Tecnología

Wire (y Telegram) son lo que debería ser WhatsApp hoy en día

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Ayer hablaba en Xataka de Wire, el nuevo servicio de mensajería instantánea que se ha sacado de la manga Janus Friis. El co-fundador de Skype parece que tenía claro que los clientes de mensajería instantánea estaban un poco fuera de onda estos últimos tiempos, así que se ha lanzado a un mercado ultracompetitivo y ultra-asentado con una apuesta que en mi opinión tiene todo lo que debería tener un servicio de este tipo para triunfar.

Todo… menos una cosa. Pero de eso hablaré más adelante.

Para empezar, la interfaz de Wire es una cucada. Sencilla, elegante, vistosa y sin demasiadas historias que la compliquen. Encuentro demasiado moderno eso de que las opciones de compartir fotos o realizar llamadas se “deslicen” desplazando el cursor de escritura -poco intuitivo es, desde luego-, pero la ejecución es impecable.

Les quedan pulir algunos puntos -como lo de las charlas en grupo, que no hay manera de crear al menos en mis intentos con Android 4.4- pero lo cierto es que en el resto de opciones Wire es estupendo. Compartir fotos y enlaces de audio y vídeo está tirado, pero es que además está el apartado de las llamadas VoIP, que son en mi (totalmente inexperta) opinión las mejores que he oído en mi vida. La calidad del sonido es impresionante, mucho mejor que la telefónica o que la de un cliente de chat habitual como el Hangouts que uso como recurso casi siempre, y desde luego si el consumo de datos no es elevado resulta una opción de lo más interesante frente a otros competidores.

Pero es que además está lo de que tengan el cliente para iOS, Android y OS X. Me faltan los de Windows y el prometido cliente HTML5 (Wire vía navegador web), pero comprobar lo bien que funciona pasar de un cliente a otro y cómo los mensajes se sincronizaban -con cifrado de extremo a extremo, of course– de forma instantánea era una gozada.

Esa pequeña opción de convergencia no es nueva, y de hecho la existencia de un cliente web sincronizado con el cliente nativo de los móviles es una de las opciones ridículas por su genialidad que no entiendo que no hayan integrado en WhatsApp aún. Llegará, sin duda, y será entonces cuando muchos se den cuenta de lo que se habían perdido. Continuar la conversación de WhatsApp desde el teclado de un PC o de un Mac en lugar de hacerlo desde el teléfono es una gozada, y de hecho ya es posible hacerlo “con truco” a través de AirDroid 3, una herramienta de la que también he hablado hoy y que me está pareciendo muy curiosa. Pero de nuevo, no nos descubre nada: Telegram ya tenía cliente nativo, y ni los Hangouts de Google ni Facebook Messenger, con la misma opción, han logrado cuajar. Es lamentable.

Al final Wire es básicamente el tipo de cliente que querría usar en lugar de WhatsApp, pero -y aquí viene el problema- a ese cliente le falta lo único que importa: los usuarios. No sé cómo tratará de convencer Wire a esos usuarios a que migren de plataforma, pero me temo que aquí Friis ha subestimado el poder de la rutina. Si algo es lo suficientemente bueno, el usuario se conformará con la opción que ya usa a no ser que la alternativa ofrezca un beneficio económico significativo. Y no es el caso de Wire.

Es el mismo problema que tiene Telegram, una aplicación que lleva tiempo prediciendo el futuro de WhatsApp y que no consigue la tracción necesaria. Ni en cantidad, ni en velocidad. Una lástima, porque es una aplicación igualmente destacable que como otras compiten contra ese gigante que simplemente llegó antes. Y a veces eso suele ser suficiente. Una penita.

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