Hacía tiempo que no tiraba del tema series televisivas para mis cada vez menos prolíficos posts -lo siento, no doy para más- pero como en las últimas semanas me he tragado seguidas las 3 últimas temporadas de Californication no podía evitar el tema. La serie de Showtime es una de mis favoritas de todos los tiempos, y todo el mérito lo tienen un guión genial -bastante soez, sí, pero con frases y momentos brillantes- y un David Duchovny que lo clava como enfant terrible de la escena literaria norteamericana en esta serie de ficción.
Lo cierto es que si alguien me hubiera dicho que el serio y aburrido agente Mulder haría un buen papel como Hank Moody, jamás le hubiera creído. Pero el tío lo clava en su papel de escritor tirado y ligón incapaz de rechazar un buen casquete -aunque en eso Duchovny tiene por lo visto problemillas reales-, aún estando perdidamente enamorado de su mujer/ex-mujer (según la temporada), que por cierto, también clava una híper-interesante Natascha McElhone que, como el buen vino, ha ganado con los años. En realidad todos los actores lo hacen realmente bien, hasta la precoz hija (rollo Juno, pero en menor medida) y el simpático agente Charlie Runkle (Evan Handler), que como el resto del grupo también necesitaría una cura por temas de adicción al sexo.
Sí, la serie es soez. Y sí, las escenas de sexo son constantes. Pero la cosa no llega a poder considerarse porno, y la historia que perdura -la de la relación entre Duchovny y McElhone- siempre está detrás para sostener la trama. Mi temporada preferida es la segunda, y lo es por el que yo calificaría como el mejor secundario de la historia de las series, un Callum Keith Rennie que descubrí en Battlestar Galactica sin que me convenciera demasiado y que, cómo no, también lo clava en su papel de Lew Ashby, un rockero y productor muy golfo al que es complicado no cogerle cariño.
La verdad es que toda la serie está llena de buenos personajes. Bastante enfermitos con el tema sexual, repito, pero todos con algo que contar. Muy elocuentes, muy pasados de (casi) todo, y muy vividos. Y cada tres por cuatro dando lecciones magistrales sobre la vida, así, como quien no quiere la cosa.
Y el mejor, el tío que dice verdades como puños, que casi siempre hace lo que le da la gana y que casi siempre se sale con la suya es Hank Moody, un cabrón imposible, tardón, mujeriego, vago, chuzo, pero que por encima de todo es sincero -bueno, casi siempre-, coherente, honesto, y todo un playboy a sus añitos. Lo dicho. Yo de mayor quiero ser como él. Como Hank Moody, digo. No como Duchovny 😉
Jaja, Javi, qué valiente. No sé yo si mi señora esposa vería con buenos ojos que escribiera un post así. Muy divertido 🙂
Ahí le has dao 😉
Sigo la serie desde el principio, y me he parado a leer qué te parecía, ya que yo también quiero ser un Hank aunque tenga todo el carácter de un Charlie, jeje.
Creo que Duchovny ha tomado parte de él, y se la ha prestado a Hank, por eso es tan creíble en su papel.
Probablemente… lo raro es que en Expediente X Duchovny parecía tan formalito y tan serio que este cambio sorprende.
¡Buah! Y luego dices que Breaking Bad no te convence en absoluto.
En fin.
Ya sabes… para gustos los colores. Pero lo intenté con Breaking Bad. Si tras tres temporadas no cuaja, es que no va a cuajar nunca.
Yo tambien quiero!!!!!
Por cierto, se te ha olvidado comentar la pedazo publicidad que hacen a productos Apple, sobre todo portatiles pero tambien salen iMacs de vez en cuando, el iPod de la hija y ahora algun que otro iPad claro.
Aun me acuerdo del capi donde elegia un por entonces precioso MacBook negro al que le dedicaron bastante tiempo, ya que hubo una escena bastante larga en la Apple Store. MacBook negro que por cierto compre el año pasado de 2ª mano a un colega; no por la serie en si, que ya le tenia ganas de siempre, pero claro que despues de ver ese capi esta se incrementaron notablemente.