Disculpas por el parón pero el trabajo me ha tenido atado de pies y manos. Muchas cositas que contar, pero como hay que centrarse hablaré un poco de ese acuerdo por el que Fitbit se ha hecho con Pebble por 40 millones de dólares.
No parece mucho para una empresa que era especialmente reconocida por impulsar esa pseudorevolución del reloj inteligente, pero lo cierto es que esos 40 millones no están nada mal si tenemos en cuenta que Pebble no estaba precisamente en su mejor momento.
Aquí dan igual las intenciones, porque el problema de tener un producto tan de nicho es que una vez satisfaces la demanda de ese nicho, lo tienes complicado. En el caso del Pebble el producto es original y atractivo, pero los ecosistemas de Apple y Google —e incluso de Samsung con Tizen— son mucho más atractivos para desarrolladores y para esos usuarios que se gastan la pasta. Es triste que un producto que precisamente soluciona uno de los problemas más criticados de los relojes inteligentes no tenga más éxito, pero es así. ¿Queríais batería? ¿Por qué no compráis Pebbles?
Pues porque con el Apple Watch o con un Android Wear moláis más.
Lo dije en su día y lo repito ahora. El problema de los Pebble es que parecen un juguete. Y la gente que se gasta 200 euros o más en un accesorio para su teléfono —porque esto es lo que son los relojes inteligentes— suele querer aparentar que esos accesorios son ideales de la muerte. Los Pebble están genial para cierto tipo de usuarios, pero probablemente no para la gran masa de usuarios potenciales de wearables. Esa es mi sensación al menos. La de que una vez más se impone el diseño frente a la función. Y lo digo sin tener en cuenta los añadidos de otras plataformas de las que hablaba, porque en temas básicos el Pebble es tan bueno o más que otros smartwatches.
La pregunta ahora es qué hará Fitbit con los Pebble. La empresa está especializada en unas pulseras cuantificadoras que no están mal, pero el problema es que parece que aquí también se han topado con un nicho de mercado demasiado pequeño. Sobre todo cuando hay competidores bastante dignos —por lo que dicen los análisis— como las Xiaomi Mi Band 2 que por poco más de 20 euros te permiten contar con funciones de esas que hacen que este cacharrito sea una vez más «lo suficientemente bueno».
La incursión de Fitbit en el segmento de los relojes tampoco es que haya salido especialmente bien. Waze mola como concepto, pero una pulsera que quiere ser reloj tiene menos alcance que un reloj que quiere ser (y es, además) pulsera. Parece que Samsung, Google y Apple están teniendo muy claro que la cuantificación es elemento diferenciador de sus relojes y están yendo en ese camino (top-down) con un resultado bastante interesante. Y no es que ninguno de ellos parezca estar tirando cohetes con sus productos en el segmento de los wearables, así que últimamente el sector está bastante desinflado.
Pebble+Fitbit. Two turkeys don't make an eagle
— Alex B ? (@somospostpc) December 1, 2016
Espero lo mejor de esta alianza, pero me temo que como decía Álex la suma de las partes no tiene por qué ser igual a un todo. ¿Dos nichos que se unen hacen un nicho el doble de grande?
Veremos.
Es una pena si al final desaparece pebble como marca. Llevo siendo usuario de sus smarwatches desde el primero que sacaron, y en el último crowdfounding también he participado (Y aun pendiente del envio) para el Pebble Time 2 que podria ser un producto a tener muy en cuenta, pero claro, no es Apple ni Samsung, y es muy dificil hacerse un hueco entre los grades.
Espero sinceramente que sigan ahí, en vez de ser absorvidos como parece que será finalmente.