Hace tiempo reflexionaba por escrito y en dos partes (I y II) -con la consiguiente polémica– sobre los motores de recomendación de noticias y aquello del «Wisdom of Crowds», un concepto que teóricamente debería potenciar este tipo de escenarios en la red de redes. Digg es el perfecto paradigma del éxito de aprovechar la sabiduría de las masas para triunfar, pero puede que estén llevando sus estrategias de éxito algo más lejos de lo que muchos desearíamos.
Sus últimas novedades tecnológicas reflejan la ambición de sus creadores por mejorar las prestaciones del servicio. Por ejemplo, las búsquedas ahora son mucho más potentes tanto a la hora de realizarlas como en la presentación de resultados, y aunque yo prefería el método antiguo para algunas cosas, hay que reconocer que el esfuerzo es impresionante. Algo similar ha ocurrido con la llamada DiggBar, un polémico elemento que también fue presentado recientemente y que no obstante tiene cierto trasfondo «diabólico».
Kevin Rose, el imberbe fundador de este mastodonte digital
En Engadget Joshua Topolski ha hablado del tema y ha explicado porqué este famoso blog de tecnología ha bloqueado el uso de este componente:
In Digg€™s efforts to keep you swimming in their stream, they completely obscure the original URL you€™re supposed to be looking at. And no, not just the URL you follow from a particular Digg on their site €” all the URLs you visit (via clicks) until you kill the bar.
Es cierto: no hay un mecanismo natural para saltarse la encapsulación que Digg hace de tu página web una vez la visitas a través de Digg. Todo parece igual -y es igual- pero en realidad estás viendo una página enmarcada en los servidores de Digg, de forma que eso aumenta su tráfico -no parecen tener problemas con eso- pero enfada a los creadores de contenido, que ven como sus esfuerzos se ven aprovechados para promocionar de forma clara Digg, y no sus propios sitios web. Lo comentan también con detalle en ReadWriteWeb, donde explican el tipo de códigos 301 de HTML que genera Diggs para meter los contenidos de otros en uno de los legendarios ‘frames’ que antes eran muy comunes en todo tipo de sitios web.
El razonamiento es lógico, aunque hay quien cree que en realidad la DiggBar aumenta el tráfico también de nuestro sitio web, pero yo estoy más a favor de la postura de Topolski. Digg no es un generador de contenidos, sino una pasarela -muy útil, eso sí- para el descubrimiento de nuevos contenidos.
No necesitábamos un paso intermedio para ver la noticia o reportaje que nos interesaba en su fuente original, y no entiendo que los «reductores de URL» que parecen justificar esa tecnología de Digg (ya teníamos TinyURL entre otros muchos, y sus creadores no se aprovechan del contenido original) sean una excusa válida para poner en macha este proyecto.Mal, chicos de Digg. Muy mal. Por cierto, si queréis bloquearlo -aunque dudo que lo necesitéis, dado que la presencia de contenidos en español en Digg es mínima- podéis hacerlo con este código JavaScript.
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