Imaginad que tenéis una foto en el móvil que no está mal, pero que se ve un poco borrosa. No pasa nada: instalaos VSCO, abridla con esa aplicación y luego, en la parte de Herramientas, elegid la herramienta de Afilar (Sharpen). Podéis hacer zoom en la imagen para comprobar mejor el efecto, como explica la propia web oficial.
Es absolutamente mágico.
De repente fotos borrosas ganan definición de forma espectacular. Es como tener fotos en VHS y pasar a tenerlas en 1080p. Casi en 4K. El efecto es rejuvenecedor y alucinante: es como si de repente hubieras sacado la foto con una cámara mucho mejor.
El truco no es nuevo ni exclusivo de VSCO, claro. Hace años que Photoshop tiene una herramienta así —pero que no es ni de lejos tan maravillosa, al menos hasta donde yo llego— y tengo comprobado que Apple Fotos también tiene una herramienta llamada Nitidez que hace también buen trabajo a la hora de sacar a la luz esos detalles.
Windows 10 tenía una opción «Clarify» en Windows Fotos, pero por lo visto quitaron esa opción en la nueva versión para Windows 11. Aún así seguro que hay varias aplicaciones que hacen lo mismo, y seguramente lo hagan muy bien porque es un problema resuelto y que simplemente depende de que la fuente sea mínimamente decente, sobre todo en resolución y enfoque.
No vas a poder hacer mucho (o nada) con una foto de 400×300 mal enfocada, al menos con estas aplicaciones. Creedme, lo he intentado: en mis fotos digitales más antiguas, algunas tomadas con una antigua Sony DCR-PC7 de vídeo que tuve y también tenía un (horripilante) modo foto, no hay salvación. Al menos, no fácil, y no he indagado mucho más.
Pero con lo fácil que es hacer algo así con fotos, ¿qué pasa con los vídeos? Eso es harina de otro costal. En un mundo conquistado por las Smart TVs 4K, tenemos un problema de «retrocompatibilidad» con aquellos viejos formatos. Estamos en 2022 y restaurar vídeos de hace dos o tres décadas (o más) para tenerlos en buena calidad es complejo y caro.
En ExtremeTech, que es la que me ha dado la idea de este post, salió el otro día un artículo alucinante de 16.000 palabras que explica cómo los programas de upscaling por inteligencia artificial —los que hacen ese trabajo de mejora de la calidad de imagen— son hoy por hoy 1) difíciles de usar y 2) no especialmente efectivos.
El autor, que se hizo famoso por restaurar ‘Star Trek: Deep Space Nine’, se ha convertido en una especie de gurú en este tipo de procesos. Los resultados son visibles en vídeo y también en las imágenes, y aunque pueda parecer poca cosa para algunos —recordad, son fotogramas, así que en vídeo la cosa se ve bastante mejor— a mí me parece que el resultado es bastante alucinante.
Hay varias herramientas disponibles, pero la mejor según su opinión es la más famosa, Topaz Video Enhance AI, que cuesta 199,99 dólares y desde luego puede ofrecer mejoras sensibles a tus vídeos, como se ve en su web.
Hay proyectos Open Source como Cupscale que parecen ser también interesantes si les coges el tranquillo (lo cual no debe ser fácil), pero la idea es básicamente la misma: aprovechar la potencia de la inteligencia artificial (y una buena GPU, a ser posible) para lograr que de un vídeo con calidad y definición normalitas puedas tener un vídeo notable.
¿Cómo de notable? Bueno, esa es una pregunta con una respuesta lógica: depende. Depende de la fuente de vídeo y de lo mucho que te lo curres. Por lo que dice el autor de ese artículo, lo mejor es no esperar milagros: las mejoras son sensibles, pero no tan alucinantes como las que desde luego yo aprecio en esos programas que he dicho para «afilar» las imágenes. Es curioso, porque diría que al final el vídeo simplemente podría descomponerse en fotogramas y que el algoritmo las «afilase» una a una, pero aquí hay más miga, por lo visto.
Debo confesar que no me he leído todo el tema aún, pero sí las conclusiones. Y según ellas, la cosa está de momento complicada: quien sueñe con coger las grabaciones que tenía en VHS y dejarlas con calidad 4K, que se vaya olvidando: la resolución aquí da para lo que da, y la que ofrecen esos archivos suele ser baja. ¿O no?
Aquí es donde me surge la duda, porque hace años ya vimos aquel logro extraordinario de un programador ruso llamado Denis Shiryaev que cogió viejas películas de principios del siglo pasado y las restauró haciendo ese escalado, esa eliminación de ruido y esa mejora de la definición para lograr resultados absolutamente asombrosos:
Y si el bueno de Denis ha podido, ¿por qué no vamos a poder nosotros? Supongo que lo que ha logrado él tras un montón de horas y un montón de recursos es básicamente un anticipo de lo que acabaremos pudiendo hacer en minutos desde nuestro móvil o PC. Ya ha pasado con otras muchas cosas, y no encuentro motivos para pensar que no ocurrirá lo mismo con esto.
Parece que tendremos que esperar para lograrlo, no obstante. Lo que mola es que al ritmo que va todo me da a mí que no queda demasiado para que podamos ver nuestros vídeos familiares cutres de los 80 o los 90 en 4K y 60 FPS o, por qué no, la repetición de aquel partido mítico del Madrid o aquella serie de TV pero en calidad espectacular.
Y ojo, que aquí apoyo totalmente la conservación de los originales, que serán siempre importantes y si uno quiere podrá disfrutarlos en esos formatos y calidades. Pero poder disfrutarlos en calidad 4K (o al menos 1080p) sin problemas de conversión parece algo muy, muy próximo.
A ver si en cinco años releo este post y hemos avanzado. Ya me avisaréis.
Totalmente de acuerdo. Yo hace años restauraba, por hobby, viejas fotos y videos de la familia, para el solaz y deleite de todos ellos. Pero hace ya bastante tiempo que decidí que eran demasiadas horas perdidas y que no falta tanto para que directamente una app las deje como si fueran tomadas hoy mismo con el iPhone (no con un Huawei, eso sería irreparable 😉 ), así que dejé de tomarme ese trabajo.
Por cierto, para eso vamos a necesitar tarjetas gráficas más potentes 😉 , como todo más potente 🙂
Pues un poco sí 🙂 Ahí una buena gráfica va a ser bastante práctica!
Se puede hacer lo que dices de aplicar el «clarify» a cada fotograma cuando has capturado el vídeo sin ningún tipo de compresión. El problema es que un vídeo con fotogramas «completos» pesa varios huevos en unidades malagueñas (el que no conozca esa escala, sólo comentar que va del pelín al huevo en magnitudes ascendentes).
Los métodos de compresión de vídeo más simples en uso, tipo MPEG1 (VCD) y MPEG2 (DVD), simplificando mucho el asunto, no guardan todos los fotogramas de la pista de vídeo. Guardan 1 de cada X fotogramas como fotogramas «llave» y de los que hay entre ellos sólo guardan las diferencias con respecto a esos fotogramas «llave». Es decir, que tienes la información completa de un puñado de fotogramas y de otros muchos sólo información parcial. Para mejorar la calidad del vídeo tienes primero que reconstruir todos los fotogramas parciales para que sean completos, luego aplicar el efecto de mejora a los mismos para finalmente volver a aplicar compresión (que se puede cepillar parte de la mejora). De ahí que haya que afinar tanto el proceso cada vez dependiendo de las características de cada vídeo, no siendo tan «automático» como con imágenes estáticas.
Parece razonable, sí, y ciertamente lo de los fotogramas clave (o llave) es muy buen apunte, efectivamente. En cualquier caso intuyo que acabará habiendo una forma de que todo el proceso también sea razonablemente eficaz en un futuro cercano incluso con vídeo.
Por supuesto y es ahí cuando el disponer de múltiples núcleos (más en la gráfica que en el procesador) capaces de hacer esas operaciones y otras de manera coordinada puede hacer el «milagro» de que la restauración y mejora de vídeos sea algo trivial.