Tecnología

Lucía a los 15

Mi pitufi-tufi. Mi piti-piti.

Acabo de ver un vídeo tuyo. Vamos en el coche de viaje, tienes cinco años y estás llorando desconsoladamente. Como si se hubiese acabado el chocolate en el mundo. O la lasaña. O como si Ted no hubiese logrado encontrar a vuestra madre. Tipo (TIPO) súper tragedia.

Y la tragedia es que se nos había olvidado coger tu gorra. Y claro, desastre total. Ahora lo vemos y nos reímos, pero yo pienso otra cosa mientras se me forman lagrimitas en los ojos. Pienso que ya eras preciosa entonces —aunque llorases— y sigues siéndolo ahora. Porque te voy a contar un secretito (¡shhh!) por si no lo sabes ya.

Tú siempre serás preciosa. Y siempre serás mi pitufi-tufi y mi piti-piti. Da igual lo que pase, da igual que pierdas gorras, que se acabe el chocolate o que Ted no encuentre a vuestra madre. Da igual que se acabe el mundo, mi bonituyi. Ays.

Así que en cierto modo, también me da igual que cumplas 15 años. Bueno, un poco no. Es que vaya telita. 15 añazos. Esto se pone emocionante, pitufi. Empiezan otras aventuras, porque ya eres una mujercita. Una preciosa por dentro —eso dura siempre— y por fuera. Empiezas a tener algo más de libertad y de indepencia, a ser muy cuquis con la ropa y con tu aspecto —hay que ver qué presión social en el insti, no puede ir una de cualquier manera—, a salir con tus amigas y, claro está, a hacerlo sin mirar ni hablar a chicos porque ya sabes que como venga un Jeremy sus rodillas peligran. Tú pásalo pipa con tus amiguis, y lo de los chicos ya llegará a los 30 o los 40. Sin prisa.

Y ya en serio, qué mayor estás. Da igual que Javi te haya alcanzado ya en altura y siga creciendo. Es lo suyo. Yo creo que a ti aún te queda un estironcillo, pero incluso si no ocurre, no pasa nada. Además, piensa en las ventajas de tener más o menos la misma altura y talla que mamá. Compartir ropa contigo siempre ha sido su sueño (¡ja!).

No sé qué nos deparará este año, pero yo creo que va a ser tan estupendo como el que acaba de pasar. Un año en el que, eso sí, hemos dicho adiós a algunas cosas (¡el iPhone!) pero hemos dicho hola a nuevos amigos —se quedó lindo el verano— y hemos mantenido tradiciones estupendas. Como los batidos del VIPS, o las lasañas a medias —me pido rebañar la bandeja, para ti el cucharón—, o los palotes y los regalices de rollo, o todas esas pelis y series que hemos visto juntos. A mí las que me gusta ver contigo son dos tipos de cosas. Primero, los pastelones súper románticos. Me encanta que sigas haciendo lo del oooooh yeaaaah, o que cuando pasa algo triste se te caigan esos lagrimones que ya te caían en el coche con la dichosa gorra. Y segundo, las series de risa, como ‘Friends’ o ‘Cómo conocí a vuestra madre’. Me encanta verte reír y me encanta que de vez en cuando me mires para ver si yo también me he reído de algo. Siempre lo hago con Barney porque SABEMOS que Barney es el mejor de la serie, por encima claramente de Ted. Ay, mi pitufi.

Pero me encantan otras cosas y sorpresas que nos das un año tras otro. Como esos dibujos y sobre todo esos vídeos que haces, incluidos esos TikTok que te encantan y que te quedan increíbles, sobre todo los de nuestros viajes, obvio microbio. Hay otra cosa que me alucina cada vez más de ti: no he visto a nadie que haga mejores regalos a sus amigas. Cada regalo te cuesta días y días y es alucinante, pero es que no paras de hacerlo aun sabiendo que nadie podrá igualarte. Siempre das más de lo que recibes mi pitufi. Eso es increíble.

Como lo es, y siempre os lo digo en estas cartas, esa relación única y especial que tenéis Javi y tú. Cómo os cuidáis, cómo seguís jugando y hablando y riendo y cantando —Pitch Perfect os enseñó el camino— y disfrutando juntos, y cómo eso hace que podáis contar siempre el uno con el otro. Lo que tenéis es un tesoro: muy pocos hermanos tienen esa suerte, así que ni se os ocurra perderlo. Y si hay enfados, que los hubo y los seguirá habiendo, que se pasen rápido, mis pitufitos.

Me despido ya, mi vidita. Espero que los 15 sean fantásticos, especiales e inolvidables. Te mereces eso y mucho más. Eres la más bonituyi del mundo. Felicidades mi pitufi-tufi, mi piti-piti. No cambies, por favor.

Te quiero infinito.

Suscríbete a Incognitosis

¡Recibe en tu correo las nuevas entradas!

Standard

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *