Tecnología

De privacidad y paranoias

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Llevo meses hablando en Xataka de todo lo relacionado con los programas de espionaje y monitorización masiva de la NSA. La filtración de documentos por parte de Edward Snowden nos ha hecho comprender hasta qué punto nuestros datos dejan de ser nuestros cuando utilizamos todo tipo de servicios en Internet, y también han hecho que en muchos de nosotros (y me incluyo especialmente) despierte cierto sentido de la paranoia con respecto a nuestra privacidad.

Snowden da poderosos argumentos para estar preocupados, y nadie parece mover ficha a nivel político y social. Curioso especialmente en el caso de Merkel, que debe tener un genio de aquí te espero pero que apenas ha dicho o hecho nada al respecto. Mientras tanto aparecen todo tipo de iniciativas para tratar de asegurarnos cómo salvaguardar la privacidad y nuestros datos, y todos esos desarrollos y soluciones se alimentan, claro está, de esas sospechas.

Puede que la NSA esté captando ahora mismo todo este post, pero lo más probable es que le importe bien poco. Y aún así, la amenaza está ahí, y como decía Snowden esta tarde en una conexión vía Hangouts —aquí el vídeo— con el evento SXSW, lo suyo es que cifremos todas nuestras comunicaciones de extremo a  extremo, algo que es complicado de hacer con las herramientas actuales a menos que uno sea un poco friki.

En esas estábamos cuando leo el artículo de hoy de uno de los fundadores de The Next Web en el que aparece una reflexión sorprendente. La paranoia de la privacidad podría haber llegado demasiado lejos. Y los datos que aporta son concluyentes. En la bomba que pusieron en la maratón de Boston el año pasado, tardaron tres días en publicar fotos y un vídeo de los sospechosos, y varios días más en capturarles. No lo lograron gracias a la tecnología: un vecino reconoció a los sospechosos y dio el chivatazo.

Y más recientemente, en otra tragedia igualmente lamentable, el tristemente célebre vuelo MH370 de Malaysia Airlines se perdió en algún punto del océano y no han logrado dar con él. Martín Varsavsky lo comentaba en un buen post en su blog y completaba la reflexión de TNW: ¿cómo es posible que algo tan delicado como un avión siga anclado, en muchos aspectos, en tecnología de hace 50 años?

Y en ambos casos, la misma conclusión. Si la NSA tiene tantos datos, si las agencias de inteligencia recolectan tanta información, ¿cómo es posible que no la utilicen para resolver este tipo de sucesos? ¿Será que realmente no tienen la capacidad de analizar esos datos, o de que no recolectan tantos como se esperaba? ¿Es nuestra paranoia exagerada?

Ahí lo dejo.

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