El reciente anuncio de [tag]T-Mobile[/tag] y de su solución HotSpot@Home no hace sino confirmar lo que muchos preveían – yo incluido 🙂 – los teléfonos móviles dejarán de limitarse a las llamadas por las redes de las [tag]operadoras [/tag]móviles para ofrecer llamadas a través de redes de datos. La idea de T-Mobile es tan sencilla que casi parece ridícula: si tienes un punto de acceso – hotspot – cerca al que puedas conectarte, ¿por qué pagar por llamar cuando puedes hacerlo gratis a través del ancho de banda de dicha conexión?
El resto de la reflexión, tras el «Te falta lo mejor…»
Ese principio básico no es nuevo: hace mucho tiempo que los fabricantes de ‘teléfonos inteligentes’ tratan de integrar clientes de VoIP en sus terminales. Skype es el caso más famoso, e incluso – me entero hoy – la reciente actualización del firmware del Nokia N800 lo permite bajo Linux. La inclusión de este tipo de utilidades permitiría que cualquier terminal con conectividad [tag]WiFi[/tag] – y digo más: [tag]WiMAX[/tag] al poder – utilizase estas redes para realizar llamadas telefónicas sin coste alguno. Pero desde luego no es el único: los clientes [tag]VoIP[/tag] existentes para el PC son cada vez más numerosos, con alternativas la mar de interesantes como JaJah o Jaxtr. Y la compra de GrandCentral (un servicio que unifica números de teléfono en uno para contactar con el usuario) por parte de Google no hace sino demostrar que esto se mueve. Y mucho.
¿Problemas?
No obstante, en esa situación ideal existen algunos obstáculos, y el más importante de ellos es la propia cobertura de las redes inalámbricas que existen actualmente. Proyectos como Fon están tratando de solucionar el tema haciendo que los usuarios puedan acceder a redes inalámbricas en buena parte de las principales ciudades, pero la dualidad de las redes de voz (GSM,CDMA) y datos (WiFi, WiMAX) debe mantenerse para que cuando no exista cobertura de una, el usuario pueda acceder a la anterior. Esa situación no cambiará ni a corto ni a medio plazo, y es evidente que hay un poder fáctico detrás de la lenta progresión de las llamadas VoIP desde el móvil: las operadoras.
Teniendo en cuenta el dineral que el negocio de la telefonía móvil genera, estas operadoras no tienen ningún interés en ofrecer de forma inmediata este servicio. Algo parecido pasó con la telefonía fija, cuando las primeras soluciones de VoIP abarataron el coste de las infraestructuras y permitieron ofrecer «llamadas gratis». Pronto se sumaron el resto de operadoras, y hoy en día los ‘packs’ de ADSL y llamadas gratis son una realidad palpable que maravillan a los usuarios y que no son más que la evolución lógica de las redes telefónicas y de datos. El ahorro para familias es evidente – ya hubiera querido mi padre tener algo así cuando mi hermanita Bea tenía cara de teléfono – y lo mismo ocurre para las empresas.
No basta pues con que la cobertura 3G mejore – algo que también da acceso a redes de datos, pero con una capacidad y precios ridículos – y a mi modo de ver no tiene demasiado sentido tratar de avanzar en el desarrollo de este tipo de redes con nuevas generaciones cuando la realidad es que la tecnología de datos que existe actualmente solucionaría estos problemas: las comunicaciones inalámbricas son una realidad y funcionan, proporcionando anchos de banda más que suficientes para manejar millones de comunicaciones de voz. El problema vuelve a residir en las operadoras, que podrían comenzar a instalar hotspots como locas y ofrecer conectividad WiFi casi total en muchos núcleos urbanos. Las redes móviles seguirían existiendo, claro, pero pasarían a un segundo plano, y la cobertura inalámbrica de las redes de datos crecería al igual que lo hizo el de las líneas ADSL, que al principio tampoco estaban disponibles en las pequeñas poblaciones.
Alternativas
T-Mobile ha sido la primera en actuar – y a buen seguro no será la última – pero existen numerosas alternativas que facilitarán la evolución del móvil para convertirlo en un terminal triple de voz «pura» (GSM), datos «puros» (GPRS, 3G, EDGE) y VoIP. Las dos primeras funciones serán a la larga ‘auxiliares’ y pemitirán acceder a estas funciones – con precios más elevados – cuando las redes de datos no proporcionen cobertura o prestaciones suficientes. Sin embargo, el futuro de estas redes es tan prometedor como inexplicablemente lento en su implantación.
La primera opción es la que ha seguido T-Mobile: los puntos de acceso son cada vez más numerosos y algunas empresas como la propia T-Mobile o Boingo disponen de miles de hotspots – incluido nuestro país – repartidos sobre todo en el continente americano. En Asia y Europa la situación es mucho más dispar (como siempre), pero lo cierto es que iniciativas como la ya mencionada Fon pretenden ampliar la cobertura de forma gradual. Lamentablemente, esta propagación es muy lenta y sólo los núcleos urbanos de cierta entidad pueden aspirar a tener un porcentaje decente de cobertura WiFi.
La segunda, mucho más relevante para este propósito, es la tecnología WiMAX. La propuesta de Intel para redes inalámbricas de gran alcance sigue inexplicablemente en un estado de eterna gestación de la que no acaba de salir. Los dispositivos ya están preparados, la tecnología está pulida, pero pocas o ninguna implantación práctica se han visto hasta la fecha. La industria no parece estar convencida de una tecnología que a mi modo de ver representa la solución perfecta para un mercado que necesita menos hotspots y más antenas WiMAX, que ofrecerían una infraestructura similar a la que actualmente tenemos con las antenas móviles.
¿La tercera? Las operadoras: sólo ellas tienen el verdadero potencial de hacer que estas dos tecnologías – y otras alternativas – sean implantadas a gran escala en todo tipo de áreas, ya sean metropolitanas o no. ¿Cuál es el problema? El dinero, claro. Es difícil renunciar a los jugosos beneficios de la telefonía móvil – no digamos ya los de los mensajes – que desaparecerían de un plumazo al comunicarnos a través de redes de datos. Sin embargo, esa pérdida podría ser contrarrestada por todo un mundo de servicios de calidad. Televisión a través del móvil, juegos y otros muchos servicios interactivos potenciarían la inversión de los clientes, que estarían más que contentos de acceder a estas plataformas de futuro… que ya existen en países como Corea del Sur y en ciudades como Seúl, un paraíso tecnológico en el que sus ciudadanos hacen con el móvil lo que los españolitos hacemos sólo con el PC y una conexión ADSL.
Y es que el futuro ya está aquí. O más bien, en Seúl. Aquí llegará, pero más tarde.
Yo había oído el nombrecito, pero no estaba seguro de lo que hacía. Está claro que lo de unificar servicios está de moda, porque GrandCentral y Jaxtr hacen algo similar…
Lo importante: estar siempre disponible, sea en el número de tfno que sea… o en el protocolo y cliente que uno utilice.
Puestos a soñar, las operadoras podrían implantar sus redes wimax y a los ususarios cobrarnos una tarifa plana mensual por los servicios de voz ip y datos. Yo no soy de los que consumen mucho de teléfono móvil (mi factura oscila entre los 25 y 35 euros mensuales) pero sí que estaría dispuesto a pagar un poco más si con una tarifa plana puedo navegar todo lo que quiera con mi portátil y hablar todo el tiempo sin preocuparme del coste. Utópico, pero posible ¿o no?
¿Y por qué no?. Supongo que en Seúl antes tendrían operadoras como aquí tenemos ahora (aunque no se si con el mismo nivel de monopolio). Es cuestión de enfocar el negocio hacia otro sitio y no quedarse estancados.
Es que es de risa ver como ofrecen promociones de un mes de llamadas gratis sólo los fines de semana, tarifas planas abusivas, o canales de televisión a precio de oro.
Y mejor no hablamos de cosas importantes como velocidad en la transmisión de datos y cobertura 3G, terminales ofrecidos para tales fines… de risa vamos. Todavía no se que hacen poniendo antenas de telefonía, no ven que eso es pan para hoy y hambre para mañana?
En fin, algún día tendremos tarifa plana total de voz y datos en todo el país, a precios asequibles… y en Seúl ya llevaría 15 años siendo gratis.