Hoy estreno proyecto. Lo he llamado The Unshut, y el elevator pitch para los que conocéis Incognitosis sería muy cortito: un Incognitosis en inglés. Así es: el mundo de la tecnología está dominado por ese idioma, así que quería comenzar a reflejar mis opiniones también en él.

Lo de hacer un subdominio no me molaba, así que me decidí por crear un nuevo medio o blog con denominación propia. El nombre lo tenía desde hace meses, pero acabé por decidirme y ponerme manos a la obra durante estas vacaciones. Registré el dominio, creé las cuentas de Twitter y Facebook, y comencé a juguetear con ideas de diseño tanto en la página como en el logo. Aquí debo reconocer que a pesar de mis sueños de grandeza y de revolucionar todo con muchas de las ideas que tengo apuntadas desde hace mucho tiempo, tuve que ser realista e ir a algo modesto, simple y limpito. Luego, claro, empecé a escribir un poquito para ir dotando al blog de un contenido base desde el que empezar esa aventura.

Concibo The Unshut como un proyecto paralelo a Incognitosis en casi todo. En primer lugar, en diseño: veréis que se asemeja mucho, aunque hay cambios sutiles, y de hecho probablemente cosas que están allí pasarán a estar aquí y viceversa, algo que me permitirá experimentar en uno para nutrir al otro.  Y en segundo lugar, en el tipo de contenidos que publicaré allí, porque algunos posts serán traducciones o adaptaciones de lo que publico aquí, si tengo tiempo y fuerzas. Pero los días siguen siendo de 24 horas y tengo que sacar tiempo al tiempo para esto… o cambiar un poco la mentalidad.

Con la carga de trabajo y el tiempo que ya dedico a Incognitosis no queda mucho margen, así que en principio el objetivo es escribir y opinar en inglés pero de forma distinta: más frecuentemente, pero en formato breve. La explicación es sencilla: si hubo un momento definitorio en la creación de ese blog, ese fue el de la lectura de un fantástico post de Vox titulado “2015 is the year the old internet finally died“. En él Todd VanDerWerff hacía una reflexión sobre el estado de los medios actuales y sobre el estado de los contenidos en internet.

VanDerWerff hacía mención especial a las piezas largas que tanto destacan en ese maremágnum de artículos y que tanto nos gusta compartir en redes sociales a los friquis como yo. Esos longform tan llamativos que yo recomiendo a menudo en Flipcognitosis -he bajado un poco el acelerador allí-  tienen un problema esencial: que los guardamos en nuestros Pocket/Instapaper/loquesea para leerlos más tarde y no cumplimos esa promesa. No los leemos. Esas cuentas acaban siendo trasteros digitales. Y eso no es justo. Ni para nosotros, ni desde luego para los que invirtieron tanto tiempo en ellos. Permitidme que cite directamente tres párrafos en los que eso queda reflejado mucho mejor:

These longform pieces are the pinnacle to which lots and lots of us writers and the websites we work for aspire. They win awards. They garner attention from other journalists. They’re often why we got into this business to begin with. Even BuzzFeed turned out to be using all those cat GIFs as a Trojan horse for a lot of great investigative journalism.

And I don’t want to suggest, even inadvertently, that nobody reads these longer pieces. A well-written, well-reported longform piece can break out as well as anything, as Gawker found out with (among many others) its influential, over-9,000-word essay “On Smarm.”

The problem is scale. A larger, general-interest site can’t be built purely atop longform, because longform takes time — both for writers to produce and readers to read. Therefore, as both Buzzfeed and Gawker realized early on, well-done longform could be the steak, but it couldn’t be the meal.

Yo, desde luego, no puedo aspirar a estar escribiendo artículos largos todo el día ni en mi trabajo actual en Xataka ni en Incognitosis. De cuando en cuando me explayo -por aquí lo hago con más facilidad- pero eso es de momento complicado en The Unshut. Allí haré sobre todo algo parecido a lo que hace por ejemplo John Gruber en Daring Fireball. Opinar sobre cierta noticia o reportaje en plan breve.

¿Por qué? Pues porque creo, como mucha otra gente, que hay demasiado refrito de lo mismo en los medios. Muchas especificaciones y pocas sensaciones. Así que lo mío serán las sensaciones, pero siempre enlazando al medio original y citando algún que otro párrafo para poner a la audiencia en situación.

Hasta se me ocurrió un eslogan para The Unshut. No lo he llegado a utilizar allí porque no será el único formato que utilice, pero la idea está clara en mi mente.

Dos párrafos (casi siempre) bastan. 

Es un poco irónico que alguien que se enrolla como yo lo hago en Incognitosis lo diga, pero creo firmemente en que mucho de lo que hacemos los medios en internet es absurdo. Añadimos más ruido y repetimos los mismos datos solo por poder decir que nosotros también estuvimos ahí. Y a menudo sería suficiente con enlazar al contenido original y aportar una breve opinión, si uno la tiene. Sin más. Sin rollos macabeos. Sin tácticas cucas que acaban haciendo que escribamos para ser virales en redes sociales (cada vez más) o ser primeros en Google (de momento). Qué bonito sería todo si dejáramos de repetirnos. Cuántos unos y ceros nos ahorraríamos.

Hay sitio para los longform, claro: los análisis de producto son una prueba clara de ello, pero incluso allí hay que hacer examen de conciencia sobre lo que importa y lo que es supérfluo. En la mayoría de los casos priman como digo los datos y nos olvidamos de las sensaciones. Yo mismo caigo en ese error continuamente, y de hecho en móviles la polémica constante en Xataka es la de dividir las gamas altas, medias y bajas por precio y no por especificaciones.

¿Y si la dividiéramos por sensaciones? El OnePlus One sería desde luego un teléfono de gama alta, mientras que el pobre HTC One M9 sería, como mucho, un gama media. Se podría decir así, sin historias, sin mareos, sin rodeos.

Y esa es la idea en The Unshut y, con el tiempo, quizás también aquí. Pero en Incognitosis me mola enrollarme (como se ve en este post), así que seguiréis viendo mucho contenido más largo y de cuando en cuando, quizás, ese tipo de post de dos o tres párrafos que en esencia será como un Twitter extendido. Puede que 140 caracteres no sean suficientes, pero desde luego no hace falta mucho más para mucha gente.

Presento aquí el proyecto, pero es probable que muchos de vosotros ni siquiera lo sigáis. En realidad no importa demasiado, no os preocupéis: The Unshut me va a servir para muchas cosas, pero sobre todo para aprender y experimentar. Tener además una carta de presentación profesional en inglés no es mala idea, así que espero que el nivel de redacción -ahora mismo yo diría que mediocre total- mejore con la práctica. Y por supuesto, disculpad tanto por las patadas que pueda darle al diccionario como por los errores y ausencias que sé que hay actualmente en The Unshut. Si tenéis sugerencias y comentarios de cualquier tipo (incluido diseño, el logo espero que sea provisional pero no para siempre), por favor, avisad. Veremos si el experimento dura. Diga lo que diga Yoda, por intentarlo que no quede.

And so, it begins.

PD: Imposible despedirme sin antes darle mil gracias a mi desarrolladora front-end favorita. Mi mujer, Cristina, que tiene en mí a su peor cliente. Como soy incapaz de hacer un boceto decente en Photoshop o cualquier otra cosa me paso la vida diciéndole “esto un poquito más grande, esto un poquito más naranja…“. Eso unido a la maldita (ella usa otra palabra) caché de mi servidor hace que poner en marcha The Unshut haya sido una pequeña tortura. Menos mal que ella es una verdadera máquina con WordPress, HTML5, CSS3 y lo que le pongan por delante. TALT.