Un buen amigo mío me contaba la semana pasada que estaba que trinaba. Resulta que Netflix anunció su enésima subida de precios, y la sorpresa era bastante gorda. Veamos:

Plan	Precio anterior (€/mes)	Precio actual (€/mes)	Incremento
Premium	17,99	19,99	11,12%
Estándar	12,99	13,99	7,69%
Estándar con anuncios	5,49	6,99	27,32%

Alucina, vecina. La suscripcion más barata cuesta casi un 30% más. Es brutal, porque no solo te comes anuncios (y más que te comerás), sino que además esa suscripción que teóricamente era «la barata» ya no lo es demasiado. Todos los suscriptores se han echado las manos a la cabeza, pero ¿sabéis qué? Que a Netflix le da igual, y a sus inversores más. Tras anunciar las subidas, las acciones subieron un 12% en un solo día. Una burrada.

Netflix no ha sido la primera y desde luego no será la única en plantear esa estrategia. De hecho, pocos días después Disney+ anunció también su propia subida de precios. El plan estándar pasa de 8,99 a 9,99 euros al mes (11% de subida) y el Premium pasa de 11,99 a 13,99 euros al mes (17%). El plan con anuncios no cambia de precio (¿aleluya?) pero a ello se suma el hecho de que pronto no podrás compartir cuenta en Disney+, que está siguiendo la misma estrategia de Netflix. Una estrategia fantástica para estas empresas, que no paran de ganar más y más pasta en bolsa, pero terrible para los usuarios.

Mi amigo me lo contaba el otro día y me decía que todo esto ha hecho que, como seguramente os haya pasado a muchos de vosotros, haya vuelto a sus principios. Es decir:

A piratear.

Mi amigo me contaba que ahora lo piratea todo. Harto de que le tomen el pelo con subidas por todos lados, ha decidido que ya que el sistema juega contra él, él va a jugar contra el sistema allí donde pueda. ¿Qué ha hecho? Acudir a todo tipo de soluciones para piratearlo todo y a todos.

Mi amigo me decía que recordaba mi post de 2012 sobre el coste de oportunidad. Yo no recordaba el tema la verdad, pero releyendo me di cuenta de que 1) escribía estupendamente ya entonces y 2) ese post es muy revelador. El coste de oportunidad se refiere a «aquello de lo que un agente se priva o renuncia cuando hace una elección o toma una decisión». En nuestro caso, a qué renuncias cuando pirateas algo.

En 2012 renunciabas a unas cuantas cosas. Sobre todo al tiempo. Piratear no era tan trivial porque la cosa había pasado un poco de moda, las conexiones de banda ancha no eran como las de ahora y la calidad de los contenidos era más baja.

Perdías cosas importantes, y por eso Netflix y el resto de plataformas parecían una bendición cuando llegaron. Eran una opción cómoda, legal y que compensaba. Pero con el tiempo han dejado de serlo, y tienen un problema gordo. ¿Cuál?

Pues que ahora el coste de oportunidad es casi cero.

Y lo es porque las opciones para piratear de todo se han multiplicado por mil. Para empezar están los servicios IPTV que campan a sus anchas. Puedes comprar paquetes de 3,6 o 12 meses en AliExpress por 20 euros a uno de esos vendedores efímeros —las tiendas que venden esos paquetes duran apenas unos días—, pero también hay multitud de ofertas en canales de Telegram o en contactos que se van compartiendo por ejemplo en WhatsApp. Ver el fútbol (o cualquier otra cosa) pagando ¿130? euros al mes se ha convertido en un absurdo para cada vez más usuarios cuando por 50 o 60 euros tienes una IPTV de lo más cuca y con EPG a tope.

Mi amigo me ha dicho que aplicaciones como Tivimate se han convertido en las nuevas killer apps de Android TV, pero es que no son las únicas, porque Stremio es igual de buena (o mejor) gracias a la magia de la red bittorrent. La idea no es nueva, claro: la mítica Popcorn Time sigue vivita y coleando y es fantástica si tienes un minipc conectado a la tele, pero aquí me amigo me decía que qué tontería usar esta última cuando las otras dos lo hacen todo igual de bien o mejor.

De hecho, el concepto antiguo de «voy a abrir eMule / Transmission» para descargar algo en el PC o en el móvil se ha quedado un poco desfasado. Puedes hacerlo, me decía mi amigo —su clase introductoria, muy ‘Pirating 101’ fue estupenda—, y de hecho ahora ambas opciones van mucho, mucho mejor que hace unos años. eMule, que parecía defenestrado, va especialmente bien: si encuentras lo que buscas, la velocidad de descarga es brutal. Los trackers Bittorrent, me decía mi amiguete, están un poco más perseguidos. Los buenos suelen ser privados y es difícil conseguir invitación, me cuenta, y han cerrado algunos libres que eran estupendos, pero hay espejos (mirrors) que siguen funcionando bien en varios casos. The Pirate Bay o RARbg, son buenos ejemplos de eso.

Pero es que los trackers tienen ayuda de clientes que automatizan todo a niveles nunca vistos, me explica mi amigo. Ahí es donde entran los servicios «Arr» —Prowlarr, Sonarr, Radarr, Lidarr—, y van colocando todo en la máquina (un PC, un NAS, una Raspberry Pi) en las carpetas adecuadas para luego poder disfrutar de esos contenidos con gestores como Plex o Jellyfin, que está muy de moda, me comenta el colegui-legui.

Pero si eso no te basta, hay muchas más opciones. Los piratillas más veteranos (y cada vez más nuevos) han redescubierto los viejos foros de Usenet que permiten que con lectores como SANnzbd puedas acceder a los foros con contenidos de todo tipo y descargarlos también de forma muy organizada y automática.

Pero todo esto, me insistía, es si quieres tener contenidos guardaditos en tus discos duros. Para mucha gente eso tampoco es que aporte mucho, y prefieren ir al «dark streaming», o lo que es lo mismo, a piratear todo el streaming. La alternativa clara ahí es una IPTV, pero cada vez más se lleva lo de encontrar canales, pelis, series y por supuesto fútbol a través de Telegram, donde la gente comparte enlaces que se pasan los amigos como el mío entre ellos y que permiten disfrutarlos. ¿Puede haber cortes y retrasos? Claro. ¿Importa? Pues hombre, cuando la opción es pagar 130 euros al mes para ver 4 partidos, quizás no tanto.

Mi amigo me recordaba que Reddit tiene un subreddit la mar de pirata con un megahilo brutal en el que van más allá en todas estas opciones. Lo primero que recomiendan, eso sí, es tirar de alguna VPN para que si tiras de estos recursos al menos puedas proteger un poco tu privacidad y sea más difícil que te pillen. La cantidad de recursos que hay ahí, me decía mi amigo, «me marea hasta ahí».

Mucha gente no conoce este mundillo, me decía, pero ocurre que lo que antes tenía un coste de oportunidad notable, ahora ya no lo tiene. Hay opciones que desde luego requieren bastante más trabajo y siguen siendo un poco artesanales, pero luego hay alternativas que son básicamente tan fáciles de instalar y usar como Netflix.

Y cuando el coste de oportunidad es casi cero, los Netflix del mundo tienen un problema. No estamos precisamente para andar gastando más y más dinero en suscripciones, pero parece que la burbuja sigue creciendo y todos estos servicios están soplando para que se haga más y más grande. Hasta que explote, claro.

Y cuando lo haga, y hasta que lo haga, la solución para cada vez más gente es la misma que hace 20 años.

Piratear como si no hubiera mañana.