¿qué falla en Wave?
Pues como he dicho, no hay ninguna razón aplastante: Google ha seguido su filosofía a la hora de proporcionar una solución con una interfaz bien diseñada, pero que en esta ocasión estaba algo más sobrecargada de opciones. Pero lo más importante en mi opinión es que la gente no le ha cogido el tranquillo. No ha cuajado, y eso, por muy bien diseñado que esté el servicio, es requisito indispensable.
Google celebró hace poco el primer cumpleaños del servicio, y en las conferencias Google I/O 2010 hubo varias sesiones acerca de un servicio que el gigante de Internet no quiere abandonar, pero yo creo que necesita algo más que un «killer client» como dicen en Ars Technica. Necesita que la gente le vea el sentido. Y eso es muy, muy complicado.
Así pues si estábais esperando para tirar de Wave, podéis hacerlo, y de hecho no todo el que habla de Wave lo hace en clave negativa (1, 2) porque hay quien le ha sabido sacar partido. Pero como digo, son excepciones a la regla. Y la situación debería ser justo la opuesta. La excepción sería no usarlo.