Sundar Pichai, el nuevo responsable de Android que por su cara podría pasar perfectamente por el dueño de una tienda de decomisos -con todo el respeto a los responsables de esas tiendas-, ha hablado hoy en Wired sobre muchos temas relacionados con Android y Chrome OS. Y lo cierto es que su mensaje ha sido doblemente decepcionante. Primero, porque ha descartado (al menos, aparentemente) que vaya a haber anuncios «relevantes» en el segmento de los lanzamientos de nuevo hardware (tablets, smartphones).

Y segundo y más importante, porque parece que Pichai está convencido (repito, al menos, aparentemente) de que Android y Chrome OS tienen sentido por separado. No cierra la puerta a esa opción («la cosa podría cambiar en un año o dos«, sugería en uno de sus comentarios), pero por ahora no hay tu tía tutía. Android irá por un lado, y Chrome OS por otro.

No es lo que yo hubiera esperado de este ingeniero que hasta hace poco se encargaba de la división de Chrome y que probablemente tenga un cariño especial por Chrome OS. Y sin embargo, Android sigue siendo el referente. Si yo fuera Pichai lo tendría bastante claro. Chrome OS, como los Chromebooks, no cuajan. Si Reader cuajaba y lo tiran a la basura, no entiendo qué hacen dedicando tiempo y recursos a ese sistema operativo que tiene un papel casi anecdótico.

¿Que qué haría yo? Fácil. Tratar de migrar todas las virtudes de Chrome OS (o lo que es lo mismo, de Chrome) al navegador móvil. NaCl, sandboxing, WebGL, soporte total de HTML5, la Chrome Web Store, y lo llevaría a Android. Pondría a currar al equipo de Chrome OS en aspectos que pudieran convertir a Android en una alternativa válida para PCs y portátiles (<cough>Ubuntu<cough>) y así convertir al móvil en un thin client solvente (¿recordáis aquello de que el smartphone será vuestro próximo PC?), y a tirar millas.

Lo veo tan y tan claro. Ay, amigo Pinchai, qué oportunidad habéis perdido no fichándome.