Esta madrugada se ha emitido simultáneamente en un porrón de países el último episodio de Lost, una serie que revolucionó para siempre la televisión y que lamentablemente -en mi humilde opinión- hace tiempo que perdió el norte. Como tantas otras series de culto creadas en los últimos 5-6 años en Estados Unidos, Lost no supo cuando parar, y por fin sus creadores han decidido que ya era hora de dejar un argumento que no admitía muchas más salidas de olla.
Lo admito: no he visto ni un solo capítulo de la sexta temporada. No he tenido fuerzas. Acabé la quinta con retraso, justo antes de que comenzara la sexta y precisamente con el objetivo de tenerlo todo fresquito para afrontar la última temporada, pero desde el S05E01 hasta el final me di cuenta de que Lost había perdido todo mi interés. Los giros del argumento, que forzaban demasiado la línea original, acabaron por cansarme, y de hecho no sé si alguna veré ese famoso episodio final de 150 minutos.
Con todo y con eso, Lost ha sido fantástica en sus primeras temporadas -me temo que la primera, como la de Heroes o Prison Break, era insuperable– pero se ha visto afectada por el fenómeno «Jumping the shark» en el que caen todas y cada una de las series de la historia de la televisión -salvo quizás, «Star Treck», «el Equipo A», y, cómo no, «Los vigilantes de la playa» 🙂 -, o lo que es lo mismo: recurrir a nuevos y a menudo absurdos hilos argumentales para poder alargar la emisión de una serie televisiva.
Ese efecto está siendo aún más patente en series de última hornada («Flash Forward» es el ejemplo más claro, o «Jericho«, antes que ella), pero en Lost se llevó a un nuevo nivel. Los viajes en el tiempo, los superpoderes -por mucho que formaran parte de la milagrosa trama argumental inicial- y las relaciones entre los personajes comenzaron a sonar a que los guionistas estaban tomando demasiados yogures caducados mezclados con Red Bull.
Así pues, me alegro de que haya acabado la serie. Lo debería haber hecho mucho antes. Quizá 2 o 3 temporadas hubieran sido más que suficientes. Y es que nunca debió haber una quinta ni una sexta temporada de Lost. Como tampoco debieron existir la segunda y tercera partes de Matrix. Pero es otra historia 🙂 Os dejo con imágenes alternativas que había encontrado para ilustrar este post.
Comparto, en parte, tu opinión. La cuarta temporada para mi es una de las mejores que ha tenido Lost, indudablemente la que te hace engancharte es la primera que fue la que creo la sorpresa.
El problema, como en todos estos casos, es que para alargar las «sagas» se pierden. Los argumentos cada vez son más rebuscados y para contarte un infimo detalle, se tiran nada menos que un capítulo. Me recuerda aquel campo de Oliver y Benji que tenía como 10 km!!!!!
He sufrido la «lostadiction» pero esta temporada final, se les ha ido mucho de las manos, pero al menos dentro de ese mundo complejo que han creado parece tener algo de sentido.
Es una pena que ocurra esto con las series, las que tienen demasiado hilo argumental finalizan, y solamente sobreviven, las que cada capítulo es parecido al anterior, vease CSI, Equipo A, El Coche Fantastico (la antigua, claro).
En fin, ahora a sufrir las cancelaciones que van a llevar a cabo, Héroes, Flashforward, etc.
Esta serie me gusto mucho pero al final ya no me gusto le perdi la pista desde la tercera temporada
al menos en las secuelas de matrix pudimos disfrutar de monica bellucci!
Bueno, yo sé de alguien que opina que la Belucci no es para tanto 😉