Ayer me encontraba con un artículo titulado «Why we are not afraid of Microsoft» en el que su autor hablaba de la reciente adquisición de una empresa llamada Parature por parte de Microsoft. Ese autor trabaja para una empresa competidora, FreshDesk, y en su artículo hacía una curiosa reflexión: hace años, esa compra podría haber sido una amenaza importante para su negocio, pero no ahora, años después.
When was the last time Microsoft put anybody out of business? I think the days of Microsoft putting companies out of business ended when the Windows monopoly ended. People remember the Internet Explorer vs Netscape story but that was 15 years before Google, Facebook, Twitter or smartphones had entered the picture.
The Zune was supposed to be the iPod killer. The Windows Phone is supposed to be the iPhone and Android killer. The Surface is supposed to be an iPad killer. And Bing is supposed to be the Google killer. We understand that we’re not Apple or Google, but with all due respect to Microsoft, it’s a much different world now than it was in 1998.
Así es. El mundo ha cambiado mucho, y los productos que Microsoft está sacando al mercado no logran lo que sí lograban en el pasado (aunque lo intenta, claro). Quizás lo recordéis: Microsoft era una empresa odiada, como unos años antes lo había sido IBM. De hecho, Microsoft iba a salvarnos de la malvada IBM –en cierta forma supongo que lo hizo– y acabó convirtiéndose para muchos en la malvada Microsoft. Hasta que apareció Google, que nos iba a salvar de ella, y que en estos días –junto a alguna otra <cough>Facebook</cough>– asume el papel contrario a su famoso «Don’t be evil«. Para muchos Google es la nueva malvada. ¿Quién nos salvará de Google?
Somos así de incostantes. La pequeñas startups que quieren cambiar el mundo molan. Pero entonces pasa lo que pasa: que logran cambiarlo. Y de repente ya no molan. Ese mundo que consiguen cambiar para nosotros ya no nos gusta tanto como pensábamos. No era todo tan bonito como lo pintaban. Y entonces, irremediablemente, aparecen nuevas pequeñas startups –que en algunos casos son adquiridas por esos gigantes– y volvemos al principio de la partida. Odiamos a las grandes, amamos a las pequeñas. Hasta que se convierten en grandes, claro.
Haters gonna hate y todo eso. Claro que afortunadamente para ellas, las que fueron grandes y odiadas siguen siendo grandes pero no tan odiadas. Mirad a IBM y a Microsoft. Yo hasta las tengo cariño, fíjate qué cosas. Ays.
Muy Buen articulo. Creo que sacaría a Google de la lista de los cuatro que colocaste (G. MS, FB, Intel) porque las demás son compañias que una vez que llegaron a una posición encumbrada se volvieron cero innovadoras. Tal vez por eso se las odió/a.
Cierto, a veces me he sorprendido a mi mismo pensando en comprarme un Lumia … menos mal que despierto al instante al imaginarme conectándolo con Ubuntu o la Raspberry Pi.
Obviamente esa gente no tiene en cuenta el éxito que está teniendo Xbox One, o la generación de teléfonos lumia que se está literalmente comiendo el mercado. Ni el bombazo que ha supuesto azure frente a sus competidores… Como bien has dicho, «hater’s gonna hate»…
Dada mi edad no puedo decir aquello de que tendrán que pasar muchos años para que se me olviden los malos ratos y por consecuencia enfados pasados, con los productos de Microsoft que erróneamente yo use para algo tan importante como mi trabajo durante la década de los 90 y casi toda la del 2000.
No rechazo nada por su nombre si no por sus resultados en cubrir mis necesidades y no soy tan exigente como se podría pensar. Si algo funciona a lo más mejóralo si algo no funciona cámbialo se llame como se llame, no lo olvides eres un cliente.