Tecnología

El amor de lo online por lo impreso

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Lo que está ocurriendo en los medios impresos es una verdadera penita. Periódicos y revistas desaparecen por doquier, y solo aquellos medios muy fuertes pueden aguantar el chaparrón que les está cayendo. Se acabaron las vacas gordas muchachos, y todo eso. Cuando Internet empezó a contemplarse como el medio global que es hoy en día pocos lograron entender que tenían que migrar a un modelo online, o al menos a compabilizarlo con el medio impreso. Muchos llegarían tarde y mal, y eso les perdió. Para los que lograron adaptarse, lo online tenía un atractivo indudable, como casi todo lo que es nuevo.

Pero lo que está claro es que todos esos medios que dieron el salto al mundo online siempre tendrán al papel muy metido en la patatita. A mi me pasó y me pasa, desde luego. El salto de PC Actual a The Inquirer ES fue muy ilusionante por la novedad, pero el papel seguía tirándome. Y ese amor por el papel se ha visto confirmado por proyectos que nacieron con un fuerte componente online.

En español el caso más claro lo tenemos en Jot Down, ese medio fantástico en forma y fondo que no leo casi nunca por falta de tiempo pero que es uno de los referentes de cómo hacer buen periodismo cultural. Sus responsables –no sé si esa fue su intención desde el principio– no tardaron en hacer caso de la patatita.  Su primera revista impresa fue un éxito notable, y eso hizo que aquella vuelta al pasado se haya repetido algunas veces más.

Otras van incluso más allá: ni siquiera vuelven al pasado, sino que lo adoptan directamente. La revista Líbero es probablemente el mejor ejemplo en español. Solo he tenido la oportunidad de hojear un ejemplar, pero el proyecto me parece impecable en su ejecución, y varias veces he estado tentado de pagar los cinco euros de cada ejemplar para disfrutar de un ratito de cultura futbolística, que también la hay. El tiempo, de nuevo, ha sido el culpable de que no lo haya hecho.

Pero la que ha inspirado este post es The Great Discontent, un sitio web del que ya he hablado en alguna ocasión y que me parece una verdadera preciosidad. El proyecto lleva casi tres años en marcha y sus creadores han decidido dar el salto. De compatibilizar su dedicación a TGD con su trabajo han pasado a dedicarse a TGD a tiempo completo, con el riesgo que eso supone. Han creado un proyecto en Kickstarter para recaudar fondos y así pasar a editar su propia revista en papel sin renunciar al formato en que nacieron, totalmente online, y a formatos de e-book. Yo por ahora he invertido solo en el e-book –la revista es prohibitiva (55 dólares) fuera de EE.UU. por los malditos gastos de envío– pero espero y deseo que ese proyecto tenga el mayor de los éxitos. No es la única iniciativa a la que me he apuntado últimamente, y también he sido uno de los que participaron en la campaña de Kickstarter de Acuerdo, un proyecto español que a priori me da muy buen feeling. Eso sí: lo de Acuerdo es una apuesta total (y valiente) por el papel, mientras que Líbero, Panenka o Jot Down también le prestan algo (las dos primeras, que en esto quizá deberían esforzarse) o buena parte de su atención a su versión online.

TGD no es desde luego la primera en tratar de aprovechar el tirón online para vender en papel. Lo han hecho otras como Nautil.us –no me cansaré de repetirlo: es preciosa, por favor, echadle un vistazo– o Hacker News, que dispone de su versión impresa mensual, Hacker Monthly. Todas ellas seguran una cosa: buenos ratos de lectura y un diseño cuidado y, normalmente, excepcional, algo que ya consiguen varias en el terreno online. En todos los casos la idea es la misma: seleccionar lo mejor de lo mejor de esos contenidos que se van publicando y agruparlos en una revista o libro que los amantes del papel cuidan como un tesoro. Y el modelo hace que esos esfuerzos sean sostenibles. No solo eso: dejan tanto a sus creadores como a sus lectores poder no solo leer, sino tocar y oler. Yo diría que hasta paladear esos buenos artículos o libros que siempre parecen saber mejor cuando uno los lee en papel.

Coñe, debería hacer lo mismo. A ver, encuesta rápida: ¿quién compraría un librito con lo mejor de Incognitosis? Ni Perry, seguro :/

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