Tecnología

Los ocho traidores

·

En About Time el padre del protagonista (un prodigioso Bill Nighy) le cuenta a su hijo que él no ha aprovechado su poder de viajar en el tiempo para hacerse rico, viajar o, por ejemplo, ligar. No. Para él los viajes en el tiempo han sido “libros, libros, libros. He leído todo lo que un hombre hubiera podido desear“.

Probablemente esa sería una buena opción para mi si pudiera viajar en el tiempo, pero ese es el problema. Que no puedo. Eso hace que lo de leer sea un placer al que dedico migajas de mi tiempo, y que acertar o no con un libro sea importante.

Tenía muchísimas ganas de leer “The Intel Trinity” (en Amazon por 22,83 euros en papel, 14,63 euros en versión Kindle), una novela escrita por Michael S. Malone en la que se nos narra la historia de la gestación del fabricante de semiconductores más importante del mundo. La novela, de la que había leído un avance hace meses (creo que fue este del WSJ, no lo recuerdo) me parecía súper interesante, y una vez en marcha lo cierto es que la historia comenzaba bien. Allí estaban los ocho traidores, aquellos que no aguantaron a un genial pero insoportable Shockley y que acabaron fundando Fairchild Semiconductor, una empresa que pudo haber sido la Intel actual pero en la que surgieron nuevamente tensiones. Por cierto, no busquéis a Grove en la foto de arriba: no llegó a trabajar para Shockley.

Fuente: Wikipedia

Fuente: Wikipedia

Eso provocó que Bob Noyce y Gordon Moore co-fundaran Intel, y que eso sí, lo hicieran con Andry Grove como primer empleado -que no socio-. Y a partir de ahí, la leyenda. El libro va de más a menos a la hora de contar esa historia en la que la nostalgia funciona. El autor nos habla de esos avances casi artesanales a la hora de ir avanzando en la creación de chips con más y más transistores y explica muy bien cómo Intel pasó de ser una empresa centrada en memorias -que era lo que vendía a finales de los 1960- a arriesgarlo todo a un concepto que nadie acababa de entender a principios de los 70: el microprocesador.

Lamentablemente, el libro se vuelve farragoso y aburrido. Terminé anoche de leerlo en plan reto personal porque quería saber hasta donde llegaba Malone, que dedica una cuarta parte del libro (o esa fue mi sensación) a contar los humildes orígenes de Grove -que las pasó canutas en su Hungría natal- y otra cuarta parte a hacer algo similar con Bob Noyce, al que pone muy por encima de cualquier otro en la historia de la tecnología y la informática.

Aquí el libro es cansino por esa hagiografía continua de esa “trinidad” -el título ya sonaba peligrosamente prepotente- pero es especialmente pesado en esos alabos sin peros que se realizan a Bob Noyce. Cierto que este hombre hizo logros importantes como ingeniero (no en vano es el creador del circuito integrado)  e incluso como visionario, pero de ahí a ese alabar continuo hay un mundo. Por ejemplo, Malone le concede todos los méritos del desarrollo del microprocesador Intel 4004, cuando el “trabajo sucio” lo realizaron otros, y esa sensación es continua en un libro en el que Noyce queda como digo muy por encima de cualquier otra personalidad en el mundo de la tecnología. De hecho resulta curioso como en el libro las menciones a Moore son mucho más escasas -apenas se cuenta nada de su vida antes o después de Intel- y cómo otros muchos detalles quedan ensombrecidos por la presencia casi divina (en el sentido de deidad) de Noyce y Grove, que por cierto, se llevaban como el perro y el gato. Y para muestra, esa foto en la que salen los tres, y que es la única que se conserva en la que están juntos sin nadie más.

Eso ya de por sí resulta decepcionante, pero es que la historia de Intel se queda anclada en el pasado. Hay un capítulo dedicado al célebre error del Pentium -¡yo lo viví, yo lo viví!- pero el ritmo cambia totalmente al avanzar en el tiempo. Tres cuartas partes del libro se dedican a esos primeros 10 o 15 años, luego hay un repaso rápido a la década de los 80 y los 90, pero la época más reciente, estos últimos 15 años, apenas sí tienen unos párrafos en la cobertura del libro. Solo vi una vez mencionada a ARM, y no hay comentario alguno sobre el fracaso de Intel en dispositivos móviles o sobre los logros o fracasos de los últimos gestores. Pero claro, el libro va de lo que va, de los orígenes de Intel, así que si solo estáis interesados en esos primerísimos tiempos -pero solo en eso-, quizá acertéis con el libro.

Yo no lo hice. Creo que ahora toca algo más ligero. Ya os contaré.

Suscríbete a Incognitosis

¡Recibe en tu correo las nuevas entradas!

Standard

2 comentarios en “Los ocho traidores

Comentarios cerrados