Muchos esperaban (no sé muy bien porqué) la última versión estable con un identificador de versión que da un salto notable desde las anteriores iteraciones 1.0.x. La nueva edición de Firefox, la 1.5, incluye mejoras de relevancia, aunque a mi entender no tan importantes como para que signifiquen ese cambio a la esa versión tan redonda. En primer lugar, incluso la propia Web tradicional del proyecto Mozilla cambia de sufijo, ya que en lugar de la casi legendaria mozilla.org tendremos que dirigirnos a mozilla.com, donde ahora residen tanto Firefox como Thunderbird, el cliente de correo.
Ese cambio de dominio ya deja una sensación extraña: ¿por qué no seguir con el .org, que define a los proyectos de libre distribución más importantes del mercado informático? Pasar a un .com parece querer indicar un cambio en las aspiraciones comerciales de una propuesta que nació como una excelente alternativa a Internet Explorer en el mundo Open Source.
Sin embargo, no creo que haya que alarmarse. Los cambios internos en la aplicación no es que salten a la vista. Las pestañas ahora pueden arrastrarse y soltarse como si de una aplicación AJAX se tratase, para tener mejor organizadas aquellas que nos interese agrupar (una función curiosa, pero que se queda sólo en eso), y los menús de preferencias y de borrado de ficheros temporales o de la caché están mejor elaborados. Al parecer donde se han producido cambios más importantes ha sido en el diseño interno de la herramienta, con una mecánica de extensiones ligeramente distinta que ha hecho que muchos de los módulos disponibles actualmente no sean compatibles en primera instancia con esta última versión, aunque a buen seguro pronto habrá actualizaciones que resuelvan este problema. Además se ha hecho una mejora sensible en el manejo de actualizaciones de seguridad, que se realizan de forma automática y sin consulta previa al usuario, que no se enterará de nada, pero que podrá estar seguro de que su navegador siempre está a la última. La idea es utilizar para ello descargas de poco tamaño para que el proceso de actualización se realice sin perjuicio para otras tareas que esté llevando a cabo el usuario con su conexión a Internet.
El motor de renderizado de páginas se ha mejorado también, así que Gecko debería teóricamente cargar las páginas más rápidamente, algo que aún no he tenido la oportunidad de evaluar convenientemente. Como no podía ser de otro modo, se ha prestado especial atención a los estándares Web, y de hecho el soporte para DHTML, CSS 2 y 3, JavaScript 1.6 y otros componentes de última hornada ha sido, al parecer mejorado. Por si acaso, he pasado el test Acid2 para saber cuál era el resultado en las versiones que estoy manejando ahora mismo (la 1.0.7 y la 1.5, ambas para Linux) y el resultado, como puede verse en la imagen, no parece que diga mucho a favor de este apartado.
Y por último, aunque no por ello menos importante, Firefox ha sido lanzado en prácticamente todos los idiomas al mismo tiempo, y lo que es más llamativo, con versiones disponibles no sólo para Windows y Linux, sino atención, también para MacOS X, una noticia que sin duda alegrará a los usuarios de esta plataforma.