Llevo años usando Digg, y aunque en los últimos tiempos la relevancia de este motor de recomendación social de noticias es cada vez menor frente a alternativas como el imparable Twitter -al menos, en mi caso-, sigue siendo una fuente fantástica de descubrir todo tipo de nuevos servicios, noticias y curiosidades que van apareciendo en la red de redes. Pero Digg también tiene problemas.

El más grave, el de las mafias y los usuarios con demasiado poder que logran trucar el sistema, lo que se conoce como «Gaming Digg«. Hay muchos métodos para lograr la promoción de una noticia, y aunque puede que no sean fáciles o cómodos de alcanzar, existen. Y lo ha demostrado un reciente informe de Alternet en el que han investigado y descubierto a uno de esos grupos que actúan como la magia de Digg.

En dicho informe se revela que una organización política conservadora había distribuido diversas órdenes para que los miembros de la organización se encargasen de enterrar (bury) cerca de 40.000 noticias que trataron de salir en portada de Digg con temas como la educación, la homofobia, el racismo, la ciencia, el medioambiente, la economía o cualquier otro tema que «molestase» a este organismo. Y atención: lo lograron.

Este grupo de usuarios, conocidos como Digg Patriots, se comunicaba a través de una lista de correo de Yahoo! ahora eliminada, y a través de dicha lista se iban pasando órdenes para promocionar y enterrar ciertas historias que «convenía» que no aparecieran en portada y que por lo tanto, gracias a la acción de decenas de usuarios desde distintas localizaciones (y con distintos perfiles de usuario y distintas IPs), quedaban en el olvido.

En la investigación publicada por Alternet se comprueba como al menos 70 usuarios de Digg estaban implicados en estas tareas, y lo hacían de la forma más natural posible: eran usuarios convencionales de este servicio, salvo por el hecho de que de vez en cuando recibían órdenes para votar negativamente (o positivamente) cierta noticia que no debía (o sí) salir en portada de Digg.

Para todos los que estamos inmersos en Internet, el ser portada de Digg o no serlo es una clara diferencia entre estar o no informados. Los telediarios no pueden cubrirlo todo, y muchas de las noticias enterradas solo podrían extenderse a través de la red de redes, y Digg es un medio perfecto para darlas a conocer por su gran popularidad. Por lo tanto, enterrarlas en Digg es evitar debates, polémicas y reacciones que podrían incomodar a ciertas mafias que se encargan de «redirigir a Digg por su camino».

En ReadWriteWeb analizan ese escándalo e indican que la nueva versión de Digg precisamente evitará en gran medida tales manipulaciones, ya que se elimina la característica «bury» y se enfoca el servicio a una «experiencia de actualidad personalizada más relevante» que se centra en que la gente siga a otra gente en la que confía.

Lo que ha ocurrido en Digg no es en absoluto sorprendente. Hace años que se habla de esos intentos por manipular el funcionamiento de estos motores sociales de recomendación de noticias, y podríamos decir otro tanto de Menéame, un servicio español que trasladó las ventajas de Digg y que inevitablemente se ve afectado por los mismos problemas.

Puede que sus responsables -como los de Digg- traten de controlar y evitar esos intentos de manipular el sistema, pero sucesos como el que se han descubierto en Digg demuestran que las mafias existen en estos sistemas, quieran sus creadores o no. Y es una penita, porque dichas mafias vician el comportamiento de unos servicios que de otro modo podrían ser mucho más útiles y objetivos.

De ahí que sistemas supervisados como los que ofrecen Slashdot y Barrapunto (que sigue en activo, aunque haya perdido buena parte de su actividad, de su comunidad y, por tanto, de su atractivo) sean mucho más eficientes en el control de este tipo de mafias. Puede que haya cierto componente de votación social, pero la decisión de llevar una noticia a portada depende de un editor o grupo de editores… teóricamente imparciales.

(Imagen: «mafia», por dcamacho en DeviantArt)